Capítulo 16

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El húmedo ambiente me dio un tortazo en el rostro. Hacía demasiado calor y aquella niebla espesa que envolvía todo no contribuía a refrigerarme. Apenas veía algo a un metro de mí, por lo que aunque podía distinguir los troncos, siempre acababa golpeándome con las ramas y tropezando con las raíces. Continué andando por aquel sofocante bosque sin saber hacia dónde iba ni dónde estaba.


Enumeré todos los animes que conociera con una posible localización como esta. Seguí dando vueltas y más vueltas, algún día tendría que encontrar a alguien. Sinceramente cuando llegué a una zona donde la niebla se había vuelto más fina y vi aquella enorme estructura, me alegré de no haberme encontrado con nadie. Retrocedí un par de pasos asustada. La enorme pirámide escalonada se alzaba imponente en aquel claro, demostrando su superioridad. Sentí un impulso que me decía que corriera sin mirar atrás, alejándome lo más posible de aquel lugar. Aunque mi ser que todavía razonaba sabía que no podría salir del recinto de niebla hasta que alguien descubriera al traidor que había activado la trampa.

En serio, sabía que esta especie de transporte público entre mundos ficticios me quería poner las cosas difíciles. Aunque una cosa era meterme a algún anime peligroso y otra era encasquetarme en Rokka no Yuusha. Maldita mi suerte. Con las manos temblorosas busqué mi marca, y efectivamente, estaba en el mismo lugar donde había tenido el agujero de Arrancar. Bueno, debería entrecomillar marca, dado que en realidad era una falsa y yo no era una de los seis elegidos para derrotar al rey demonio. Por lo que si alguien más se enteraba me intentarían matar. En fin, sin presión.


Me senté en el suelo al borde de aquella calima, observando la figura de aquel edificio. Tenía tres opciones, quedarme en el bosque oculta hasta que apareciera un portal, entrar dentro de la pirámide y fingir ser una elegida y por último decirles directamente la verdad. Sentí ardor por donde mis muñecas habían estado atadas a la silla en Bleach, contar la verdad no era una opción. También sabía que registrarían el bosque, por lo que sería complicado esconderse de forma efectiva y si me encontraban se me consideraría directamente la impostora. Por lo que sólo me quedaba la táctica de fingir.

De repente mi cuerpo me pareció más pesado de lo que debía y unas pocas zancadas se me hicieron agónicas. Algo dentro de mí me gritaba que no estaba preparada, que me estaba olvidando de algo. Me quedé frente a la puerta, inmovilizada por aquella sensación. Piensa cerebro, piensa...

¡Claro! Todas las elegidas eran santas de algo y tenían una especie de habilidad. Ahora solo me faltaba encontrar la mía. Una corazonada me impulsó a giñar el ojo, y ahí apareció un portal verde. Suspiré aliviada y continué andando por la cuesta.


Todos estaban ahí presentes, y giraron mi cabeza al verme entrar. Si ya había tensión en el ambiente ahora era pesada como una montaña. Traté de andar recta y sin un abismo de preocupación, hasta me hice la sorprendida al ver que había dos más de los que necesitaba haber.

―¿Quién eres? ―preguntó Maura taladrándome con aquella mirada azul. Aunque pensándolo bien todo en ella era azul excepto su piel.

―Soy la santa de los portales ―respondí con tranquilidad.

―Pues no me suena, nunca había escuchado de tu existencia.

Pues claro que no le podía sonar, me lo acababa de inventar... Fruncí las cejas supuestamente ofendida.

―Ya, esta nueva modalidad ha sido creada hace poco y todavía no tengo una legión de seguidores muy grande.

―¿Qué es un portal?

Giré la cabeza hacia esa vocecilla despreocupada. ¡Menuda forma de engañar tenían las apariencias! Cualquiera pensaría que esa niña era tan inocente y débil como el aspecto sugería.

―Una ruptura dimensional ―dije quiñando un ojo y luego el otro.

Anduve hacia el verde y todos los compañeros se apartaron, alejándose de mí. Mejor que me tuvieran miedo, así tendría muchos menos problemas. Lo atravesé saliendo por el rojo y después hice el mismo trayecto a la inversa.


―Muéstranos tu marca ―ordenó Maura.

Alcé mi mano para que todos los vieran. A su vez recogí el meñique, el anular y el corazón, dejando los otros dos extendidos. El símbolo de Fairy Tail me insufló valor, además si quería mantener mi promesa con Ulquiorra debía de permanecer con vida. Así que ahora bailaría al son de las mentiras.



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Nota: Estaba deseando que llegara el momento en el que por fin pudiera escribir sobre Rokka no Yuusha y la tensión que te deja en el cuerpo y en la mente. En caso de que no os lo hayáis leído os lo recomiendo. El próximo capítulo saldrá el domingo 28. ^^


PERDIDA ENTRE PORTALESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora