Capítulo 9

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Laura

Había llegado el día que tanto había estado esperando: sábado. Teníamos partido a las doce, pero a la vuelta, había quedado con Jana para preparar mi cita con Jack.

Estaba muy nerviosa, no sé si por el partido o por lo otro.

Eran las 10 y estaba saliendo de casa. Cogí el autobús para llegar al campo y allí me encontré con el resto de mis compañeras. Juntas entramos a los vestuarios.

Estábamos muy motivadas. Era nuestro ante último partido antes de terminar la liga y si ganábamos los dos partidos restantes, quedaríamos primeras, lo que sería muy beneficioso para nosotros.

Me estaba poniendo las botas cuando entró Jana corriendo y discutiendo con su hermano.

- ¡Es que no sé para qué te tenías que poner guapo, si vamos a un partido! ¡Ti cena con Laura es a la tarde!

Todo el vestuario quedó en silencio y yo me puse roja. Jack me miró y luego, le respondió a su hermana muy tranquilo:

-Jana, no he sido yo, he tenido que cambiar a Maia...

- Sí,  sí... ¡Seguro!

Jack traía el carro donde iba dormida su hija. Cuando vio que todas estábamos cambiadas, empezó a hablar:

- Lo siento, chicas. He tenido que traer a Maia, mi plan B ha fallado... Pero bueno, eso no me va a desconcentrar. Ya sabéis, que el partido de hoy es muy muy importante y que lo tenéis qur ganar. Estoy seguro de que mucha gente vendrá a veros, así que ¡hay que darlo todo!

De repente, Maia comenzó a llorar. La cogió en brazos, la tranquilizó y después, siguió hablando:

- Jana, a practicar tus chutes, los de hoy tienen que ser perfectos. El resto de la línea, primero a correr y luego a hacer pases. La melé, a practicar touches. Luego haremos un buen calentamiento y unas jugadas. ¿Entendido?

- ¡Sí!-gritaron todas mis compañeras al unísono. Yo no me había enterado de nada. Estaba tan guapo de entrenador, con su hija en brazos...

Alicia, una compañera, me tocó el hombro y la seguí.

-¿Qué te pasa, Laura? Pareces estar dormida...- A lo que Jana, la muy entrometida, le contestó riéndose:

- Mi hermano, que la tiene loquita.

- Jana, cállate, no vaya a ser que se me escapen detalles de tu amor...

Jana salió corriendo a coger balones y nosotras nos dirigimos a la banda a hscer lo que el entrenados nos había mandado. Ahora mismo estaba con la línea, explicándoles algo y éstas escuchaban atentas. Se notaba que sabía mucho sobre el rugby y que le apasionaba.

No sé cuándo apareció detrás mío. Nos dijo que estaban muy bien las touches pero que tuviéramos cuidado en algunas cosas... Después, empezamos a calentar .

La gente se iba acercando. Poco a poco, la grada comenzaba a llenarse y yo estaba cada vez más nerviosa. Se notaba el buen ambiente entre los seguidores de los dos esquipos.

Jack

Se notaba el nerviosismo entre las jugadoras, eso sí, la presión las hacia entrenar mejor, todo había que decir.

Para cuando me di cuenta, el partido tenía que comenzar. Así que me fui al banquillo con mi hija.

Sonó el silbato y el partido empezó. La primera parte jugaron muy muy bien. Tan bien, que íbamos ganando 40-0.

Pero la segunda parte, se notaba que el equipo contrario estaba picado. Y empezaron a hacer guarradas. Una cosa que no soporto.

En algún momento de la segunda parte, Laura cogió el balón y empezó a correr. Corría muy rápido para ser de la melé, nunca me había dado cuenta de eso. En un momento, una del otro equipo, en el momento de placeres, la levantó como un saco de patatas y luego la tiró al suelo, haciendo que su cabeza rebotara. Todo el mundo quedó en silencio. De pronto, Jana gritó:

-¡Jack! No se levanta...

Dejé a mi hija con una de las suplentes y corrí como un poseso hasta donde estaba Laura. Jana estaba llorando, y su amiga, no se despertaba. Las contrarias se alejaron y el árbitro expulsó a la jugadora.

Yo estaba arrodillada al lado de Laura, cogiéndole la mano. De mientras, el médico le estaba haciendo un chequeo. De pronto, me dijo:

- Respira, pero por si acaso, llama a una ambulancia.

Y eso hice.

Mi pequeña MaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora