CAPÍTULO 8.

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—¿Cómo has dicho que se llamaba ese chico? —me preguntó Brooke.

Estaba sentada en la cafetería con Brooke, comiéndome un burrito al igual que ella. El día estaba por acabar, y este era el único momento libre en el que ambas coincidíamos en todo este día.

—Derek —respondí.

Le di un mordisco a mi burrito mientras ella puso cara pensativa.

Y sí, le estaba contando lo ocurrido con Alex el otro día. Nunca llegó a decirme que no podía contarlo, así que pensaba desahogarme con Brooke.

No le conté al detalle las conversaciones que tuvimos, sólo le dije que me hablaba con egocentrismo.

—Ya había escuchado su nombre anteriormente en las conversaciones de mi hermano —me dijo.

—A lo mejor deberíamos hablarlo con Isaac, tal vez él...

—No, ni se te ocurra —se apresuró en decir.

—No dirá nada si se lo pedimos.

—¿Estás loca? —me volvió a mirar como si estuviera sentada al lado de un psicópata.— Isaac no puede saber lo que te ha ocurrido, al menos no ahora.

—¿Por qué no?

—La primera razón de todas es que no le hará gracia que hayas accedido a que Alex te lleve a casa, seguramente empezará a decir que podría haberte llevado a su casa o que con suerte no te ha tocado.

Yo comía de mi burrito y escuchaba con atención a Brooke.

—Le puedo explicar que no ha intentado nada porque no quiere cometer el mismo error que cometió contigo, y que yo no pensaba caer porque ya me habéis avisado de cómo es —dije.

—Tal vez tengas razón en lo segundo, pero en lo primero no —me dijo, haciéndome fruncir el ceño.— Isaac sabe que Alex se ofrece a hacer algo por las chicas sólo para conseguir algo a cambio, y pensará que lo de que no quiere cometer el mismo error es sólo una trola.

«Si tú supieras que lo único que quiere a cambio de mí es mi silencio...».

—Bueno... —dije en un suspiro.— ¿Y cuál es la segunda razón?

—La segunda vendría siendo que probablemente Isaac piense que crees que es un enfermo por juntarse con gente que está metida todo el tiempo en problemas, a tal punto de llevar un arma encima por si las moscas —me dijo.

—No creo eso —dije casi al instante.— Tu hermano es buen chico.

—Pues él no pensará lo mismo, y seguramente discuta con Alex por haberte puesto en esa situación.

Suspiré. Le di vueltas a la cosa mientras comía, y volví a posar la mirada sobre Brooke.

—Pero si se supone que no se lo tengo que decir, ¿por qué has dicho que no por ahora? —pregunté.

—A lo mejor dentro de un tiempo puedas contarlo como una anécdota y hacer como si nada, porque ahora se nota que te preocupa el tema y si se da cuenta de eso, se arrepentirá de haberte llevado a esa fiesta y de haberte presentado a sus amigos —me dijo acabando su comida.

—No creo que una historia así deje de preocuparme, y tampoco sirve como anécdota —comenté.

—De todos modos, llegará un momento en el que Isaac se entere. Te recuerdo que Alex es su mejor amigo, y que no hay cosa que le haga que no le cuente —me dijo con una mueca.

«Te equivocas amiga, no le cuenta todo lo que hace...».

—¿Se supone que si se entera de su boca será mejor si se entera de la mía? Total, es algo que sabemos los dos, no hay diferencia en quién se lo va a contar a Isaac —indiqué.

INNOCENCE.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora