No podía entender cómo diablos faltó a su promesa, ella dijo que siempre estaría aquí, no me dio ni una advertencia, cuantas veces se lo dije, le expresé mis temores de que si un día desapareciera yo quedaría destrozado y me dijo que no lo haría. Me lo prometió y siento una rabia tan grande de no poder expresar el dolor que siento por haberla perdido.
El trabajo se había convertido en una rutina que cumplía sin ninguna gana. Me levantaba por las mañanas, me alistaba, desayunaba y me iba a la oficina sin ninguna animo de nada. Si alguien me hablaba de trabajo, bien; pero si alguien me preguntaba de mi vida privada lo mandaba al diablo si es que hay algo decente en decirlo así. Está bien, lo reconozco, no me portado con caballerosidad últimamente. Había ocasiones en que me disculpaba, no porque la otra persona me importara, sino que conocí a alguien que siempre trataba de ser amable con los demás.
La mujer más hermosa, valiente, decente y solidaria que había conocido en mi vida y que se había vuelto en el amor de mi existencia.
Ella me enseñó a que es el don del perdón y lo que es el verdadero amor. Me enseño que la fe puede ser más grande a todo.
Pero esa mujer que amaba más que a mi propia vida me había dejado. Un día llegué contento porque iba a verla y de la nada desapareció ¿Cómo pudo hacerme eso? Una parte de mi corazón murió aquella mañana cuando no la encontré en mi cuarto.
Sin ninguna explicación, solo desapareció ¿Dónde quedaba su palabra? Todas aquellas promesas que nos hicimos, tantas veces que declaramos nuestro amor el uno al otro y dijimos que siempre estaríamos para el otro. Puse mis manos en mi cabeza, siempre que me sentía desesperado hacia eso.
Dios ¿Por qué no me permitiste al menos decirle una última vez cuanto la amaba?
Hubiera querido verla una vez más. Habría sido duro y terrible, me había dolido en el alma, pero sería mejor a una desaparición sin palabras.
Ahora solo quería vivir como una sombra de lo que era y de lo que por ella me había convertido.
Quería decirle a la cara ¿Cómo pudiste hacerme eso? Quería que me diera la contra como siempre lo hacía. Ver esa dulce carita al despertar dándome los buenos días, que ella sea la última cosa hermosa que miraba antes de dormir y ahora no la tenía más.
Ni siquiera me había dado cuenta que me estaban hablando hasta que sentí que me tocaban el hombro.
- Tierra, llamando a Anthony.
- Lo siento Sara -alejé esos pensamientos de mí por un momento y le presté atención- ¿Qué pasa?
- El jefe quiere el informe de ayer para el mediodía.
- Pero se supone que se lo tengo que entregar el lunes.
- Es que hubo un error en su oficina y necesita el de ayer para su reunión de la tarde.
- Esta bien. Cuanto lo tenga terminado te lo envió.
- Gracias.
Ya estaba saliendo cuando se dio la vuelta, me miro con ternura.
- ¿Todo va bien?
- Si. No te preocupes
Lo que menos necesitaba era contarle mi loca e increíble vida romántica a alguien para que quiera encerrarme en un manicomio por el resto de mi vida.
Nunca hablaría de esto con nadie, por la sencilla razón que nadie me creería. Mi amor quedaría solo conmigo como debe ser; era real para mí y eso era lo único que importaba.
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Mi camino eres tu
RomanceKeilah fue vencida por su enfermedad y al morir dejo desconsolada a su familia. Sin lograr entender porque su alma continua en este mundo y con el fuerte deseo que ayudar a recomponer su hogar se conoce con un joven que puede verla y escucharla sirv...