Capítulo 11

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Segundo año inicia. Las vacaciones se habían terminado. Me ahorrare el tiempo en relatar todo lo que hice e iré al grano. Ya tenía 13 años y una nueva amiga, Daniela. Tomaría tiempo decir que es "mi mejor amiga".

Me encontraba sentada en una butaca al frente del lugar de Daniela, platicando de lo que hicimos en las vacaciones. En eso Daniela se queda muda y voltea a ver a algún lado, inmediatamente voltee a ver lo que fuera que Daniela estaba mirando y me encontré con una mala cara de Israel.

-¿Podrías quitarte de mi lugar?

-Este no es tu lugar- le contesté.

-¿Cómo estás tan segura de eso?- replicó.

-Al llegar, Daniela me dijo que me sentara en su lugar y ella se pondría un lugar atrás para no molestar a nadie.

-Si cuentas los asientos, estás sentada en mi lugar y tu amiguita se equivocó al contar. Deberíamos de regresarla al kínder- podía decirme cualquier cosa, pero que insultara a Daniela, no lo toleraría.

-¿Tienes algún problema con que este aquí? ¿Te afecta en algo que esté sentada aquí? Tu nunca...

-Es mi lugar, tú no tienes que estar haciendo nada en él- me interrumpió.

-¿Cuándo lo compraste? Yo no veo que diga tu nombre- me burlé.

-Solo quítate y ya.

-No lo haré.

-En algún momento lo harás, cuando comience la clase tendrás que irte a tu lugar.

-Me quedaré aquí todo el día.

-El profesor te moverá.

-Es el primer día, no saben los números de lista y no me puede hacer nada.

-Bien, yo me voy a tu lugar.

-Me parece genial. Es más, quédatelo, te lo regalo- haciendo un puchero y con ganas de querer hacer una rabieta, giró sobre sus talones y se dirigió hasta el otro lado del salón. Esa pelea la había ganado. Poco a poco una sonrisa victoriosa se fue formando en mi cara.

-Que grosera fuiste con él Mariam- dijo Daniela a mi costado. Voltee a verla.

-¿Grosera? ¿Viste como me trato? Ni un "por favor" me dijo. Si desde un principio me lo hubiera pedido amablemente créeme que si me hubiera quitado.

-Es muy extraño- escuche que Daniela decía eso en un susurro.

-¿Qué?- pregunté mecánicamente.

-Es muy extraño que actúe de esa manera. Generalmente es lindo.

-Por qué... Un minuto, ¿dijiste que Israel es lindo?- no podía ser cierto que le gusta a Daniela. En ese instante sus mejillas se pusieron de color rojo carmesí y eso me dijo todo. Ella lo adoraba. –Daniela ¿es en serio? ¿Te gusta?

-Algo así. Lo conozco desde el primer día y me cae muy bien. No sé si estoy confundida.

-Yo digo que si te gusta.

-No lo sé. Pero quiero conocerlo más. Desafortunadamente lo poco que le hablo es solo aquí, en la secundaria.

-Consigue su número telefónico.

-¿Cómo?

-Pregúntaselo.

-No.

-¿Por qué no?

-Qué vergüenza

-Ay Daniela. Yo se lo pregunto- me levante de la butaca y fui hasta donde estaba Israel.

-No Mariam no vayas- dijo Daniela pero no le hice caso, aun así fui.

-Israel- él volteo a verme con esa mala cara de nuevo.

-Ahora ¿qué quieres?

-Tranquilízate. Solo te iba a pedir tu número telefónico- su cara paso de enojado a sorprendido.

-¿Para qué lo quieres?

-Para cuando lo necesite. Tu sólo dámelo y ya.

-¿Tienes lápiz y papel para anotarlo?

-Jóvenes, tomen su lugar por favor- el maestro había llegado al salón. De rápido arranque un pedazo de papel de una hoja de mi cuaderno y se la di a Israel junto con una pluma.

-Lo escribes y terminando la clase me lo das- le dije eso y me fui a sentar. Empezaría mis lunes con la clase de matemáticas.

[...]

-Mariam- picando mi hombro, Israel me estaba hablando a mis espaldas.

-¿Qué paso?- me gire para verlo.

-Aquí tienes- me dio el pedazo de papel y se fue. Lo abrí y era su número telefónico.

-Daniela aquí esta. Es su número- puse el papelito en las manos de Daniela.

-¿De verdad lo conseguiste?- me miraba con una gran sonrisa.

-Sí, te dije que era fácil obtenerlo.

-Gracias Mariam. En serio, muchas gracias- Daniela no paraba de sonreír y de mirar el pedazo de hoja.

-De nada- le devolví la sonrisa.

-Oye Mariam ¿tú no vas a anotarlo?

-No, quédatelo. Si algún día lo necesito, ya sé a quién pedírselo- le guiñé el ojo.

Llego el siguiente maestro y después salimos al receso. Todo el rato, Israel me veía y se me hacía raro. Sólo lo ignoraba y no le daba importancia. El día se pasó rápido platicando con Daniela. Ella era una chica muy divertida. Espero que esta amistad sea muy buena, llena de confianza, buenos recuerdos y duradera. No me gustaría perder a otra amiga.

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HOLA!!! 

Volvimos a esto... Ya se terminaron mis largas vacaciones :( pero comenzamos la segunda etapa de Mariam y eso me da mas felicidad que nada!

Lo prometido es deuda, aqui esta el capítulo, que lo disfruten ;)

Ahora si, cada lunes habrá una nueva actualización.

Hasta el próximo lunes ^_^ 

Mi mejor amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora