Capítulo 13

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El relajante sonido de los pájaros piando, el olor a madera húmeda y el suave colchón bajo su espalda le hizo gemir cuando se giró sobre la cama, buscando una mejor posición para poder seguir durmiendo. Se acurrucó más contra el pecho que estaba al lado de él, aspiró el olor sintiendo como los vellos de sus brazos se erizaban por la combinación de exquisitos olores, sintió una corriente eléctrica recorrer su espina dorsal.

No fue hasta que sintió un leve apretón en su cadera que abrió los ojos lentamente, con mucha pereza y resentido por la excesiva luz. Cuando logró enfocar la mirada, aventó con fuerza al cuerpo que seguía durmiendo al lado de él, ocasionando que este despertara de manera brusca y espantada.

—Demonios, me habías espantado. —murmuró LuHan con voz soñolienta, se paso las manos por la cara y se volvió a acostar.

SeHun le miró incrédulo del otro lado del colchón, si no fuera porque la cama estaba pegada a la pared, habría apostado todo lo que tenía a que hubiese golpeado de una manera bastante brusca el piso gracias al empujón de LuHan. Negó con la cabeza mientras tomaba una bocanada de aire. Tan bien que estaba durmiendo... Las sensaciones de dormir en la cabaña sin nadie que lo interrumpiera eran muy de su agrado, había olvidado lo que se sentía dormir más de cuatro horas seguidas.

Se volvió a acomodar en la cama aunque el sueño se le había ido con el tremendo susto que LuHan le había dado. Terminó sólo viendo el techo de madera mientras pensaba en nada con exactitud, la noche anterior había tenido sexo con LuHan hasta que no pudieron más. No es que fueran muy activos... sólo que había estado tan estresado que sólo camino hasta la cabaña sin pensarlo mucho y... paso lo que tuvo que pasar.

— ¿Por qué sigues aquí? —le preguntó LuHan después de largos minutos en silencio.

SeHun desvió la mirada del techo para ver el bonito perfil del mercenario, sus ojos seguían cerrados y su voz ligeramente ronca, estaba al descubierto su pecho blanco pues la sabana sólo estaba cubriendo su entrepierna y parte de sus piernas, lamió el interior de su mejilla antes de acostarse de lado.

—Me apetecía despertar a tu lado.

El mercenario soltó una risa burlona antes de sentarse en la cama lentamente, buscó su bóxer con la mirada y lo encontró en el piso, a unos cuantos pasos enfrente de él. Se levantó de la cama y sintió su cadera doler, soltó un bufido y se sobo con la palma de su mano mientras iba a por su bóxer.

— ¿Te duele? —le preguntó SeHun mientras se ponía el bóxer.

—Ya quisieras.

—Si... —musitó SeHun mientras se empezaba a vestir con pereza. —Supongo que tu cuerpo se está acostumbrando a mí.

LuHan se limito a soltar una risa sarcástica y rodar los ojos, giró sobre sus talones y puso sus manos en su pequeña cadera. SeHun ya estaba vestido de la parte inferior de su cuerpo. Su estomago gruñó fuertemente, exigiendo un desayuno rápido ya mismo. El coreano le sonrió y él sólo le enseño el dedo medio antes de ir hacia la pequeña cocina que, aunque su espacio era reducido, tenía todo lo necesario. Y aunque no era el mejor cocinando, por lo menos a él mismo le gustaba todo lo que preparaba.

A los pocos minutos, SeHun salió de la habitación, ya totalmente vestido. La enorme sonrisa que curvaban sus labios era señal de que la noche anterior había sido, posiblemente, la mejor de su vida. LuHan estaba más... ¿Cómo explicarlo? Cuando él llego al atardecer a la pequeña cabaña y le empezó a besar sin decir antes algún saludo, LuHan le siguió el ritmo al instante. Su sorpresa fue grande cuando sintió a LuHan querer llevar el ritmo, lo dejo hacerlo... Y realmente recordaría toda su vida como LuHan lo montó rudamente.

Deoksugung {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora