Simone
He llegado a casa sola porque Micaela fue a ver a Paula y Raily y no me sentí con ganas de acompañarla. Su historia secreta con el Mussolini es digna de un libro como los que le gusta leer y sin embargo noto que la imposibilidad es algo que consume.
A unos metros de la puerta de mi apartamento veo un pequeño bulto junto al umbral y asumo que alguien se ha vuelto a equivocar de piso con el correo, así que me acerco y lo tomo cuidadosamente. Es una caja embalada impecablemente envuelta en un costoso y refinado papel de regalo. Pero lo que más llama mi atención es la pequeña tarjeta en la parte de arriba que lleva escrita una sola palabra:
KAYLIE
Me asusto de inmediato al reconocer mi nombre de pub en un paquete encontrado en la puerta de mi apartamento, un lugar en el que soy únicamente Simone y no Kaylie. Pero la curiosidad mata al gato y no puedo evitar entrar a casa con una vacilante sonrisa para abrir el misterioso paquete.
- Esto es demasiado - susurro para mí misma al darme cuenta que ya sin el costoso papel me encuentro sosteniendo la caja de un Iphone último modelo con todos sus accesorios. Hay una nota escrita a máquina en la parte interior de la caja que dicee:
Querida Kaylie.
Me he sentido asombrado por mi propio atrevimiento al enviarte esto. Y tengo mis reservas sobre si el paquete llegará en realidad a las manos de la chica que no he podido sacar de mi cabeza desde hace meses ya que desafortunadamente estoy seguro de que Kaylie no es más que un nombre utilizado para la clientela exclusiva de Lou's. Estoy seguro de que habrás notado que no soy más que un extranjero y por eso he querido hacerte este regalo: me gustaría mantener contacto contigo, como un amigo y conocer a la chica detrás del antifaz. En el IPhone encontrarás un mensaje de mi número y no tendrás que preocuparte por el tiempo aire, mensajes de texto o paquete de datos: yo me haré cargo. Y si no quieres hablar conmigo o estar en contacto lo entenderé e igual me gustaría que conserves este regalo aunque algo me dice que vas a intentar devolverlo a toda costa y que quizás pienses que es excesivo, pero créeme que puedo permitirme hacerte un simple regalo. Espero de corazón saber de ti pronto...
Con cariño, Austen.
Termino de leer con las manos sudorosas y las piernas vueltas gelatina. Austen es el hombre que me pidió para un show privado, el misterioso extranjero que acompañaba al Mussolini el primer día que se presentó en el pub.
No puedo evitar encender el IPhone y notar que deja en vergüenza a mi viejo Nokia con linterna, como decía la nota encuentro de inmediato el mensaje de un número con código desconocido que dice:- Por favor no me mandes a volar, A.
No puedo evitar reír con fuerza ante tan acertado comentario y decido que un nuevo teléfono no le haría mal a nadie.
- No iba a hacerlo, K. - dudo un momento pero decido que por las dudas lo mejor será mantener mi identidad de pub al menos de momento.
- En verdad eres tú
- Eso depende, a quién buscas?
- Ella dijo que su nombre era Kaylie, sé que es un nombre falso pero no me importa. Es la chica más bella que jamás conocí.
- Entonces no conoces muchas chicas - bromeo muerta de nervios.
- Créeme, conozco suficientes... pero tras haberte conocido, no quiero conocer ni una más.
Vaya que sabe coquetear. Eso me ha tomado por sorpresa, pero sé que no habla en serio.
- Ni tú mismo te lo crees, Austen. Para que conste tampoco creo que ese sea tu nombre...
- Lo es, chica lista.
- Cómo me encontraste? - pregunto dejando pasar lo del nombre por algo más apremiante
- No lo hice. Un viejo amigo se hartó de oirme decir lo mucho que deseaba contactarte y accedió a llevar el regalo a cambio de que yo no preguntara donde vives, tu nombre y mucho menos como te conoce.
Así que fue el Mussolini. No necesito preguntar de que amigo habla cuando los vi juntos... al menos es confiable y no ha revelado nada.
- Creo que sé de quien me hablas
- Por favor no lo regañes!! Yo insistí mucho, no es su culpa.
- Relájate, extranjero. Tenía la intención de agradecerle al Mussolini, no de regañarlo.
- Así que por eso te conoce. Joder! Es tu maestro?!
- No he dicho eso - tipeo muerta del susto, no sé como me he delatado.
- Lo has llamado Mussolini. Es el apodo que le dieron sus alumnos, únicamente ellos lo llaman así.
Tenía que ser. Fui tan torpe en utilizar aquel característico apodo que le dimos en la universidad con alguien que obviamente lo conoce.
- Y tú de donde lo conoces? - evado
- Hemos trabajado juntos
- A qué te dedicas?
- Soy informático. Yo configuro los servidores anónimos de Ren desde el extranjero para que sean indetectables.
- Entonces tú supiste todo el tiempo que él era el anónimo que traía el mundo de cabeza
- Así es. Es un maldito genio.
- Vaya que lo es... como es que llegaron al Lou's? - mi curiosidad hace acto de presencia
- Es una gran historia. Él quería matarme. Verás, una de las chicas de las jaulas es una amiga de mi hermana, y me habló del show principal. Estaba en la ciudad así que convencí al viejo Ren de hacer una visita a un pub pero no le dije que clase de antro era Lou's hasta que las vio a ustedes. Entonces le parecieron conocidas y olvidó enojarse conmigo. El odia esos sitios.
Eso lo sabía. El Mussolini le explicó a Mic que detesta esos lugares porque los hombres nos miran como si fuéramos mercadería lista para comprar y usar. A pesar de que cree que es un trabajo digno y disfruta el show (disfruta de Mic), él busca protegernos a ambas de aquellos que buscan llegar demasiado lejos y nos ha llevado a casa tantas veces como ha podido estar presente en los shows hasta el final. Austen no parece muy distinto de él, puedo recordar muy bien que él no me miraba con esos ojos hambrientos en nuestro show privado. Me miraba como si yo también fuese una persona. Como una igual.
Cavilando me acomodo en la cama y sin responder el mensaje entro en un profundo sueño plagado de extranjeros de cejas espesas y cabello rizado.
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Café, Cigarrillo y Verso
Roman pour AdolescentsMicaela es una mujer de 19 años, ahora que ha alcanzado la edad adulta debe comportarse como tal. Sin embargo las cosas no se pondrán tan fáciles cuando aparezca Rainiero De Lucca en su vida, un joven maestro de su clase de Poesía, que a pesar de cu...