Vida de traficante

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-Eugenio ya hemos vuelto.- dijo Dan mientras golpeaba la puerta. Dan llevaba las arma y yo llevaba un canasto con los conejos y zorros.

-Oh amigo mira todo esto, dejame ir por mis lentes a ver que tan limpio fue el tiro.- Eugenio entro por sus lentes y en menos de un minuto ya había vuelto.

-Bien, dejame ver.- le entrege la canasta, conectamos miradas y en menos de un segundo su cara cambio completamente.

-me pareces conocida, ¿te he visto antes?- dijo el viejo apuntandome, yo solo mire a Dan el cual tenia su mirada fija en mi.

-No señor, eso es imposible, yo no soy de acá, he venido solo a visitar y a conocer a Dan, mi hermano.- la mirada de Dan se relajo por un momento.

-No no no, yo te ve visto, un momento.- camino un poco a la mesita que estaba afuera de la casa rodante, tomo un periódico y busco algo en el.

-eres igual a ella.- me mostró una pagina de aquel periódico la cual estaba dedicada solo a mi, no aguante el llanto.

- Tu eres ella, Carrie prinston.- el hombre señalaba el periódico y mi mirada solo permanecía llena de lágrimas y fija en Dan.

-Dan ella no es tu hermana, ¡hombre tu la has secuestrado!- la expresión de aquel hombre claramente demostraba no entender nada de lo que estaba pasando.

- Carrie date vuelta por favor, y tapate los oídos.- golpeó uno de mis hombros. su tono era calmado. Me voltee y hice lo que me dijo.

-¡Debo avisar a la policía sobre esto!- el hombre iba de vuelta a la casa rodante, cuando escucho como dan le quita el seguro al arma, le dispara y el cuerpo de aquel hombre cae a la tierra.

Me voltee rápidamente para ver como es que el hombre ya estaba completamente desangrado.
Dan entro rápidamente a la cabaña conmigo de la mano y tomo las armas y los cartuchos de estas.

-que quede claro que la vida de traficante no es fácil.- salimos de ahí y me llevo de vuelta al auto, abrió el maletero y dejo todo el arsenal.

-Sube rápido.- vio que me sentara en la parte del copiloto para el subir al auto.

El camino fue silencioso, una mala radio sonaba y el sol ya no me parecía tan radiante como antes.

Llegamos a casa, Dan saco todas las armas y las dejo en un cuarto que realmente me asombro, estaba lleno de armas, chalecos antibalas, municiones, ordenadores, un mapa de toda la ciudad el cual tenia varios puntos marcados en el y una pizarra donde tenia una gran planificación para un nuevo golpe y las fotos de unos cuantos autos y hombres.

-Pero que es todo esto.- dije tocando una de las armas que estaban ahí.

-Eso se llama rifle de asalto, creo que ya te dije cual es su propósito con tal solo decirte el nombre.- Me saco de aquel cuarto y me llevo al mio. Me dejo ahí y se fue.

§

-¡Dan tengo hambre!- gritaba mientras golpeaba la puerta con mis puños.

"4 p.m"

"6 p.m"

"7 p.m"

-ya volví, toma.- me lanzó un plato con ensaladas.

-¿Estas ebrio?- pregunté. Su mirada parecía pérdida.

-¿Lo parezco?- se quito los zapatos y de lanzó boca abajo en mi cama.

-Bastante ebrio, llegando a los grandes límites diría yo.- tome el plato con ensaladas, me senté en el marco de la ventana y me comí hasta la última hoja de lechuga que había en el.

-Ding ding ding, la pequeña genio acertó en si respuesta, estoy ebrio, bebí, folle y me drogue. ¿Algún problema con eso?- se sentó en la cama y me miró fijamente.

-Claro que no, es tu vida.- dije de mala gana.- te haré una pregunta, ¿Porque me elegiste a mi?- pregunté.

-Simple. Eres guapa y te secuestre porque ibas a ser parte de una red de prostitución, pero no quise eres mucho como para que te deje serlo. Eres guapa y ya te agarre cariño y no quiero verte en una esquina para que cada madrugada me traigas dinero.- dicen que los ebrios dicen la verdad y esta vez si lo creo.


-gracias, enserio gracias.- me lancé sobre el y lo abrace.

-De nada pequeña, pero ya sueltame que me ahogas.- me saco de donde estaba y me dejo sobre la cama.- por cierto, mañana vendrán unos amigos a comer y tendrás que cocinar.-se levantó y se fue, igual que todas las noches.

¿Donde Estas Carrie?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora