Capítulo 6

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Si tuviera que describir la situación con una sola palabra, esta sería: caos. La gente corre desesperadamente de un lado a otro gritando como si fuera el último día de su vida. Los guardias reales, en un intento de calmar a las personas, piden que conserven la calma mientras que se aseguran de que todos estén a salvo. Y yo, que hace menos de cinco minutos estaba totalmente aburrida, ahora observo lo que sucede y llego a pensar que es hasta gracioso. Es cierto que una bomba ha explotado, y que se ha escuchado bastante fuerte, pero cualquiera que no esté en shock o en estado de pánico podría darse cuenta que el ataque ha sido provocado lejos de la zona. Es obvio que el atacante no quería matar a alguien, sino infundir miedo, lo cual consiguió.

Yo, lejos de estar asustada, me muerdo el labio para reprimir las carcajadas, todavía parada cerca de la mesa de bocadillos que hace unos minutos estaba junto a... ¡¿Dónde está la princesa?!

¿Debería buscarla?

¡Sí! O te meterás en problemas.

¿Por qué tendría problemas?

Porque tu deber es protegerla.

Nada atenta contra su vida. Quizá solamente está corriendo de un lado a otro como la mayoría, lo cual es gracioso... ¿Me pregunto por qué nadie está grabando esto para después publicarlo en YouTube?

¡Concéntrate!

Bueno... Bueno... Analicemos la situación: primero, quedarme aquí, disfrutando de la escena o, segundo, buscar a Sophie. Conciencia, dame una buena razón para buscar a la princesa.

¡¿Enserio necesitas una buena razón?! ¡Búscala y ya!

Ya voy... Ya voy... Pero no te enojes.

Sacudo la cabeza antes de que mi conciencia pueda seguir regañándome y me dispongo a buscar a la princesa.

***

Conciencia, ya revisé la sala tres veces, ¿puedo seguir disfrutando del show?

¡No! Busca por los alrededores.

Salgo frustrada del salón y decido que primero buscaré en su habitación, la cual está vacía, luego me dirijo a los comedores, donde tampoco la encuentro, y sigo por buscarla en los lugares que Sam me mostró en mi primer día. Ahora que lo pienso, hace mucho que no hablo con ella, debería pasar a saludarla.

Rendida por no haber podido encontrar a Sophie voy hacia el jardín delantero con la esperanza de poder tomar algo de aire fresco y poder despejarme un poco, pero lo que veo provoca que mi mente se centre en un único pensamiento: malditos ricos. La entrada del castillo está siendo ocupada por hermosas limusinas con hombres de traje, con pintas de choferes, parados al lado de coches de última tecnología especialmente caros, que hacen que quiera irme de allí lo más rápido posible, lo cual no tardo en cumplir. Si de verdad tuvieran tanto miedo, ya se hubieran ido del reino, en vez de estar revoloteando por el salón ridículamente.

De vuelta en el palacio, y con más malhumor que antes, reviso mentalmente todos los lugares que no he ido y que, posiblemente esté Sophie.

¡Por Dios! ¡Está en el jardín trasero!

Puedo sentir cierto deje de fastidio en su voz... o lo que sea... lo que provoca que mi humor empeore.

Protegiendo a la Familia RealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora