ANGEL

Capitulo Ocho

Baje de la motocicleta y me dirijo a la ventana para entrar a la habitación de Jazmin, tenia puesta su pijama azul cielo y en el cabello una liga que transformaba su cabello de suelto a una coleta de caballo. Respiraba tranquila, yo ya observaba recargado en la pared, se veía hermosa durmiendo, tan sólo ocupaba un espacio de su enorme cama.

A los ángeles encargados de asignarnos no les importa si te pasas el día viéndola o a su lado, ellos solo buscaban una cosa, el bienestar de tu humano si algo le llega a suceder no sería precisamente culpa del ángel protector, ella puede caer por un descuido o cualquier otra pequeña situación, pero si esta se ven un riesgo en potencial el deber del ángel es evitarlo en todo momento, simplemente debes mantener al humano vivo primeramente por su bien y por otro lado si querías conservar tus alas. Simple si algo le sucede, los ángeles de mayor mando te arrancarían las alas mandándote directamente a un lugar conocido como EL CALABOZO. ¿Qué rayos es el calabozo? No tengo idea pero no suena acogedor.

El resto de la noche transcurrió tranquila. Jazmín dormía como un angel, no es por halagarme o a otros ángeles pero era cierto, Jazmín debió quedarse en su departamento y Scott igual o eso espero. Los padres de Jazmín dormían en una habitación al final del pasillo que conducía al cuarto de ella, a la ducha y por ultimo con sus padres.

A la mañana siguiente en la habitación de Jazmín esta se estaba arreglando para ir al colegio, traía unos jeans ajustados color negro y una camisa blanca con la imagen de un gato o un gatito supongo no se bien la verdad pero es algo así. Me senté en la cama y me arme de valor para hablar...

-Hoy te ves muy bien.-de hecho siempre lo hacía.

Ella dio un salto al escuchar mi voz y volteo de una manera muy asustada. Me miro por cuatro segundos maso menos y no decía nada

-perdona, no fue mi intención asustarte.-le dije compadeciéndome de ella.

Por un momento creí que saldría corriendo de la habitación, pero en lugar de eso me ignoro. ¿Cómo demonios puede hacer eso?

-Si tú! , Estoy aquí!-le dije.

Nuevamente volteo y me miro ahora con una cara de enojo.

Entonces por fin hablo

-que rayos quieres!? Creí que serias un mal sueño, y que al despertar te habrías ido. ¿Cómo o rayos es que entraste a mi habitación? y ¿porque me hablas como si nos conociéramos hace muchos años?

Me sorprende que pueda quejarse de esa forma y tan rápido, no entendí mucho de lo que dijo.

-oye, tranquila. Tú y yo podemos llevarnos bien! Ya te dije que yo solo estoy aquí para cuidar de ti. Te conozco mejor que de lo que tú puedes imaginar.

-entonces no te piensas largar? Llamare a papa.

-mira que testaruda, aunque yo quisiera no podría irme, mi destino ahora es estar a tu lado. No te quiero asustar pero la única forma de irme es que mueras tú o muera yo y eso parece casi imposible.

-de acuerdo haz lo que quieras, solo no molestes frente a los demás.

- ellos no pueden verme linda, tranquila.

-y no me llames linda.

Salió de la habitación aun roja, no sé si de coraje o tenia pena de tener una figura como yo en su habitación.

Llego a la cocina y su madre la miro.-estas bien Jazmín?-le dijo en un tono burlón.-estas más roja que un tomate.

-estoy bien madre, ¿dónde está papa?

-salió temprano, tendría practica de tiro creo algo así me dijo. Pero dejo cien pesos sobre la mesa, tómalos para que compres tu almuerzo y anda que es tarde.

-sale mama, te veo luego.

-hija, lo olvide saldré a visitar a una amiga, tal vez no esté en casa hasta tarde. Por favor pórtate bien.

-claro madre nos vemos.

Jazmín Salió de la casa, y entro al su auto, era un pequeño centra azul un poco maltratado.

Decidí ir a buscar a Scott para saber qué haríamos con respecto a lo sucedido ayer. Saque mi móvil de la chaqueta y marque su número pero no me respondió. Pasare a buscarlo más tarde, pero ahora necesito una ducha y cambiarme la ropa. Subí a la moto y avance a mi departamento en hollings stred unas calles un poco solas pero tranquilas, pero vaya sorpresa cuando al fin llegue...