Capitulo XI: 10 Hyde Park Place

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Nuestros labios se unieron con un cálido beso. Un corriente eléctrico recorrió todo mi cuerpo, esa sensación para mí era totalmente nueva. Mi bello se erizo.
Cuando nos separamos sonreí cómo una tonta.

Todo este tiempo con Will me hizo cogerle cariño, ahora mismo Will era lo único que tenía, a parte de Katlyn, pero le había mentido diciéndole que me cogería un año sabático así que no sabría de ella por mucho tiempo. Ahora mismo no tenía claros mis sentimientos hacia él, mi cabeza tenía demaciadas cosas como para averiguarlo.

Subí las escaleras hasta llegar a mi habitación y me tumbé en la cómoda cama. Me dormí.

Me encontraba en una calle cerca de Hyde Park de Londres con un chico de ojos azules y de pelo color oro. Además era guapo. Me tenía cogida con un brazo por la espalda. Caminábamos por esa calle, hasta llegar delante de una pequeña casa, esa casa solo tenía como mucho un metro de ancho y de altura diría que unos tres. Nos dirigíamos para entrar en esa casa...

Y me desperté.

Tenía que escribir o contarle a Will antes de que se me olvidara. Al cabo de unos minutos alguien llamó a la puerta.

-Kim, ¿puedo entrar?

-Sí, pasa.- Will entró con una bandeja, era el desayuno. Había tortitas con sirope, zumo de naranja y un café.

-Te he preparado el desayuno- dejó la bandeja en la mesita de noche y me dio un beso en la mejilla. Me sonroje.

-Gracias- le dedique mi mejor sonrisa. Esos pequeños detalles hacían que cada vez me sintiera más confusa respecto a mis sentimientos hacía Will.

Le conté mi sueño. No llegamos a ninguna conclusión, pero la imagen de esa casa me tenía muy intrigada, tenía que ir.

Y como no, convencí a Will y nos fuimos derechitos a Londres.

Cogimos la vieja camioneta de mi hermano y la llenamos de todo tipo de armas y otras cosas que estaban en el sótano. Las pusimos dentro de unas bolsas de mano negras, parecíamos traficantes de armas.

Después de llenarla de armas, provisiones y, por supuesto, mi ropa subimos para dirigirnos hacia Londres.

El viaje se me hacía largo, era un viaje de dos horas y solo habían pasado treinta minutos. En la radio de la vieja camioneta sonaba Wonderwall de Oasis y como una loca comencé a cantarla, bueno a cantarla mal porque Dios no me dio el don de cantar. Will se unió, hoy llovería. Que mal que cantábamos los dos, éramos realmente penosos.

El coche comenzó hacer unos extraños ruidos y de pronto se detuvo. Salimos del coche, Will subió el capó del coche para ver si había algún problema.

-Kim, sube al coche que yo empujaré.- subí a la camioneta y puse la llave, dí contacto pero no iba. Lo intenté dos veces más y a la tercera me dio por mirar el marcador de la gasolina, perfecto, no había gasolina.
-¡¿Will?! ¿Has puesto gasolina?
-¿No la pusiste tú?
-¡No! esa era tu tarea, lo único que tenía que hacer.- siendo lo único que debía hacer y aun así se olvidaba de hacerlo, es que los tíos ¿tienen algo en la cabeza?

Cogí mi móvil y busqué la gasolinera más cercana, estaba a 38 kilómetros. Le comuniqué a Will.

-Iré yo corriendo, tú mientras tanto espetare aquí.
-A caso crees que iré algún lugar, estamos en medio de la nada.- no podía estar más cabreada con él, menudo irresponsable.
-Lo siento. En dos horas estaré de vuelta.-cogió un bidón de la camioneta y se fue corriendo.

Tomé mi móvil y puse Bring Me The Horizon para pasar el rato mientras lo esperaba.

I'm scared to get close and I hate being alone .I long for that feeling to not feel at all. The higher I get, the lower I'll sink. I can't drown my demons, they know how to swim.

Un lobo enorme salió de detrás de unos matojos que habían cerca de la carretera, ese lobo era uno como Will. Se puso delante de mí y me rugió, rápidamente cogí una pistola con balas de plata y le apunté.

-Transfórmate en humano o te dispararé.- el lobo paro de rugirme y me miró fijamente. Dudaba en si hacerme casa o no, pero al final se transformó. Era el chico de mi sueño.
-Haces olor a lobo pero no eres una cazadora porque has dudado y además me has dado opciones, también desprendes una aura mágica. ¿Que eres?- buena pregunta, ni yo misma lo sabía y ese era el motivo de nuestra salida.
-Humana- mentí.
-No me mientas, puedo percibir esa aura mágica y eso no es normal en humanos.
-No lo sé, es la verdad.
-Te creo, nunca antes había visto algo semejante. Ibas con un hombre lobo, ¿qué has hecho con él, donde esta?
-Ese tonto de hombre lobo se ha ido a por gasolina porque el muy despistado se olvidó a llenar el maldito deposito. ¿De qué lo conoces?- sentía curiosidad de porqué lo conocía. Yo no sabía nada de la vida de Will y no parecía que a él le gustara hablar de su vida. En el instituto se oían rumores, pero sólo eran rumores. El chico de delante de mí empezó a reírse.

-Es mi hermano pequeño.- dijo entre risas.

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Muchas gracias a todos los que leen mi novela.

Diario de una BansheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora