Bajo el mismo techo [Clexa]

CAPÍTULO 3

El lunes por la mañana, Clarke se levantó temprano. Cuando abrió los ojos y su vista se ajustó a la luz, reconoció que no estaba en su habitación, al menos no en la del apartamento de su madre, y una sensación de incomodidad se apoderó de ella. Deseaba acostumbrarse cuanto antes a su nueva casa. Al menos los Woods les habían proporcionado dos habitaciones y un baño para las dos.

Sacó a pasear a Skaikru para que estuviera tranquila el resto de la mañana, no quería que Lexa tuviera más excusas para quejarse de su presencia allí. Después desayunó en la cocina haciendo el menor ruido posible, pues nadie más se había levantado todavía. Clarke se preguntó si Lexa no tenía clases esa mañana. Recogió la bandolera y se fue a coger el metro para llegar cuanto antes a la universidad.

—Oye, Clarke, ¿cómo nos dijiste que se apellida Lexa? —preguntó Raven cogiéndola por sorpresa.

—Woods, ¿por qué?

—Porque hoy han colgado unas listas con los resultados de unos trabajos y vi una Alexandria Woods, y sabiendo que estudia ingeniería y que su nombre no es muy común... creo que tu anfitriona comparte asignatura conmigo —Se quedó pensativa—. Pero no me sonaba de nada cuando la vi en "Mount Weather", creo que no ha ido a clase este año.

—A lo mejor no la has reconocido, no es que de normal vista como la otra noche —aclaró Clarke.

—Me quedé con su cara, Clarke, las chicas guapas no suelen pasar desapercibidas para mí —La rubia rodó los ojos—, y no la he visto nunca en clase.

—Quizá se ha dejado esa asignatura este año —sugirió Clarke, buscando una explicación lógica.

—Es de segundo curso, ¿Lexa no es dos años mayor que tú?

—Sí... —admitió sorprendida.

—Pues debería estar en cuarto... a menos que no le vaya muy bien la carrera —añadió.

Clarke se quedó perpleja. No es que conociese la capacidad intelectual de Lexa Woods, pero estaba convencida de que los estudios debían irle bien, quizá por lo que vio en su habitación. Y ahora descubría que ni siquiera asistía a una clase de segundo curso.

Después de pasar la mañana en el campus, Clarke volvió a casa de los Woods, cansada y hambrienta. Abby le había mandado un mensaje al móvil diciéndole que tenía pasta en la nevera. Se alegró, pues no tenía ganas de cocinar.

—Hola, Clarke, ¿qué tal te ha ido la mañana? —escuchó la voz de Liam Woods desde el salón.

—Hola, señor Woods.

—No, por favor, llámame Liam —replicó sonriendo.

—Vale, Liam... —Clarke le devolvió la sonrisa— He tenido tres clases bastante intensas, pero todo bien.

—Me alegro, supongo que vas a comer, Lexa está en la cocina, buen provecho.

—Gracias.

Cuando entró en la cocina, vio a Lexa sentada en la mesa, llevándose a la boca cucharadas de una especie de sopa.

Hola —saludó Clarke, esperando una contestación semejante.

Lexa alzó los ojos del plato y la miró un instante, después siguió comiendo sin mediar palabra. A Clarke le molestó su indiferencia, y al mismo tiempo, la animó a preguntarle, si le molestaba, que se aguantase.

—¿No tenías clases hoy?

—¿A ti qué te importa mi horario de clases? —espetó Lexa clavándole sus ojos verdes.