Capítulo 14

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Me veo en el espejo pero esta vez no me siento avergonzada de mi, me siento segura y hasta valiente y me gusta.

Salgo de casa, llevo puesto un vestido menos provocativo que los que suelo usar ya que hoy no iré a trabajar sino a "renunciar" estoy un tanto ansiosa y sigo totalmente sorprendida de que Damon vaya a hacer esto por mi, pero para ser honesta que no ha hecho ya por mi. Yo no quiero que el siga gastando su dinero en mi pero tengo que admitir que esta es una de las oportunidades que sólo tienes una vez en la vida y sinceramente  estoy harta de trabajar en The Blue Bird, de sentirme un pedazo de carne, un juguete sexual, una prostituta así que no pienso desperdiciarla.

La ansiedad invade gradualmente mi cuerpo, hoy no he inhalado mis líneas que suelo consumir antes de irme al pub, necesito estar lo más lúcida y sobria posible para hablar con Mark pero mi cuerpo parece no querer cooperar porque me reclama la droga. Mark es un hombre peligroso y casi nadie lo ve, los encuentros que he tenido con el desde que me obligó a trabajar para el son contados porque siempre está en su oficina dentro del pub.

Después de tanto pensar me doy cuenta que estoy a solo unas cuadras de llegar, y empiezo a acelerar el paso, mis manos comienzan a sudar y puedo sentir los latidos de mi corazón en mis oídos. Necesito líneas.

Entro por la puerta trasera y ahí está Sandra como de costumbre apresurando a las chicas.
- Quiero ver a Mark - le digo con firmeza. Ella voltea su rostro para replicar.
- ¿Tu? - lo dice en un tono sarcástico mientras ríe - y ¿cómo para que quieres verlo? Él está muy ocupado como para gastar su tiempo en tus estupideces. Mejor quítate la ropa y sal al escenario.
- Necesito hablar con él sobre mi deuda es importante y ahora que recuerdo no es de tu incumbencia, solo llévame con el - le respondo un tanto altanera.
- Como digas - ella rueda los ojos y me dirige de mala gana hasta el oculto despacho.
- Espera aquí afuera ¿entendido? - me mira como si fuera una tonta, no me queda más remedio que quedarme callada y espero afuera mientras ella da un par de golpes a la puerta y se introduce al despacho, cierra la puerta después de que su trasero está dentro.

La espera se me hace eterna. Ahora todo mi cuerpo esta comenzando a sudar frío y las manos me tiemblan, la ansiedad crece en mi pecho y sé que esto se debe en parte al nerviosismo que me produce hablar con Mark y porque necesito cocaína. Trato de despejar mis pensamientos hasta que por fin Sandra sale de la habitación como una perra, la perra que es.

- Ya puedes pasar - escupe ella sin siquiera dirigirme la mirada.

No puedo creer que vaya a hacer esto, mis piernas flanquean pero necesito mantenerme fuerte, doy unos pasos hacia el marco de la puerta y al entrar en la iluminada habitación lo primero que detectó es el olor a tabaco impregnado sobre las paredes y acabados de madera color maple. Mark está de espalda, se está sirviendo un whiskey en las rocas, y veo como sirve otro, espero y sea para mí,  se me hace agua la boca.
El se voltea para vizulizarme, está vistiendo una camisa de manga oscura con estampados tropicales, pantalón y zapatos negros, su cabello peinado hacia atrás y una barba tupida, su camisa desabotonada que permite ver su gran cadena de oro. En su mano derecha sosteniendo su vaso con whiskey y en la izquierda un cigarrillo, el se aproxima a mí y toma aire.

- Pero qué sorpresa tenerte aquí Lana- dice con un falso entusiasmo.
Mark sabe mi nombre real así como el de todas las bailarinas así que no me sorprendo.
- B-buenas noches señor- Mark es un hombre imponente a decir verdad y me pone nerviosa.
Mark ríe ante mi tartamudeo- ¿gustas un trago? - gracias al cielo pregunta.
- Sí, por favor.
- ¡Excelente! - dice tomando el vaso con whiskey de la mesita, se acerca a darmelo, yo lo tomo y él me toma por detrás de la cintura y me planta un beso en la mejilla, no puedo evitar hacer una mueca de desagrado así que cierro los ojos y le doy un buen trago a mi bebida, esta deliciosa.
- Y cuéntame, Lana que te trae por aquí.
- Yo quiero hablar con usted sobre mi deuda.
- ¿Ah si? ¿Qué hay con eso?- dice Mark dirigiéndose a su silla detrás de su escritorio dándole una calada a su cigarro.
- Yo...quiero saldarla.
- ¿Saldarla dices? ¡¿Tu?! - el ríe muy fuerte al oír la novedad - ¿y con qué dinero? - dice el secando las lágrimas producidas por la risa.
- Si usted me da su número de cuenta bancaria yo podría depositarselo mañana mismo.
- ¿Tan si quiera sabes que es un banco? Ni siquiera tienes tarjeta, Lana cariño no me hagas perder mi tiempo y vete.
- Sé que es un banco y no, no tengo tarjeta pero sí puedo depositarle el dinero- le contesto molesta. - Se lo deposito mañana.
- No te creo nada, tú no tienes ni en qué caerte muerta,- escupe dando un paso hacia mi - trabajas para mí y lo seguirás haciendo hasta que termines de pagarme todo lo que me debes ramera drogadicta y nada más para que lo sepas sólo acepto efectivo. Ahora largo de aquí ponte a trabajar que solo frustras mi humor.- dice soltando una carcajada.

Love you just a little too much  [Damon & Lana]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora