Nena mía

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ANDY POV

Lentamente fui abriendo mis ojos pero me arrepentí al momento. Mi cabeza parecía que iba a explotar. La resaca estaba acabando conmigo. Me quedé un momento más en la cama mientras tapaba mi cara con mi brazo. No recordaba de nada y ni como acabe en esas condiciones. Quise voltear mi cabeza pero la parte detrás de mí oreja estaba muy sensible y adolorida. Llevé mi mano hasta ahí y podía sentir un relieve y dolor cuando posaba mis dedos ahí. Este dolor lo conocía muy bien. ¡MIERDAAAAA! Otra vez ebria fui a tatuarme. Rogaba porque no me hubiera tatuado algo referente a Ji esta vez.

Me incorporé rápidamente de la cama y me llevé un buen susto al percatarme que este no era mi departamento. ¿Cómo llegué aquí? ¿Cómo me dejaron ir? Si hasta lo que me acuerdo tenía dinero ni celular, no tenía nada.

Recorrí con mis ojos aquella habitación y me llené de pánico al caer en cuenta donde estaba. Esta habitación la conocía bien, era la que tuve cuando vine a "trabajar" a la casa de JI. ¿Qué mierda hacia aquí? ¿Cómo llegué aquí? Maldecía a diestra y siniestra. Me coloqué mis zapatos y fue ahí cuando recuerdos vinieron a mi mente.

Estaba en el bar con Taeyang, el me sacó de ese bar. Supongo que él me trajo aquí, ese hecho hizo que el pánico se disolviera un poco. Otro recuerdo azotó mi mente. Yo volví a besar a Taeyang. ¡Recontra mierda! Estaba segura que no pasó nada más entre nosotros. ¡Rayos! Con el fui a tatuarme. ¿Por qué tenía que hacer tantas pendejadas cuando estaba en ese estado? Lo peor de todo es que bajé mi escudo frente a Taeyang.

-Hasta que despiertas Pinky Andy – ese sobrenombre me trajo más recuerdos de la noche anterior.

-¿Por qué me dejaste hacer esto? – dije mientras apuntaba atrás de mi oreja.

-Ashh no te han dicho que eres tan terca en ese estado

-Ya, dime que te hiciste tú ¿y qué hiciste que me tatué?

-La verdad no fui yo. – empezó a ponerse nervioso y a tartamudear – yo .. yo no me tatué.

-¿Qué? Tengo pequeños recuerdos de ti y yo tatuándonos

-¿Segura que soy yo?

-De que diablos hablas Taeyang – estaba molesta – Tú estabas conmigo – buscaba en mi memoria cada recuerdo que había obtenido y en todos estaba el.

-Tu tatuaje es un infinito – me dijo como dándome una pista de alguna cosa. ¡Esperen, un infinito! El regalo que nos dimos Ji y yo cuando éramos novios era un infinito. Mi subconsciente trajo algo que hubiera preferido que se quedara en el olvido. Una imagen de mi misma en la espalda de ¿Tae? ¡Un momento! Es muy borroso todo pero hay algo que recuerdo claramente. Ese maldito olor.

-Ese olor – digo apuntando al dedo a Taeyang, el solo asiente con la cabeza.

-Si era yo – dice Ji apareciendo por la puerta. Desencaje mi cara por completo. Esto era demasiado. – ayer yo te saqué del bar, te llevé en mi espalda.

-Tú – dije viéndolo con temor. – No es posible fue Taeyang – regresé a verlo para que el confirmara ese hecho pero no lo hizo.

-Mira – dijo indicándome un pequeño tatuaje atrás de la oreja. Era un infinito

-NOOOOOOOOOOOOOOOOOO – Grité histérica mientras tocaba ese mismo tatuaje en mí. ¡Era una completa idiota! - ¿Cómo fuiste capaz de aprovecharte mí en ese estado? ¿Cómo me obligaste a hacer esto? – Dije mientras golpeaba su pecho con mi dedo índice - ¿Por qué lo hiciste?

-Yo no hice nada de lo que dices – me cogió de los brazos – más bien se podría decir que la que me obligó a hacerlo fuiste tú. Tratamos de convencerte que no te lo hagas pero no desististe de tu idea. – Estábamos tan cerca y mi cuerpo pedía a gritos el calor de Ji. Quedé viendo sus labios, los míos gritaban por empezar una guerra con aquellos labios. Tenía que salir de ahí ¡Ahora!

No te merezcoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora