Cuando amaneció Anthony se veía más calmado, su rostro al dormir era angelical, quien diría que cuando despertaba te dabas cuenta de lo contrario; no es que no sea un buen chico para una relación, ahora que lo pensaba seguro que a mis padres le hubiera caído bien, podría ser muy decente cuando se lo proponía.
Lo único que lamentaba al verlo dormir era que me negara ver su hermosa mirada.
Muchas cosas se me vinieron a la cabeza durante la noche, me atrevo a decir que soñé con un futuro, a pesar de saber que jamás existiría, pero sí lo quería para Anthony, quería que terminara su carrera, que siga tocando tan bien, que conozca a alguien a quien amar físicamente y no como cree conmigo. No podría quitarle eso. No lo imaginaba con otra mujer y de pensarlo se me formaba un nudo en el estómago, esta era la primera vez que experimentaba el sentimiento de los celos aunque no había de qué estarlo porque Anthony estaba a mi lado plácidamente dormido aun así mi imaginación fue cruel y sentí una punzada tan grande, pero eso era lo que merecía y más luego de contarme lo que había pasado antes de conocerme.
El amor se trata de sacrificio, si de verdad quieres a alguien querrás lo mejor para esa persona, aunque no sea a nuestro lado; en mi caso esto no podía ser más que cierto ya que conmigo no le esperaba ninguna clase de futuro.
"El amor es paciente y bondadoso, no es envidioso ni jactancioso, no se envanece, no hace nada impropio, no es egoísta ni se irrita, no es rencoroso, no se alegra de la injusticia, sino que se une a la alegría de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor jamás deja de existir."
Recordé esto y por fin ahora mirando a la persona que tenía a mi lado, podía entenderlo; solo ahora me daba cuenta de la realidad de estas palabras.
Nunca creí conocer el amor dada mi condición y nunca tuve ganas de tenerlo, ahora que se me presentaba de esta manera tenía que ser lo suficientemente bondadosa para dejarlo ir; no porque era algo que yo quisiera hacer sino porque era lo mejor para él.
Lo miré por un momento que deseé fuera eterno, poder inventar alguna burbuja donde solo existamos los dos y quedarnos allí por siempre ¿Por qué las cosas no podían ser fáciles? ¿Por qué no era: nos queremos y viviremos felices en nuestro propio cuento de hadas? No, la realidad era muy lejana al cuento de hadas en el que siempre quise vivir. Quizá lo anhelaba porque era tan lejano y tan imposible de conseguir, era por eso que lo deseaba tanto para mí, porque sé que nunca lo tendría. Había leído muchas historias en las que el protagonista pasa por muchas pruebas para demostrar su verdadero amor y terminan juntos y felices. Pero allí terminan, no nos cuentan lo que pasa luego. Es como mis padres, ellos habían escrito su propia novela de amor y ahora estaba viviendo el después de felices por siempre.
Todo es cruel, para ellos, para mí, para todo el mundo. Había visto mujeres llorando porque terminaban sus relaciones o porque las engañaban, siempre me sentí afortunada por no sentir amor hacia un hombre para no tener que pasar por eso. Ahora cuando me pasaba tenía que ser en estas condiciones, lo aceptaba; es mejor saber lo que es el amor a no haberlo sentido nunca.
La respiración de Anthony cambió. Se movió a un lado he hizo una mueca de dolor.
Abrió lentamente lo ojos y me miró formando una sonrisa en sus labios.
- Hola -le dije a modo de saludo matinal.
- Hola, tuve un sueño de lo más bonito.
- ¿Me lo cuentas?
- Fue contigo -me sorprendió que dijera eso- soñé que estábamos en tu casa y te agarraba de la mano.
Agaché la mirada sin poder ocultar mi pesar y sintiéndome triste.
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Mi camino eres tu
RomanceKeilah fue vencida por su enfermedad y al morir dejo desconsolada a su familia. Sin lograr entender porque su alma continua en este mundo y con el fuerte deseo que ayudar a recomponer su hogar se conoce con un joven que puede verla y escucharla sirv...