Prólogo

10.2K 578 26
                                    

Jack
Había terminado de estudiar y llegaba a casa agotado. Eran las 7 de la tarde. Mi hermana Jana tenía entrenamiento de rugby así que hoy me tocaba preparar la cena a mí.

Antes de nada, me dediqué un poco a ordenar el pequeño apartamento. No era como la casa en la que vivía con mis padres, pero para Jana y para mí era suficiente. Con dos habitaciones, dos baños, una cocina y un pequeño salón, vivíamos sin ningún problema.
Ya había terminado de limpiar e iba a ponerme a preparar unos espaguetis cuando de pronto el timbre sonó. No sabía quién podía ser, mi mejor amigo Collin estaba en casa de alguna chica que se había encontrado en la biblioteca y no tenía muchas más opciones.

Me dirigí a la puerta y cuando la abrí, no vi a nadie. Sin embargo, cuando bajé la cabeza, vi a una preciosa niña de ojos azules mirándome dulcemente. En su mano, tenía una nota en la que estaba escrito, ¿QUIERES SER MI PAPI?

Miré alrededor pero no había un alma en la calle. No sabía que hacer. Me fijé en que debajo de la nota había un pequeño sobre en el que ponía Para Jack. Así que lo abrí y empecé a leer:

Querido Jack:

No sé si te acuerdas de mí pero soy Annia, la chica con la que te acostaste hace nueve meses y medio en la fiesta de Collin. Como puedes ver, a pesar de que usamos preservativo, me quedé embarazada y yo no sé qué hacer con este bebé. Lo llevé durante nueve meses en mi barriga y ya no puedo más.

Lo siento mucho pero soy demasiado joven como para ser madre. Así que aquí te dejo a la niña, la puedes llamar como quieras, la verdad, no me importa. No me busques, y si no la quieres, llévala a servicios sociales, donde estoy segura de que la cuidarán.

No es mi intención arruinarte la vida, pero creo que es una decisión tuya también, si quieres conocer a tu hija. Es tuya, te lo aseguro. Tiene tus mismos ojos y no he estado con nadie más que contigo.

Lo siento mucho pero te lo repito, soy demasiado joven para ser madre.

Annia


Cuando terminé de leer la carta no sabía lo que pensar. ¿Qué hago yo con una niña que tiene 15 días? Pero cuando la miré a los ojos y después me sonrió tiernamente, sentí que no la podía dejar, y menos en servicios sociales.

La coji en brazos y le dije:
- Tú y yo saldremos adelante, mi pequeña Maia.

Mi pequeña MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora