Capitulo XII: Dos Carstairs

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Ahora que lo observaba bien, la verdad es que sí que tenía cierto parecido con Will. Sus facciones eran muy similares, aunque él era rubio y de ojos azules como el zafiro. Cuanto a carácter eran igual de engreídos.

-Por cierto, ¿tu nombre es...?

-Caleb, Caleb Carstairs, ¿y el tuyo?

-Kimberly O'dair.

-Bonito nombre pelirroja.- odiaba que me llamaran cualquier tontería que no fuera mi nombre- ahora que mi molesto hermano no está podríamos conocernos mejor, ¿no crees?- me guiñó un ojo.  

Caleb ya empezaba a dar a conocer su lado de macho dominante. Y además, que rápido se olvidó que me había tachado de  cazadora de subterráneos.
Caleb se acercó hacia mí y acarició mi mejilla, y de pronto Caleb estaba tumbado en el suelo. Will le había pegado un puñetazo en la cara.

-¿¡Que mierda haces Will!?- Caleb con  ira se levantó y se tocó la mejilla, seguro que le había dolído, y mucho.

-Mejor dicho, ¿qué haces tú aquí?

-Pasaba por aquí.

-Sí, ya... En medio de la nada en un bosque al lado de una carretera secundaria, ¿piensas decirme la verdad?

-En realidad si que andaba por aquí, pero me enteré de que un lobo de Warwickshire había matado a un cazador y quería felicitar personalmente a mi hermano.
-En realidad no fui yo, más bien, intenté salvarlo.
-¿Cómo?¿Estás loco o has perdido el juicio? Era un cazador, un maldito y repugnante cazador. Se moría delante de ti y tu vas y le intentas salvar la vida...
-Ese maldito y repugnante cazador era mi hermano. -dije con rabia, esas jodidas palabras me hicieron daño. Jake podía ser un cazador, pero seguía siendo mi hermano, además no tuvo elección, tenía que cuidar de mi.

Will le contó todo lo sucedido a su hermano.

- ¿Y se puede saber porque vais a Londres?- preguntó Caleb. A  regañadientes le conté mi sueño. 

- Un momento, yo esta casa la conozco, has dicho que estaba en Hyde Park, ¿verdad?

- Si, ¿por que?- mi interés hacia Caleb cambio de repente, ahora mismo podría servirnos de ayuda. 

- Ya he estado ahí, hace unos años después de que nos separásemos, hermano.- tuve un brillo de esperanza al ver que no íbamos del todo a ciegas, si Caleb decidía acompañaros la búsqueda sería mucho más rápida. 
Subimos de nuevo al coche, ahora ya con el depósito lleno y continuamos nuestro camino.

Cerca de las ocho de la tarde llegamos a Londres. Aparcamos a las afueras de la ciudad para evitar que nos registraran el coche con todas esas armas que llevábamos. Últimamente en Londres había ocurrido algún que otro problema en los bajos fondos, tiroteos, robos a mano armada entre otros más casos de delincuencia, por lo tanto abundaban los controles. 


La oscura noche cayó encima de la gran ciudad inglesa.

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⏰ Última actualización: Sep 12, 2019 ⏰

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