Capítulo XVIII: Sorpresa.

168 17 2
                                    

Rachel, Charlotte y yo estábamos tomando desayuno, como siempre en un ambiente de incomodidad total.

No había tenido tiempo de contarle a Rachel que Frank y yo habíamos decidido darnos una segunda oportunidad. Por eso se sorprendió cuando, Frank bajó por la mañana y me plantó un beso de esos que dejan sin aliento.

-¿Qué pasó aquí? – preguntó Rachel asombrada

-¿qué? ¿lo dices por qué estoy madrugando? – preguntó Frank haciéndose el desentendido.

-¡Sabes de lo que estoy hablando! – ella, prácticamente, gritó.

-Oh! – Frank hizo como que caía en la cuenta - ¿te refieres a esto? – Frank volvió a plantarme un beso. Yo sólo podía sonreír divertida.

-¡sí! ¡sí! – Rachel quería saber todo - ¿están juntos? Sí, claro que sí…-ella hablaba para sí misma – oh! Dios! Están juntos! – y de la nada se puso de pie y brincó hacia nosotros. Nos abrazó a los dos - ¡Me encanta que estén juntos!

-Gracias pero…me asfixias – dije de manera exagerada. Rachel nos soltó.

-A mí, también, me gusta la pareja que hacen – todos nos giramos hacia Charlotee. – Sólo espero que, ahora que estás con Frank, vayas a revolcarte con mi novio…- antes de que Rachel le tirara una respuesta para defenderme Charlotte cogió su bolso y se marchó.

Frank me sonrió algo así como “Todo está bien”, eso me hizo sentir reconfortada.

Frank nunca me juzgó por lo que ocurrió en su casa, luego del baile que sus padres habían realizado. Al contrario, eso, al parecer, hizo que se decidiera de una buena vez a pedirme una segunda oportunidad. Cosa que yo acepté. Tenía derecho a ser feliz. Quizá Frank siempre fue mi verdadera felicidad, y todo lo que pasamos sólo fue una prueba…quizá….quizá el error, fue querer a Gerard, quererlo, ese era el error. Pero, estaba dispuesta a comenzar a realizar bien mis acciones y eso significaba olvidar completamente a Gerard y sólo tener ojos para Frank, mi – nuevamente – novio.

-bien, pequeña, nos vemos a la salida…- Frank se acercó a mí para besarme. Pero yo lo rodeé con mis brazos. Necesitaba un abrazo.

-No quiero entrar – murmuré

-Tienes que hacerlo. A la salida nos veremos… - deshice nuestro abrazo y me separé un poco de él, dejando el suficiente espacio para poder besarle.

Entré a clases segundos antes de que el profesor cerrara la puerta. Cuando me fui hacia mi puesto, los chicos me quedaron viendo de una forma burlona. Supuse que, mi hermana, Rachel, no se había contenido de contar la noticia. Bueno eso no me molestaba, porque así no tendría que ser yo la que dijera “Hey, chicos, Frank es mi novio” bien, quizá no hubiera sido así de directa, me hubiera dado mil rodeos, de paso tartamudeado y luego comenzar a arder como tomate y, después de eso, quizá, y solamente quizá hubiera logrado decir algo como “Frankesminovio”.

En mitad de la clase, me llegó un diminuto papel doblado en mil partes.

“Sophie, no tienes idea de lo feliz que me siento por ti y Frank. Espero que esta vez si sean muy felices”

Angel…siempre con sentimientos buenos hacia todos. Deseando que todo sea felicidad y amor. Esta chica era la mejor persona que en mi vida podría conocer.

“Gracias, Angel. Yo también espero que así sea.”

Suspiré pesadamente.

Realmente deseaba que, esta vez, todo funcionara con Frank. Quería creer que él era “el amor de mi vida”, lo que siempre tuvo que ser, pero que por pruebas del destino nos separamos, quería creer eso y que, en realidad, Gerard era el que sobraba en mi corazón. Quería creer eso y lo haría, me convencería totalmente de eso. Costara lo que costara.

Dulce y AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora