Capítulo 7.

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—¿Estás con él?—preguntó su hijo con el corazón en la garganta.

—Sí, pero no sé si podré ir a buscarte—respondió Sayuri—. ¿Tienes la llave de casa? ¿Dinero?

—Sí, siempre lo traigo conmigo.

—Entonces supongo que debo dejarlos solos—suspiró y negó con la cabeza—. No me gusta hacer ésto, está muy oscuro.

—No importa, estaremos bien—sonrió de forma tranquilizadora, a pesar de que ella no pudiera verlo—. Nos vemos.

Deslizó su dedo para colgar y se percató de los zafiros encima de él, los cuales lo miraban inquisitivamente.

—Mika, tengo que hablar con tus padres—avisó.

Pero como estaba en su casa, no podía dejarlo en ese estado, por lo que con lentitud lo colocó otra vez en su silla.

A Mikaela le pareció bastante incómodo, no dejaba tocarse por nadie que no fuera de su familia, ni siquiera amigos cercanos, y este chico sí lo hacía. Sin preguntar, solo murmuraba un "te ayudaré" y actuaba.

Ambos fueron hasta la cocina, donde los padres del rubio se encontraban lavando los platos de la cena.

—Em, señor Crowley—el azabache se acercó, inseguro—. Mi hermana y yo ya nos iremos, porque mi padre está en el hospital.

Mika enarcó una ceja y se limitó a murmurar.

—Podrías habérmelo dicho...

—¿En serio? ¿Es grave?—ahora Ferid se metía en la conversación.

—No, solo un accidente. Estará allí un par de horas.

—Podemos llevarlos hasta su casa, está muy obscuro—propuso Crowley.

—Tengo una idea mejor—Ferid le guiñó un ojo a su marido, algo que solo ellos captaron—. Quédense a dormir, tenemos espacio de sobra.

—¡No, no, no!—Yuu mostró las palmas tratando de justificarse—. Sería mucha molestia y...

—Nosotros los invitamos.

Yuuichirou sonrió forzosamente, no sabía qué hacer. Tenía que aceptar la invitación, sino el peli-plateado no lo dejaría salir.

—Mika, ¿dónde está la habitación de tus hermanas?

Él, en su silla, se dirigió hasta una puerta de planta baja. Para su suerte, nunca tenía la necesidad de subir las escaleras, ya que arriba estaba la habitación de sus padres.

Llegaron a una puerta de color blanco. Estaba decorada con el nombre de las dueñas y un par de pósters de idols y actores famosos. Yuu tocó la puerta y esperó.

Horn abrió y enarcó una ceja.

—¡Akane se queda a dormir!—exclamó Mika—. Y Yuu también.

Detrás de ellos, Chess abrazó a Akane por la espalda.

—¡Eso es genial!

—¿Qué pasó, Yuu?—su hermana azomó la cabeza. Tenía un peinado distinto que cuando llegó.

—Papá tuvo un accidente, mamá no puede venir... entonces nos invitaron a quedarnos.

La castaña quedó boquiabierta. Iba a decir algo, pero su hermano la interrumpió.

—No es grave, solo tiene que estar internado un rato. Puedes hablar con mamá, si quieres preguntar algo.

Ella asintió.

—¡Mi pijama te encantará!—exclamó la rubia.

—¿¡Eh!? El mío le va a encantar, es mucho más lindo...—repuso Chess.

Piernas de amor.【Mikayuu】#ConcursoMejorFanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora