Love you just a little too much [Damon & Lana]

Capítulo 1

Me pongo mi labial favorito, mi cabello aún sigue humedo por la ducha. Estoy frente al espejo, mi demacrado reflejo me devuelve la mirada y de repente una luz amarilla aparece en mis ojos, los recuerdos llegan a mi cabeza...yo montada en en su motocicleta tomándolo por la cintura como si me aferrara a la vida, es Franccesco, vamos a toda velocidad, tan rápido que no distingo las figuras a mi alrededor. Vuelvo a la realidad . Una línea más. Otra luz amarilla como un flash abarca mi visión, estamos acostados en la cama de aquel motel barato, el está dormido y su aroma a licor y sudor me enloquece, agradezco a dios por haberlo encontrado. Otra línea.

De pronto la luz se torna de amarillo a rojo y me veo en el suelo de la cocina llorando, siento la sangre saliendo de mi nariz, los moretones en mis rodillas y marcas en mis brazos duelen, veo al amor de mi vida gritandome con furia, esta ebrio, y yo estoy en pánico, tan aterrorizada que no recuerdo todas las maldiciones que me dijo ese día. Otra luz roja aparece, es Franccesco saliendo por la puerta del motel, le ruego que se quede pero el me ignora y cierra la puerta, yo me desmayo. Del rojo paso al blanco, entro en mi realidad, en mi presente y sin pensarlo me inclino una vez más sobre el lavabo a inhalar el polvo blanco, me percato que es mi cuarta línea. Me miro una vez más al espejo y decido que me siento lista para ir a terminar mi trabajo.

Llevo puesto mi pequeño vestido rojo que tanto me encanta y un abrigo de piel falsa, Londres es muy frío incluso cuando estamos a punto de entrar al verano.
Después de tomar el subterráneo camino otras dos calles más abajo para poder llegar a mi empleo The Blue Bird, un pub a las orillas de Londres, fue el primer trabajo que encontré recién llegue aquí, la paga no es muy buena pero necesito algo con lo que pueda vivir.

Entro por la parte trasera del pub y Sandra me está esperando con su ceño fruncido
- Llegas tarde niña, vamos vístete que ya casi es tu turno.
Trato de formular una nueva excusa pero no estoy en el ánimo de hablar, hoy es uno de esos días en el que mi pasado con Franccesco es más nítido que la realidad.
Entró al vestidor y veo a todas las chicas arreglándose, unas entran y otras salen mientras yo vuelvo a dar un retoque a mi maquillaje y termino de vestirme.
Escucho la voz de John el presentador
- Y llego la hora de lo que ustedes estaban esperando, nuestra única belleza americana, con ustedes Cherry Galore, quiero escuchar los aplausos y no olviden su propina caballeros.

Veo a Sandra dándome mi señal, las luces moradas y rojas en mi rostro, estoy en el escenario, veo a mi público embrutecido en alcohol y yo solo me abrazo del frío tubo metálico y la música empieza a sonar, me muevo al ritmo de ella, siento como me deslizo en el viento, como si flotara, lo único que puedo ver en esos sudorosos rostros es la lujuria que recorre sus cuerpos, suerte que estoy tan drogada que no puedo ni escuchar sus repugnantes plegarias que lanzan sobre mi, yo solo me dejo llevar por la música y veo los billetes balanceándose como si todo estuviera en cámara lenta ante mi ms ojos.