Epílogo

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5 meses después

Aún no podía creer que hace cuatro meses era la señora Kwon. Cada vez que dormía, que no eran muchas la horas por el embarazo, siempre que despertaba creía que aún estaba soñando. Es que levantarme todos los días y ver el rostro tranquilo de mi amado Ji es lo más maravilloso que puede existir. Aun cuando tiene esas bellas ojeras. ¿Cuál es la razón? Pues Ji se levanta cada vez que yo lo hago y que es aproximadamente cada hora. El embarazo ha reducido mi vejiga microscópicamente que hace que no pueda resistir y deba ir al baño continuamente.

Como decía ¡Aún no lo puedo creer! La noticia de nuestro casamiento tomó por sorpresa a toda Corea y aún más mi embarazo. Hubieron chismes muy mal intencionados y comentarios de las VIPS que casi hacen pedazos todo. La prensa investigó todo mi pasado y tampoco ayudó los comentarios de varias modelos que dieron a resaltar mi mala actitud durante mi tiempo como Pinky Cruel. Fue realmente duro porque pensé que otra vez se iba a bajo mi felicidad pero Ji afrontó y defendió nuestro amor sobre todas las cosas, y también tuvimos el apoyo de los chicos y Nana. Poco a poco las cosas fueron tranquilizándose y cuando me dieron la oportunidad de conocerme todo empezó a ir mejor.

Y aquí estaba yo casi tres de la mañana sin poder dormir porque hace más de 10 minutos tuve un fuerte dolor en el vientre pero no quise despertar a Ji.

-Mmm – volví a moverme en la cama por que otro dolor llegó a mí. Esta vez fue un poco más duro.

Esta vez fueron 5 minutos.

-AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY – Grité. El dolor era muy fuerte.

-¿Pasó algo nena? – dijo preocupado un somnoliento Ji.

-Duele – dije señalando mi barriga.

-Tranquila mi amor. Acuérdate que el doctor dijo que era normal tener varias falsas alarmas. – Ji tenía razón la fecha de nacimiento de nuestro hijo era para dentro de una semana. Pero ahí estaba otra vez el maldito dolor.

-AYYYYYYYYYYYYYY – sentía que cada vez el dolor era más agudo.

-¿Duele mucho? – preguntó Ji.

-No Ji solo me gusta gritar ayyyyy – dije poniendo los ojos en blanco.

-Ya. Ya entendí

Y otro maldito dolor llegó.

-AYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYYY – Nuevamente grité pero esta vez acompañado de un líquido que corrió por mis piernas. Sabía perfectamente que era. – Ji he roto el agua de fuente.

-¿Mmmmmm?- dijo Ji incorporándose.

-¡EL BEBÉ YA VIENE! – En ese preciso momento Ji perdió toda capacidad humana, parecía que hasta se le había olvidado respirar solo mantenía la mirada fija en un punto. -¿Ji? – lo sacudí pero no hacía nada. - ¿Ji? Por el amor a Dios haz algo para saber que sigues aquí – pero no obtuve respuesta. Ji era una estatua en la cama.

Tuve que doblar esfuerzos para levantarme de aquella cama y tratar de ponerme ropa decente, una vez que conseguí cambiarme pese al dolor, agarré la maleta del bebé y la mía que la había preparado con anticipación ¿y qué hacía Ji? Pues seguía en el mismo lugar que lo dejé. Moví mi mano cerca de su rostro pero no hubo ninguna respuesta. Tomé su mano y lo levanté de la cama. ¡Maldita la hora en que decidimos darle la semana libre a Nana! ¡Maldita la hora en que los chicos decidieron salir a divertirse hoy! ¡Estaba sola! Como zombie Ji bajo con mi ayuda por la gradas y logré meterlo al carro. Pesé al dolor me encontraba frente al volante del auto saliendo del garaje.

¡Hombre! El supuesto "hombre fuerte" pero apenas le dices que su hijo está por venir al mundo y dejan de serlo. El semáforo se puso en rojo y una nueva contracción me golpeó.

No te merezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora