La nota está escrita en una hermosa, casi perfecta caligrafía. De un color azul oscuro, combinando bellamente con los detalles del papel, que lo hace parecer antiguo. Observo la parte de atrás: nada. La tinta aparenta ser fresca, por lo que la nota tuvo que haber sido escrita hoy.
¿Quién pudo haber sido? Patrick es el único a parte de mí que tiene la llave, además la otra persona que sé que entró a mi habitación hoy fue Sam y... No, no pudo haber sido ella, me niego. Seguro que alguien robó la llave. Solo le tengo que preguntar a Rose. Ella me dará una respuesta, si alguien la robó o la pidió...
Me dejo caer sobre la cama. Resolvería todo mañana, ahora no me vendría mal dormir un rato.
***
—Rose, hay algo que quiero preguntarte. ¿Tienes tiempo?
Esto parece haber sido hecho a propósito. Encontrarme a Rose, sola, caminando por el pasillo tranquilamente, sin ningún apuro, es un completo milagro, algo enviado por los mismísimos dioses, un regalo del...
Suficiente dramatismo, Stacy.
Shh, calla. Si quiero ser dramática, seré dramática. Son mis pensamientos, no los tuyos. Yo mando aquí.
—Sí, dime, Stacy —la voz de Rose me despierta de mi ensoñación.
—¿Alguien a parte de Patrick ha tomado la llave de mi cuarto?
—No, solo Sam cuando la mandé a buscarte.
—¿Cuántas copias hay de cada llave?
—Son tres en total. Una se la damos al "dueño", por decirlo de alguna manera, y las otras dos están en una habitación a la que solo los reyes y yo tenemos acceso —explica—. En tu caso, le di al príncipe Patrick una de las copias, que aún no ha devuelto. Y la otra está en la sala de llaves, Sam la devolvió enseguida —de la nada, su expresión se torna severa—. ¿Por qué me preguntas esto? ¿Acaso alguien ha entrado en tu habitación?
—No, no. Para nada —niego frenéticamente—. Solo tenía un poco de curiosidad —me excuso.
—Bueno, si eso es todo, será mejor que me vaya —se despide y se aleja por el pasillo.
***
—¿O sea que ayer por la noche recibiste una nota con una amenaza? —asiento.
—¿Y viste a Sam entrando a tu cuarto y actuando raro? —digo que sí con la cabeza.
—¿Y tú crees que Rose está encubriéndola?
—Así es.
—¿Por qué?
—Porque no parecía tener idea de que había mandado a Sam a "buscarme". Sin embargo, la encubrió —relato.
—¿Y si solo se olvidó?
—Cállate, Patrick, no ayudas. Ahora, sé útil y tráeme tu copia.
—¿Para qué la quieres?
—¿Cómo que para qué? No voy a dejar que puedas entrar a mi cuarto cuando quieras —digo, como si fuera obvio.
—Bueno... lo que pasa es... —se rasca la nuca, lo que significa que está nervioso: oculta algo.
—Confiesa, que no soy una persona paciente —murmuro, cruzándome de brazos.
—Yo... perdí la llave —susurra, jugando con sus dedos.
—¿Cómo?
—Yo perdí la llave —repite.
—Sí te escuché la primera vez. ¿Pero cómo es que perdiste la llave? —me tomo el puente de la nariz. Calma, calma... No pasa nada bueno cuando estoy enojada.
—No es que la perdí, solo desapareció —se explica.
—Sí, Patrick, porque en el colegio aprendimos que las cosas aparecen y desaparecen por arte de magia —él se queda en silencio—. ¿Qué esperas? Ve a buscarla otra vez —ordeno y el sale corriendo de mi habitación.
***
¿Qué es eso?
Ha pasado una semana desde que recibí la misteriosa nota y Sam se ha estado comportando de manera muy rara. Ayer, me enteré de que ella se había tomado este fin de semana libre. Por lo que decidí seguirla por la cuidad para ver a dónde se dirige. Es por eso que ahora me encuentro en una especie de fábrica media abandonada, observando como Sam sale del lugar cargando una enorme caja que tapa su rostro y dos bolsas colgando en cada una de sus muñecas. Ella se aleja por una calle desierta y yo me dedico a seguirla.
Con respecto a Patrick y la llave perdida, luego de que se fuera de mi habitación, encontró la copia en uno de sus cajones. Él me juró que había buscado ahí, y sería sospechoso que hubiera aparecido por arte de magia, si no se tratara de Patrick.
Veo a Sam subir a un taxi y yo hago lo mismo, pidiéndole al conductor que siga al auto de mi amiga. Poco después, estamos cerca de las puertas del palacio, donde le pido al conductor que pare y le pago. Ella camina hacia la entrada trasera e ingresa a la cocina. La persigo por detrás y veo como le entrega la caja a Rose y esta la coloca sobre una mesa.
—¿Qué es eso? —decido que es momento de darles a conocer mi presencia.
Ambas se giran inmediatamente y, al verme, sus rostros se tiñen sorpresa y nerviosismo. Disimuladamente, las dos se paran en frente de la caja, de modo que yo no puedo verla más.
—Nada... Nada importante... Solo... ingredientes —responde Rose.
—¿Están bien?
Ambas asienten y yo me retiro a mi habitación.
***
Un par de horas más tarde, con la mente despejada luego de un lindo baño de agua caliente, me dirijo hacia la cocina por un vaso de agua. En el pasillo, me encuentro con Sam, que no dice nada, pero me hace una seña para que la siga y yo obedezco. ¿Qué es lo peor que puede hacer? ¿Matarme?
Sam me conduce hasta llegar al comedor, abre la puerta, todo está oscuro. De repente, la luz se enciende.
—¡Feliz cumpleaños! —exclaman.
•••••
Maratón 3/3
Se acabó el maratón. ¿Se esperaban que fuera el cumpleaños de Stacy?
Ahora me despido que mañana tengo prueba y tengo que estudiar.Saludos, Kira
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Protegiendo a la Familia Real
Teen FictionStacy trabaja como agente secreto para la "Agencia Protectora de la Familia Real", una institución que se encarga de defender a la nobleza de todo el mundo sin que ellos lo noten. Debido a unos ataques que ha habido últimamente en el reino de...