La noche fue tranquila, me volví a quedar en la ventana mirando los movimientos de la calle que parecían burlarse de mí, como si el árbol de al frente moviera sus ramas feliz por la vida que le toca, algunos gatos corrían por la calle refugiándose para que ningún humano los viera; el cielo con estrellas brillaba arriba de todos encantado al ser lo más maravillo por ver durante las noches, quizá el cielo también se entristece algunas noches y por eso se nubla y no nos deja ver las estrellas; así me sentía yo, con el corazón roto y destrozada de a pocos dentro de mí, como si cada una de mis partes se resistiera a unirse si en caso las tenía, cosa que no era así porque estaba muerta.
Que depresiva me hubiera parecido esta forma de pensar si mi vida resultaba diferente a lo que ahora era.
Me hubiera gustado hacer muchas cosas, quizá me habría enamorado más adelante si no hubiera conocido a Anthony, de haber sido así no estuviera pasando por este dolor tan grande que está acabando poco a poco conmigo.
Pasaron las horas y amaneció, me quedé hasta que el señor Pérez se fue a trabajar, presté atención a la bulla matutina de mi casa.
Algo para lo que no estaba preparada aconteció, vi a Jhonny con una escoba y al momento de puso a limpiar la sala, mi hermano nunca había hecho eso y me imaginé que debía ser que las palabras de mi mama habían funcionado y estaba poniendo de su parte para restaurar esta familia empezando por el desorden algo sucio que era la casa en estos momentos.
Me quedé observando cómo iba limpiando todo con los audífonos en los oídos moviendo los labios y tarareando la canción.
Luego los dos desayunaron y mi hermano se alistó para ir al colegio.
Una vez sola mi madre miro la sala con una media sonrisa y se fue a seguir con su trabajo, debo admitir que nunca imagine que tuviera tal habilidad en las manos; las prendas que hacia le salían muy bonitas, idénticas a las fotos de los modelos que les traían los clientes que terminaban satisfechos, pagaban con gusto y decían que la recomendarían entre sus amistades.
Cuando terminaba ella lo miraba con satisfacción de ver un buen trabajo realizado.
Los días pasaban y ellos poco a poco siguieron con sus vidas también, no volví a ver a Jhonny con un cigarro, seguía jugando, pero solo por unos cortos momentos, al cerrar el juego siempre bajaba la cabeza, seguro pensando en mí, quería decirle que estaba allí a su lado en la cama mirando su dolor y acompañándolo; su desconsuelo me afligía en lo más profundo, como me gustaría abrazarlo y decirle que todo estaría bien pero ¿Cómo hacerlo? No podía escucharme y menos sentirme.
Lo único que podía ofrecerle era mi compañía invisible para eso era su hermana y no lo dejaría, aunque no supiera que estaba aquí.
Era así todas las noches, como si fuera su rutina: jugar unos minutos, cerrar el juego, apagar la computadora, agachar la cabeza un momento a orar e irse a dormir.
Lo de mama no era diferente, cuando estaba sola en casa solo iba de la cocina al cuarto de costura, al baño y atender a sus clientes, cuando llegaban ponía su mejor cara atendiéndolos de la mejor manera incluso invitándoles algunas galletas o un vaso con refresco para que se sintieran bienvenidos y al irse volvía a su postura de tristeza con una máscara de pena dibujada en sus lindas facciones oscurecidas, durante estos días se había apagado esa luz de alegría que siempre irradiaba.
Pero juntos era algo diferente, siempre conversaban y hasta reían de manera honesta, mama le preguntaba por las clases y Jhonny hablaba relajado de muy buen ánimo, él a su vez le preguntaba sobre sus clientes o si había trabajos nuevos por hacer, incluso le dijo que podía bajarle modelos de internet para que tenga una especie de libro para que escogieran de allí las ropas que querían que les haga a lo que mama estuvo entusiasmada.
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Mi camino eres tu
RomanceKeilah fue vencida por su enfermedad y al morir dejo desconsolada a su familia. Sin lograr entender porque su alma continua en este mundo y con el fuerte deseo que ayudar a recomponer su hogar se conoce con un joven que puede verla y escucharla sirv...