Llegue a su casa y fui directo a su habitación para ver si a simple vista podría ayudar en algo. Lo único que encontré fue la ropa tirada y sucia, libros desordenados en su mesa de noche. El problema con esto es que no podía arreglarlo yo; sentía una desesperación y ansiedad por no poder poner las cosas ordenadas como debían estar.
Me senté y di un largo suspiro de resignación. Lo que Anthony necesitaba no se lo podía dar un fantasma como yo. Porque eso es lo que soy.
Estuve sentada no sé por cuanto tiempo pero estoy segura que fueron un par de horas como mínimo; hasta que escuché el sonido de una moto deteniéndose en el jardín y tamborilee con mis dedos en mis rodillas. Al rato la puerta se abrió y un Anthony meciéndose de un lado a otro entro y me quedo mirando.
- Genial -dije- estás ebrio.
- No estoy ebrio -dijo riéndose- solo tome un poco.
Se sentó a mi lado en la cama y agradecí no poder olerlo.
- Keilah ¿tuviste problemas para volver a casa? -parecía arrastrar las palabras.
- Todo bien, no te preocupes.
Se agacho y puso su cabeza entre sus manos.
- ¿Cuánto has tomado?
- No sé. Perdí la cuenta
Se rio como si fuera gracioso lo que decía.
- ¿Quién te trajo estaba igual que tú?
- Más o menos... menos creo. Alex aguanta duro.
- Pero que irresponsables que son ustedes ¿cómo se le ocurre manejar en ese estado?
- Shhhh -se puso un dedo en medio de los labios como esas imágenes de niños que piden silencio en los hospitales- shhhh te van a escuchar. -se volvió a reír- te van a escuchar.
Obviamente su broma le causo mucha gracia porque se cayó de espaldas a la cama riendo descontroladamente.
- Mi mama te va a escuchar -volvió a reír más fuerte- y vendrá a darme la charla de responsabilidad como la otra vez.
Fruncí el ceño ¿Cuántas veces había encontrado la mama de Anthony a chicas en su habitación?
- Pero a ti no te puedo hacer nada -dijo entre susurros- no puedo ni tocarte.
- Tampoco lo harías estando viva, así que ya duérmete.
- ¿En serio? ¿no me habrías dado ni una oportunidad si nos hubiéramos conocido antes?
- Creo que sin esto -me señale a mí misma- nunca no hubiéramos conocido. Somos muy diferentes.
Lo cual era cierto, en circunstancias normales no habría existido forma que nos conozcamos por los lugares que frecuentábamos lo más probable es que nunca hubiéramos cruzado miradas.
- Quien sabe. Quizá algún día me hubiera ofrecido de voluntario en el hospital y hubiera caído en la cama de una malgeniada niña que siempre quiere pelear conmigo.
Volvió a reírse de su chiste.
- Nada hubiera pasado Anthony.
- ¿Por qué? -me miro fijo exigiendo una respuesta.
- Porque una parte de mi sabía que no sobrevivirá mucho tiempo. Desde que me descubrieron la enfermedad dentro de mí supe que la lucha solo duraría un periodo de tiempo. Leí mucho al respecto en internet, casos como el mío. Milagros que habían pasado a muchas personas que se curaban y luego vivían para contar su paso por los tratamientos. Y yo por mi parte encontré muchos otros más de los casos no tan felices, era de familiares que extrañan a sus hijos, padres, esposos que habían muerto a causa de la enfermedad. No quería involucrar a nadie más -Anthony me miraba muy atento- ¿No crees que mi mama no me animo muchas veces a salir? ¿A conocer más personas? ¿tener más amigos? Claro que todo dentro de los parámetros del cuidado de mi salud, pero ella quería que yo tuviera todas las experiencias que una chica de mi edad podría tener, incluso tener enamorado. Pero siempre me negué a eso ¿Qué caso tenia salir con alguien? Probablemente esa persona solo saldría conmigo por lastima, para ayudar a una enferma a pasar un buen rato. ¿no crees lo mal que la pase ante todas las miradas de compasión de la gente? Siempre las sentía, aunque se negaban, estaban allí y cuando yo lo notaba simulaban mirar a otra parte o sonreírme para ocultar su pena. De cierta manera trate de recluirme a un estado de rutina para no involucrar a nadie más a mi penosa existencia.
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Mi camino eres tu
RomanceKeilah fue vencida por su enfermedad y al morir dejo desconsolada a su familia. Sin lograr entender porque su alma continua en este mundo y con el fuerte deseo que ayudar a recomponer su hogar se conoce con un joven que puede verla y escucharla sirv...