2- Eclipse Lunar.

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11:35 PM...

Las puertas automáticas de una tienda de comida se abren, saliendo de esta se encontraba un chico de cabello negro, ojos marrones y piel morena, que en su mano derecha llevaba una bolsa plástica, caminaba con tranquilidad a pesar de la hora que era, su casa no estaba tan lejos de la tienda de la cual acababa de salir, unas cinco esquinas, el chico vestía con una pijama completamente negra, a cierta vista cualquiera se podría deducir que Billy Lantern tenía diecisiete años de edad.

Mirando hacia el cielo Billy  sonrío sabiendo que esa noche la vería de nuevo, apresuro sus pasos hasta que llego a una casa verde dos niveles en unos momentos abrió la puerta de la casa y se adentró en ella, era muy amplia, espaciosa y cómoda, muy elegante y sofisticada, fue conseguida a base de esfuerzos por el padre de Billy, Michael Bane, que era un policía muy reconocido y famoso.

Dejando de admirar su propia casa Billy subió hacia su habitación con rapidez, cuando llego a esta tomo el telescopio que estaba desarmado en su armario y lo armo con movimientos simples, teniéndola en sus manos el armado telescopio, se dirigió hacia el balcón que era muy grande, coloco su telescopio con la mira hacia la luna que estaba siendo cubierta por la oscuras nubes del cielo nocturno, pero que pronto se despejaría.

Billy busco la bolsa plástica que al entrar a su habitación había tirado sobre su sobrecargado escritorio, de ella saco una bolsa papitas y soda, las oscuras nubes habían despejado la luna y Billy se acercó a su telescopio.

— Ya es hora— dijo acercándose al ocular del telescopio.

Hace tres años, luego de la muerte de su madre Billy Lantern tuvo que hacerse fuerte ya que de verdad pensaba que la muerte de su madre había sido su culpa y solo de él, no del tipo que los atropello.

Le dijo a su padre que le enseñara a ser fuerte como él y este lo cumplió, pero primero le hizo prometer a Billy que no usara el telescopio hasta que fuera fuerte, lo cual Billy acepto sin rechistar, en poco tiempo el chico el cual había sido entrenado a base de artes marciales para fortalecer tanto su físico como su mente, era fuerte, su padre le había comentado que ya estaba listo.

En ese tiempo también había estado estudiando sobre las estrellas y los astros, poseía un conocimiento basto y excepcional acerca del tema, la misma noche que su padre le había dado visto bueno para usar el telescopio que le había regalado su madre, era noche de luna llena y al observar por el ocular del telescopio, se sorprendió tanto que salto hacia atrás cayendo de espaldas sobre el balcón.

— ¿Qué cojones...?— se preguntó a sí mismo, empezó a gatear hacia el telescopio y nuevamente miro por el ocular del mismo y observo lo mismo.

No había ni luna ni estrellas en la mira del telescopio, había una chica sí, una chica de cabello era rosado, su piel era pálida y sus ojos eran morados, en pocas palabras era hermosa, Billy pensó que lo que admiraba era imposible, pero estaba en frente de lo imposible, se dejó caer en el suelo un poco perturbado, de un momento a otro escucho la puerta de la casa abrirse, inmediatamente supo quién era, bajo corriendo hacia la sala de la casa y encontró a su padre quitándose la chaqueta negra que llevaba.

— Pa...— dijo, su padre le miro inmediatamente.

— Oh, Bill, buenas noches— le sonrío su Michael.

— ¿Puedes venir a mi cuarto, en este instante?

— Claro, no veo por qué no— Billy fue hacia la habitación con su padre siguiéndolo, ambos llegaron al balcón y Billy le invito a mirar por el telescopio, Michael se acercó al ocular del telescopio, Billy solo esperó la reacción de su padre, que nunca llego— La luna llena es muy bella ¿no?

Más Allá De Las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora