Capítulo 6.

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—Duele, mamá—se quejó Akane mientras ésta la peinaba. Siempre le gustaba tener el cabello algo "rebelde".

—Deben dar una buena impresión a esa familia—trenzó una parte de su cabello para dejar el resto suelto—. ¡Está hermoso!

Sayuri miró por el espejo y le sonrió, orgullosa del peinado.

—¡Ahora nos parecemos!—exclamó su hija, molesta.

—¿Acaso no te alegra?—preguntó y volteó hacia Yuu—. Dile a tu hermana que se ve bonita.

—Estás igual de fea que siempre.

Pero eso comentario solo logró sobresaltar a Akane.

—¡Yo accedí a acompañarte así que como mínimo dime que soy hermosa!—lo señaló acusadoramente.

El azabache sólo rodó los ojos. Su hermana estaba molesta porque creía que sería incómodo juntarse con dos chicas de su clase, con las cuales apenas hablaba, en una cena. Y para peor, solo por un capricho de su estúpido y enamoradizo hermano.

La mujer se acercó al mayor de sus hijos y le abotonó la camisa hasta que cubrió todo su cuello.

—Es muy molesto...—el azabache acercó su mano para deshacerlo pero su madre lo detuvo.

—Te quedarás así hasta que vaya a buscarlos ¿sí? Ahora, —palmeó su espalda—, ve a decirle a Guren que te lleve.

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Ambos chicos tocaron timbre esperando a que abrieran.

—Yuu-nii...

—¿Sí?

—¿Cuál es tu relación con este tal Mikaela?

Miró al cielo en un intento de cubrir su rubor. Evitando el contacto visual, quizás no descubriría lo que más temía.

—Amigos, algo así. No nos conocemos hace mucho.

—Espero que valga la pena—suspiró—. O que sea lindo y hetero, así me lo dejas a mí.

Palabras que lo estremecieron.

Nunca había pensado en ello, y en este momento, creía que lo mejor era que su hermana haya perdido los valores.

Solo esperaba que, por un momento, la suerte éste de su lado.
Y esperaba que el simple karma no se presente.

La puerta se abrió y los recibió un hombre de cabellos plateados. Tenía una gran sonrisa la cual les daba la bienvenida.

—¿Yuu-kun y Akane-chan, no?—se hizo a un lado para dejar el camino libre—. Sean bienvenidos.

Se dirigieron al lugar que indicaba el índice del hombre. No sabían cómo actuar frente a esa familia.

Llegaron al comedor, donde Chess y Horn servían los platos, mientras Mika y un hombre de cabellos rojizos estaban sentados. Todos saludaron al unísono.

¿Tenían otro hermano? ¿Otro familiar? ¿Dónde estaba la madre de ellos? Temían preguntar y recibir la peor respuesta.

Piernas de amor.【Mikayuu】#ConcursoMejorFanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora