CAPÍTULO 14

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Clarke necesitaba el apoyo de sus amigas, así que aprovechó para quedar con Raven y Octavia el sábado por la tarde. Les contó lo sucedido y les pidió consejo.

—¿Entonces Lexa sigue pensando en su ex? —-preguntó Raven torciendo los labios.

—Eso parece... —contestó Clarke derrotada.

—No os pongáis en lo peor —dijo Octavia—, quizá sólo necesita un poco más de tiempo, quizá ya lo está superando, pero esas cosas no son fáciles.

—¿Tú crees? —exclamó Clarke recuperando un poco la esperanza.

—Quizá O tiene razón —intervino Raven—, pero Lexa debería hacerte ver lo que siente por ti realmente.

—Claro, a lo mejor más de lo que crees, pero si no lo dice o no lo demuestra, vas a estar pensando que sigue llevando dentro a esa tal Costia y sufrirás —añadió Octavia.

—Es verdad, necesito hablar con Lexa, aprovecharé que hoy cenamos juntas.

Llegó la noche y con ella la cena de pareja que Clarke y Lexa iban a tener en casa, aprovechando que estaban solas. Lexa se sentía un poco avergonzada por la escena que había protagonizado la noche anterior, pero intentó comportarse con naturalidad. Recibió a Clarke con un beso en los labios que la rubia del devolvió con ciertas reservas. Mientras comían, sólo hablaron de temas académicos y de la última travesura de Skaikru, pero tras los postres, Clarke ya no pudo esperar más.

—Necesito saber una cosa, Lexa —afirmó.

—¿El qué?

—Ya me contaste todo lo que sentías por Costia y no me pareció que lo tuvieras superado... Necesito saber qué es esto que tenemos, ¿qué sientes por mí, Lexa? —preguntó con seriedad.

—Clarke... —exclamó Lexa sorprendida.

—Porque yo me he implicado contigo como no imaginaba que lo haría cuando te conocí, y no puedo seguir con esto nuestro pensando que... —Lexa la interrumpió.

—¿Crees que sigo enamorada de Costia?, ¿es eso?

—Dime lo que sientes por mí —insistió Clarke. No quería mencionar más a Costia.

—Yo... —Lexa iba a pronunciar dos palabras más, pero se le hizo un nudo en la garganta, no podía hablar. Los malos recuerdos habían secuestrado su mente.

—Te quiero, Costia, por favor, no me hagas esto...

—Lo siento, Lexa, ya lo hablamos hace meses, esto no podía continuar... ahora estoy con otra persona.

—¿Mis sentimientos no te importan nada?, ¿tan rápido has dejado de quererme?

—No lo hagas más difícil, Lexa.

—Costia, por favor... no podemos acabar así, yo te sigo queriendo, ¿ya no sientes nada por mí?

—Lo siento, Lexa, tengo que colgar.

Un miedo irracional se apoderó de Lexa, sintiéndose como si volviera a vivir aquella horrible conversación telefónica. Le temblaban los labios. Y Clarke sacó sus propias conclusiones.

—Está bien, lo entiendo, nadie manda sobre los sentimientos —Sus ojos azules estaban húmedos, aunque se obligó a sonreír—, pero te pido que de ahora en adelante seamos sólo amigas.

—Clarke, espera...

Lexa trató de llamar su atención cuando Clarke dejó su silla, pero la rubia ni la miró y se marchó de la cocina.

Bajo el mismo techo [Clexa] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora