Capítulo XVII: Segunda oportunidad.

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La mirada de Charlotte me atravesaba y me hacía sentir, horriblemente, culpable.

En ella se leía claramente “Esto es tu culpa” y ¿Qué podía hacer yo? Nada, porque ella tenía razón. Desde la noche del baile, donde todo explotó, por decirlo de alguna manera, ella y Gerard vivían constantemente en discusiones, no se ponían de acuerdo en nada y su relación estuvo al borde de la ruptura… ¿y por qué no acabó?. No lo sé, lo único que todos sabemos es que esa relación aún sigue…

-¿Vamos? – preguntó Rachel, dirigiéndose sólo a mí.

-Ah, ehm…sí – me puse rápidamente de pie y cogí mi bolso. Charlotte sólo nos miró con odio.

Fue un gran alivio salir de aquel lugar. Se me hacía bastante incomodo tener que lidiar todo el día con Charlotte. El único momento de privacidad que tenía era cuando me encerraba en mi habitación.

-¡Hola! – cuando llegamos al colegio, ya estaban todos allí (Ray, Angel y Mikey). Rachel saludó efusivamente, todos le devolvieron el saludo.

-¿haremos algo hoy? – preguntó Ray.

-Todos los días hacemos algo – le contestó Rachel.

-Sí, pero me refiero a todos juntos y eso te incluye a ti, Sophie

-Eh…

-¿Qué tal si en vez de ir a alguna casa vamos a la feria que se instaló? – propuso Angel

-Pero funciona solo de noche…- comenté

-No creo que nuestros padres tengan problemas en dejarnos ir… - me respondió de vuelta

-Hasta una hora prudente…- siguió Rachel – mamá lo aceptaría. – yo me mordía el labio sin saber que responder. La verdad es que si quería salir con ellos, pero no quería encontrarme con Gerard o Charlotte.

-Si quieres vamos sin Gerard y Charlotte – comentó Mikey adivinando lo que tanto me complicaba.

-No seria justo…- comenté.

-¡Sophie! – Ray me regañó – Tú eres nuestra amiga desde antes que apareciera Charlotte, incluso, desde antes que Gerard regresara…por lo menos yo, prefiero pasar una noche con mi amiga Sophie, que con la chillona de Charlotte. – sonreí ante el comentario de Ray.

-¡Vamos, Sophie! ¡Di que sí! – Rachel me miraba expectante. Me detuve un minuto, allí solo habían parejas ¿Qué haría yo entre medio de ellos? Ya sé.

-Iré sólo si invitan a Frank – contesté sonriendo y, a la vez, sonrojándome.

-¡Hecho! – Rachel brincaba en un pie.

Charlotte pasó por el lado de nosotros sin siquiera mirarnos. Ella sentía que todos se habían confabulado contra ella, poniéndose de mi lado.

En clases, todo era peor. Charlotte se había agrupado con un par de chicas que solían hacerme la vida imposible varios años atrás, sus comentarios en contra de nosotros iban y venían, pero, Rachel sabía contraatacar perfectamente, humillándolas la mayoría de la veces.

Al final de las clases, Charlotte salía corriendo desesperada porque, a fuera, la esperaba Gerard. Esas eran las únicas veces en que lo veía, siempre nos quedábamos mirando por fragmentos de segundo antes de que Charlotte se percatara y le plantara, prácticamente, un efusivo beso.

-Sophie…- la voz de Rachel sonaba incómoda

-¿Qué pasa? – contesté sin mirarla, yo estaba arreglando mis cuadernos

-¿te importaría irte sola hoy a casa? Es que Mikey me invitó a dar una vuelta – ella sonrió incomoda.

-¡No hay problema! – yo me reí - ¡Diviértete! – le dije. Ella besó mi mejilla derecha a modo de despedida y salió corriendo de la sala de clases, Mikey debía estar esperándola.

Dulce y AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora