XXV - Es nuestro destino

752 42 19
                                    

Ryu batallaba contra dos ánimas al mismo tiempo sin problemas, mientras estuviera concentrado podría con ellas pero se estaba demorando al vigilar a la persona que supuestamente debía estar protegiendo, quien luchaba con Tian Fu. Evadió dos navajas de aire, dos bocanadas de viento que ya había subestimado con anterioridad y que a pesar de su aparente debilidad, estaban bien afiladas, le sangraba el costado izquierdo por ello. Claro que Nise le impedía apartarse mucho haciendo que la tierra temblara a sus pies pero no eran gran cosa, nada que no pudiera manejar.

-Zen, hay que deshacernos de este rápido, Shaoran Li es el objetivo- había dicho la mujer.

-Lo sé- espetó la otra. -Pero es veloz.

-Soy más que eso encanto- presumió el guardaespaldas apareciendo detrás de la jovencita rubia y sujetándola. -No podrás contra mí.

- ¿Ah no?- enunció Nise amenazando con un bisturí a Mei Ling que comenzaba a recuperar la consciencias. -Yo creo que sí, será mejor que sueltes a mi hermana.

- ¿Ambos con rehenes? Eso no habla bien de nosotros, además esto no funcionará, nada hay que le asegure al otro que su compañero continuará con vida después de liberarlos ¿Cierto?

-Oh, no tengo intensión de liberarla hasta que sueltes a Zen, no olvides que mis lindos cuchillos tienen un fuerte veneno, ahora dime ¿Quién está en desventaja?- Ryu apretó los dientes recordando aquel pequeño detalle, ese sería un problema.

-De acuerdo- sonrió, tan seductor como pudo. -Tú ganas preciosa, soltaré a tu hermana si dejas a mi amiga- liberó a la rubia que lo mandó a volar con una ráfaga de aire.

- ¡Ryu!- exclamó la joven china cuando lo vio chocar contra un árbol, intentó liberarse pero el arma en su cuello se lo impidió. - ¡Suéltame! ¿Quién eres tú?- Mei Ling le dio un golpe con el codo en la mandíbula y se liberó, fue directo a donde estaba el asistente de su primo para confirmar que estuviera bien.

-No te preocupes, y no seas tan imprudente, tenía un bisturí en tu cuello Mei Ling- le reprochó él, fastidiado. - ¿Es que todos los Li son iguales? Qué duro es esto...

-No te esfuerces tanto si no puedes, tonto.

- ¿Quién dijo que no puedo? En primer lugar soy perfectamente capaz de protegerlos como es debido- se puso de pie. -Y segundo no creo que ese sea el tono para hablarme pantis, no regresaste a casa, nos tenías muy preocupados- ella enrojeció como una cereza al recordar lo sucedido por la mañana del día anterior, se había olvidado de lo que le había confesado, de pronto estaba avergonzada. ¿Por qué siempre hacía que se sintiera como una niña descarriada?

-No tienes derecho, yo debería estar molesta... ¡Prácticamente me gritaste en la cara que no me soportabas!

-Jamás dije algo parecido, mira luego hablaremos, no es el momento ahora.

-Oh, no, no te escaparás tan fácilmente.

Atontadas por la escena que presenciaban, Nise y Zen decidieron que no debían distraerse con idioteces, por lo tanto se dirigieron hacia Tomoyo para atraparla pero una barrera la rodeaba, era el nieto del monje Tsukimine quien estaba creándola, también había puesto una alrededor de sí mismo y la joven card captor a quien sostenía. Al voltearse para continuar combatiendo notaron que el pelinegro y su ruidosa amiga habían dejado de discutir e incluso se acercaban determinados. Comenzó una batalla cuerpo a cuerpo, por ambas partes había conocimientos de artes marciales así que la pelea era muy pareja. Visto de una parte Mei Ling era mucho más fuerte físicamente que Zen pero no tenía magia, en el caso de Ryu su oponente no era tan poderosa como él sin embargo sí muy astuta, no podía tomarla a la ligera. Todo comenzó a salir mal cuando la jovencita rubia se percató de que la proveniente de China no poseía poderes, e inició una ventisca que no podía detener. Por fortuna para Mei Ling todo lo que le lanzaba era capad de evadirlo aunque con el paso del tiempo empezaba a fatigarse.

Is Our DestinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora