Capítulo 14

5.7K 390 12
                                    

No puedo decir que estoy emocionada por ir en una cita, y menos cuando alguien que no tiene nada que ver va a estar observándote. No obstante, no pienso faltar: no está en mis planes tener a Damien en contra.

Nunca me han gustado este tipo de cosas. Quizá es por eso que solo he tenido un novio que me ha durado más de un mes. Sin embargo, la soledad no es algo a lo que no esté acostumbrada o me moleste, en realidad, me gusta. Ella lo quiso así.

Durante toda mi infancia y adolescencia he estado sola. Con muy poco contacto con gente. Ya sea por el estilo y lugar de vida que tenía de pequeña o porque el hecho de que ser agente no permite muchas amistades.

A penas descubrí que esta profesión no era algo que solo existía en los libros o películas, mi interés en él fue aumentando y aumentando conforme pasaba el tiempo. Quedé completamente enamorada la primera vez que vi a unos agentes en acción, y no pude evitar preguntar si me podía unir. La mayoría se me rio en la cara, ya que solo tenía diez años, pero hubo una mujer que me alentó. Ella parecía ser la más grande de todo el grupo y la jefa de la misión. Sin dudarlo, la mujer me dio una tarjeta que tenía un número y me dijo que lo pensara, y si estaba completamente segura, la llamara.

A día de hoy, esa ha sido la mejor, y quizá la única buena, decisión que he tomado.

***

Cuando llego a la puerta principal del palacio, además de a dos edificios andantes a los que se los conoce como guardias, solo me encuentro a Jules. Este me observa de arriba abajo, como si no se creyera lo que ve.

—¿Se le perdió algo? —pregunto, cruzándome de brazos.

—No, es solo que es raro verla vestida como una persona normal —ruedo los ojos.

—¿A qué se refiere?

—A que casi nunca se viste normal. Siempre anda con esos vestidos horribles cuando está con mi hermana.

—No son tan feos —defiendo.

En realidad, sí, lo son. Pero no puedo ponerme pantalones porque tengo que ir siempre con un arma. Y no creo que sea normal pasearse por el palacio con una pistola en un cinturón o bolsillo. Además, tampoco puedo ponerme faldas que estén sobre la rodilla, reglas de trabajo. Así que lo único que me queda es usar vestidos muy largos y anchos con dibujos espantosos.

Nos quedamos en silencio unos minutos hasta que por fin vemos a Damien bajar por una de las escaleras y posicionarse entre Jules y yo. Nos hace un simple gesto para que los sigamos y salimos del palacio. En donde nos espera un auto negro BMW con los vidrios polarizados. El conductor nos abre la puerta y los tres entramos en la parte trasera del coche, con el príncipe y conmigo en las ventanas y Damien en el medio.

El auto arranca y nadie dice nada. No sé a dónde vamos, pero tampoco quiero preguntar, no quiero parecer ansiosa o nerviosa por la cita.

Durante todo el viaje, me permito por primera vez pensar en quién pudo haber puesto la bomba. De mis conocidos, Jules no fue porque estaba conmigo, a Sophie la vigilé toda la noche, Patrick encontró la bomba y Damien... Damien se fue con un amigo.

Lo miro, es bastante guapo, debo admitirlo. Pelo castaño y ojos color miel. Concéntrate, Stacy. Él coincide: es socio del club de strippers... aunque también Jules lo es, esa debe ser la forma que la realeza consigue algo de... diversión. Además, Damien no es de Grehen hasta donde yo sé, lo que no explicaría por qué tendría un pin de ahí. Asimismo, él es adoptado, no tendría mucho sentido que un duque de Heyen adoptara a un huérfano de Grehen.

Descarto rápidamente el pensamiento, recordando las palabras de mi jefa: "Nunca es el primer sospechoso que coincide con todas las evidencias". Mi jefa nunca se equivoca y, además, ¿qué razón lógica tendría Damien para querer vengarse de la Familia Real? El príncipe es su mejor amigo y él prácticamente vive aquí. ¿Qué es lo peor que Jules le pudo haber hecho? Robarle una chica, no creo que se haga mucho problema con eso. Además, ¿por qué esperar hasta ahora? Esto no es es una película donde el antagonista tiene una gran razón la cual se remonta a varias generaciones anteriores.

Suficiente, Stacy, que el auto se ha detenido.

El conductor sale del auto y le abre la puerta del lado de Jules, el cual da a la vereda. Salgo del coche y me sorprendo al ver el lugar al que nos ha traído Damien.

—¿Un... parque de diversiones? —Pregunta Jules tan asombrado como yo.

—Sí, así es —se encoge de hombros—. Ahora, tú —señala al rubio—, ponte esto.

De su mochila, saca una peluca de color zanahoria y unas gafas de sol negras. Se las entrega.

—¿Para mí? —el príncipe se señala a sí mismo.

—No, para mí —contesta sarcástico—. Si alguien te reconoce, tendremos que salir corriendo y nadie tiene ganas de eso.

No estés tan seguro Damien, pienso, pero no digo nada.

»Muy bien, antes de entrar, quiero que ambos se den la mano y hagan las paces y con eso también empezarán a tutearse, que se hablen de usted me hace sentir que tienen ochenta años— dice el castaño, fingiendo inocencia.

Jules y yo nos miramos. A pesar de sus gafas, sé perfectamente que me está observando, analizando cada uno de mis movimientos. Nadie hace nada por varios segundos. Hasta que el finalmente extiende su mano con lentitud, sin ninguna prisa.

Yo la tomo, y las agitamos. Declarando silenciosamente una tregua por el resto del día.

•••••

Maratón 1/3

Me pidieron maratón así que acá está. Subiré una parte por día. Ya lo dije, pero muchísimas gracias por los 5k.

Saludos, Kira

Protegiendo a la Familia RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora