Simone
Me encuentro mal. No he parado de vomitar en dos días y no llegué a decirle a Mic (ni a nadie) que cambiaría de número telefónico. Por ahora el Nokia que lleva el que todos conocen está muerto y yo en la sala de urgencias del hospital. Todo por comer mangos callejeros... bendita infección me he pillado.
Austen ha sido todo un caballero y me ha seguido enviando mensajes todo el tiempo, sin embargo es el único que sabe donde me encuentro, porque se lo dije hace apenas cinco minutos y espero su respuesta, sé que no aparecerá por la puerta ya que se encuentra fuera del país. El bendito IPhone emite un pitido.
- ¡Qué demonios! ¿No le has dicho a nadie que estás en urgencias? No puedo creerlo. Estás sola y enferma.
Ah bueno, vaya drama por una infección de nada...
- No voy a morirme, que más da - le envío en respuesta.
Mi cerebro se pone en alerta al darme cuenta que no responde durante más de media hora y me pregunto vagamente si se habrá trepado a un avión, pero lo descarto al reconocer que apenas me conoce, no va a cruzar medio planeta por mi... entre estas cavilaciones me voy sumiendo en un profundo sueño lleno de voces sin sentido.
- ¿Cómo supo usted donde encontrarla? - es la voz de Mic, pero no sé con quien habla...
- Eso no importa - susurra una voz conocida que no alcanzo a identificar - lo que cuenta es que está aquí, hay que tratar de averiguar que le pasó y como es que llegó al hospital
- Vamos a hablar de esto más tarde - dice mi amiga a punto de perder los estribos con su anónimo acompañante. Sé que he escuchado esa voz, solo tendría que abrir los ojos para verlos pero el sueño medicado vuelve a atraparme gracias a los analgésicos que me han dado como caramelos.
Cuando por fin logro despertarme han pasado unas horas y está oscuro, junto a mi catre de hospital hay dos sillas con un bulto informe que no logro distinguir... la parte de la derecha del bulto se mueve y al incorporarse distingo dos personas. Era Mic recostada sobre las piernas del Mussolini, ahora sé de quien era la segunda voz.
- ¿Qué hacen aquí? - les pregunto a ambos, pero sin dejarlos responder y mirando directamente a mi maestro digo- Austen, ¿Cierto?
- ¿Qué puedo decir? Es un chismoso
Mic bosteza sin tener idea de lo que decimos.
- Felicidades - me dice - acabas de suspender la materia, es que al querido maestro no le parece suficiente prueba de justificación el verte aquí tirada - y acto seguido se levanta y huye de la sala.
- Lo lamento - dice el Mussolini - pero no puedo justificar con la administración de la facultad el darte una oportunidad sin pruebas físicas... no es que no quiera Mon, ¿lo sabes cierto?
- Yo entiendo, mi amiga es un poco temperamental... pero haré el papeleo en regla para no perder el semestre.
- Lo siento, permíteme buscar a la señorita temperamental - y va tras Mic.
Esos dos, batallan mucho con las emociones que hay en medio... me gustaría decirle a ella que no era necesario discutir con él en mi defensa, hay que separar la relación personal de la relación académica.
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Café, Cigarrillo y Verso
Teen FictionMicaela es una mujer de 19 años, ahora que ha alcanzado la edad adulta debe comportarse como tal. Sin embargo las cosas no se pondrán tan fáciles cuando aparezca Rainiero De Lucca en su vida, un joven maestro de su clase de Poesía, que a pesar de cu...