Capítulo 11

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Las telas de sus ropas rozándose llenaban el estrecho sonido del lugar donde se encontraban, el olor a moho y el piso de madera rechinando bajo sus pies cada que daban un paso en falso no era de lo más agradable. Pero eso no era de mucha importancia cuando sus cuerpos empezaban a subir de temperatura por los besos y carias, mientras su mano acariciaba la erección de LuHan, regó el cuello pálido con besos, succionando en ciertos lugares.

Estaba ansioso por entrar en LuHan, quería llegar hasta el fondo. Se había prometido que probaría cada parte de su cuerpo, y estaba dispuesto a hacerlo. Así que mientras sus dedos hábiles empezaban a bajar el pantalón del mercenario, se fue poniendo de cuclillas dejando varios besos en la piel expuesta. La ventaja de que LuHan no usara la típica ropa tradicional del país es que lo podía desnudar de manera más fácil y podía tocar más piel.

Libero la erección del mercenario haciendo que esta rebotara contra su abdomen, se humedeció los labios y empezó a masturbarlo. Los suaves jadeos que LuHan empezó a soltar le hicieron tocar el cielo, podía sentir la erección crecer entre su mano y presiono la glande antes de alzar la vista a los ojos de LuHan.

—Estoy ansioso por probar cada parte de ti, Han. —susurró, estando seguro de usar el tono suficiente para que LuHan le escuchara.

— ¿Ha-Han? —tartamudeó, incapaz de hablar bien pues el coreano había empezado a sacudir su erección. —Pues hazlo ya, mierda, chúpalo.

Se da la libertad de soltar una risita y soplar en la erección antes de metérsela en la boca, sintiendo como las piernas de LuHan temblaban y su cuerpo se estremecía, llevó una de sus manos hasta su cadera para impedir que cayera al piso en cualquier momento.

Delineó la erección con la punta de su lengua, desde la base hasta la punta, sintiendo cosquillas cuando el escaso vello púbico le rozaba la nariz. Acarició los testículos suavemente mientras que ahuecaba sus mejillas para poder meter todo el pene a su boca, sintió arcadas cuando la punta rozo su campanilla, pero se contuvo de cualquier otra acción y, tomando una larga respiración por la nariz, empezó a mover su cabeza para lamer toda la extensión.

—Voy a correrme ya. —le aviso LuHan e iba a sacar la erección de su boca pero el mercenario lo tomo de los cabellos y lo presiono más contra su entrepierna.

No le quedo de otra más que seguir succionando el pene hasta que empezó a sentir gotas picantes y pegajosas caer sobre su lengua, jadeó sorprendido pero no se quito —aunque era casi imposible teniendo en cuenta que LuHan cada vez lo presionaba más fuerte contra su pene—, al poco tiempo fuertes disparos de semen atacaron sin compasión su boca, trato de no saborear el semen y tragárselo todo, incluso sin respirar.

LuHan hecho la cabeza hacia atrás cuando terminó de correrse en la boca de SeHun, sintió sus piernas temblar y su pene empezar a perder la dureza de antes. Cerró los ojos y, con la boca entreabierta, intentó normalizar su respiración.

—Mi turno. —escuchó a SeHun hablar y lo vio entre la neblina que se había instalado en sus globos oculares por la excitación.

Antes de que pudiera reaccionar, SeHun ya estaba atacando de nuevo sus labios sin compasión alguna, llevó sus manos hasta sus hombros y lo acercó más a su cuerpo el cual seguía temblando por el orgasmo de minutos antes, empezaba a sentirse cansado pero tenía la necesidad de terminar por completo, todo él se lo pedía a gritos.

Estaba tan concentrado en llevar el mismo ritmo de los fuertes besos de SeHun que apenas fue capaz de escuchar un pequeño grito ahogado que no fue de parte de ninguno de ellos dos. Abrió los ojos con lentitud sin separar sus labios de los contrarios, con la poca cordura que le quedaba, vio con sorpresa como un cuerpo bastante conocido estaba detrás de SeHun, un poco alejado de ellos pero no lo suficiente para poder ver con claridad lo que estaban haciendo.

Deoksugung {HunHan}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora