Me duché rápidamente y dejé a Brooke ducharse en mi casa.
Ya me había secado y vestido con algo bastante simple. En otras palabras: un sudadera blanca y unos jeans. Iba a ir a casa de Brooke, no tenía por qué arreglarme.
Me recogí el pelo en un moño algo revuelto y esperé a que Brooke se acabara de vestir para irnos.
—Vámonos ya. Siento una urgencia de cambiarme de ropa, esta apesta a alcohol y cigarrillo —comentó Brooke con cara de asco.
—Ya te he dicho que te podía haber dejado algo de momento —le dije soltando una risita.
—No hace falta si vamos a ir a mi apartamento —me respondió sonriendo.
Salimos de mi apartamento hablando de cosas sin sentido común. Fuimos caminando hasta la casa de Isaac y Brooke, ya que sólo quedaba a unas calles de la mía.
Llegamos al edificio. Yo llevaba la capucha puesta, sin importarme si me estropeaba más el moño. Me dolía mucho la cabeza y no quería que el frío lo empeorara.
Tanto yo como Brooke, íbamos viendo el mundo gris a nuestro alrededor y juzgando todo debido a nuestra jaqueca. Subimos al piso de su apartamento y Brooke se rebuscó en los bolsillos.
—Mierda, me acabo de acordar que tuve que darle mis llaves a Isaac porque se había olvidado de las suyas dentro —dijo esta.— Más le vale estar en casa.
—Yo sólo quiero tumbarme —dije tocándome la cabeza.
Brooke llamó a la puerta. Pudimos escuchar carcajadas de hombres tras esta, provenientes del salón.
No tardamos en ver a la figura de Isaac cuando se abrió la puerta.
—Anda, hola chicas —dijo este sonriendo.
—Hola hermanito —dijo Brooke.— ¿Con quién estás?
—Con los chicos. Se quedaron a dormir anoche —dijo Isaac.— Pasad.
Se hizo a un lado. Brooke pasó primero y yo pasé con la cabeza gacha. No para evitar ver a alguien, sino por el dolor de cabeza.
—¿Qué te ocurre? —me preguntó Isaac con una sonrisa divertida, cerrando la puerta cuando yo entré.
Brooke se había ido a saludar a los chicos.
—La resaca, con eso te lo digo todo —le dije.
—Hola Sam —escuché decir a la voz de Tyler.
Levanté la mirada. Los chicos estaban sentados en el salón, fumando y riendo.
—Hola chicos —les saludé de lejos. No tenía ganas de acercarme.
Los miré. Sólo estaban sentados Tyler y Dillon, sin Alex. Eso me relajó un poco.
—Vamos, Sam —me llamó Brooke.
Seguí a esta hasta su habitación para vestirse. Yo sólo me tiré en la cama de Brooke y me relajé. Fui feliz ante esa acción.
Brooke y yo hablamos mientras está se cambiaba, hasta que de repente, habló de quién yo no quería hablar.
—Normalmente Alex suele estar de aquí para allá en mi casa. No hay día que no esté, es raro que ahora mismo no esté —dijo Brooke poniéndose los pantalones.
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INNOCENCE.
RomanceLo único en la que ella pensaba al llegar a la ciudad era en estudiar, para que el futuro le sonría y viva bien. Lo que no sabe es que sus planes van dar un giro de ciento ochenta grados. Seguirá estudiando, sí, pero sus planes de llevar una vida...