Protegiendo a la Familia Real

Capítulo 9

—¿Ustedes... se conocen? —murmura Jules sorprendido.

¿No es eso un poco obvio?

—Sí, primo, la conocí hace unos años en Yen. Pero... ¿cómo es que ustedes se conocen?

No sabía que ellos dos fueran primos... eso es... interesante.

—Ella es la esclava... digo, dama de compañía de mi hermana —explica el príncipe divertido, aunque sigue con el ceño fruncido.

Luego de ese incómodo momento, Patrick, quien ignoró la situación desde el principio, sugiere que volvamos todos, Jules, Sam, él y yo, juntos en la limusina. Obviamente, ese viaje tampoco es muy cómodo, pero parece que Patrick ni siquiera se da cuenta de eso. Lo que me hace cuestionar si el reino de Yen está en buenas manos y si Patrick, por su propia seguridad, debería seguir en la agencia.

Supuestamente un príncipe heredero debe ser astuto e inteligente y más cuando es uno de los pocos miembros que tiene la A.P.F.R. que a su vez son "infiltrados" en la realeza.

Dejando de cuestionar el coeficiente intelectual de Patrick, salgo de la limusina seguida de Sam. Jules, apenas llegamos, abrió la puerta y se fue caminando, casi corriendo, siendo seguido por su primo, el cual parecía bastante desconcertado por su actitud.

—¿Qué le pasa a su majestad, el príncipe? —pregunta Sam confundida.

—Nada, solo me odia. Y odia todavía más el hecho de que conozca a alguien de su familia —respondo encogiéndome de hombros.

***

Toc-Toc

—Adelante —digo, y Patrick entra en mi habitación.

—¿Cuándo empezamos con el entrenamiento? —pregunta Patrick entusiasmado. Parece que la jefa ha hablado con él.

—Hola, Patrick, yo estoy muy bien, gracias por preguntar —me burlo.

—Sí, sí lo que tú digas... Entonces, ¿cuándo empezamos? —tanto entusiasmo me está cansando, y no soy precisamente reconocida en la agencia por mi paciencia.

—¿Sabes? No deberías entrar a mi cuarto tan escandalosamente, sobretodo por la noche.

—¿Eh? ¿A qué te refieres? —Enserio, esto me hace querer cometer un asesinato.

—Teniendo en cuenta que toda la gente que trabaja aquí es bastante chismosa... ¿No te parece que es un poco sospechoso que un príncipe visite a una dama de compañía ¡durante la noche!? —estallo.

—Ahh... —murmura en entendimiento—. ¡Eh! ¡Pero... em... nosotros no...! ¡Ah! —Yo todavía no me creo que este sea el príncipe heredero de Yen.

—¡Ya sé que nosotros no! —exclamo, y aprieto fuertemente el puente de mi nariz—. Empezaremos con el entrenamiento personal el sábado a las 15:00. Búscame en mi cuarto a esa hora.

—Entendido —dice mientras coloca su mano sobre su frente en señal de saludo de soldado. Respira... Respira...— Una última cosa, Stacy.

—¿Qué? —Suspiro fastidiada.

—No te aprietes la nariz tan fuerte, te vas a hacer daño. —Inhala... Exhala...