Blanco y Negro. (Vondy)

Negro III.

Canción:  POR QUE NO ESTAS AQUI - ALEJANDRA GUZMAN

"Porque no estás aquí porque ya te perdí, no queda nada dentro de mi alma porque todo te lo di"

Esta sentado frente a su escritorio, analizando los pagos del mes... debe ponerse las pilas si no quiere quedarse en la ruina, su padrastro lo ha ayudado económicamente, ese hombre siempre esta ahí cuando lo necesita y se lo agradece ya que no había tenido cabeza para trabajar... sin embargo llego el momento de cumplir su promesa y tratar de salir adelante, después de todo nada cambiara si continua deprimido encerrado en su departamento.

En eso llaman a la puerta... el va abrir y entra su madre y su padrastro.

- Hijo, venimos a hacer compañía en la comida... uy y a limpiar un poco - repuso su madre viendo todo el cochinero que su hijo tenia, ella ha ido todas las veces que puede para estar con el y asear la casa.

Su madre sufrió casi tanto como el, y por eso se mantenía tan cerca, cuidándolo en todos los sentidos para hacer su carga mas ligera, por fortuna se caso con un hombre bueno que quiere tanto a ella como a Imauri a pesar de no ser su hijo.

- No hace falta mamá, contratare a alguien cuando trabaje - comparte saludando a su padrastro, Jesús.

- Dime que volverás a trabajar conmigo, necesito alguien que proyecte sentimientos a través de las fotos - el trabaja de editor de una revista, y le va excelente, Imauri seria el fotógrafo, ya que estudio eso y que mejor aplicar sus conocimientos.

- Yo creo que es tiempo de aceptar tu oferta, gracias - lo dice de corazón.

Su madre, Liliana se puso a recoger sus ropas sucias y las mete a la lavadora, se puso a sacudir y por mas que su hijo y su marido le decían que no. Terminaron ordenando algo de comer, entonces se sentaron en la mesa. Liliana saco un sobre y se lo entrego.

- ¿Que es? - cuestiono al ver el sobre amarillo.

- Ya se vendió la casa - susurro con voz queda, sabe que eso hará traer a su hijo recuerdos.

Efectivamente, Imauri abrió el sobre y vio claramente los papeles que indican que la casa se vendió... aquella casa donde compartió tantas cosas con ella, no puede creer que ya no sea de ellos. Se le quedo viendo al papel casi un minuto entero, suspiro profundamente... prometió que no volvería a caer.

- Supongo que es todo - es lo ultimo que los unía... y ahora definitivamente no habrá manera de volver a verla, nisiquiera tener una excusa para hablarle.

Ya nisiquiera podía considerar el alcohol o el cigarro como una salida, pues le había prometido a su primo y a si mismo jamas volver al vicio, y desde hace semanas que no ha probado gota de alcohol ni fumado un cigarro, va por buen camino y no puede dejar derrumbarse de nuevo.



- Hija, baja a comer - le habla su madre desde el primer piso. Alizbeth no podía contestarle, esta sumergida en sus pensamientos.

No podía soltar los papeles que le llegaron esa mañana, avisándole de la venta de la casa... le duele tanto tener que venderla, pero ni ella ni el quisieron utilizarla como vivienda luego de... nisiquiera podía pensarlo. Los ojos los tenia llorosos, por mas que se prometió no volver a llorar, los recuerdos iban y venían sin piedad, haciéndole daño cada vez que se enfocaba en ellos.

- Hermana, dice mi mamá... - abrió la puerta, pero se detuvo al verla. - Ay Ali, ya no estés triste, no me gusta verte así.

Camina hasta ella, tiene solo 14 años pero comprende a la perfección por todo lo que paso su hermana. Se sienta a su lado y la abraza.

- Tranquila, te prometo que para tu fiesta de quince, seré la misma de antes - balbució ella no muy convencida por lo que dice.

Su hermana se le quedo viendo, doliendole aun verla tan deprimida.

- Se que lo que paso no se supera tan fácil hermana, que sufriste mucho... pero nosotros estamos contigo, no estas sola... saldremos adelante juntos -

No fue fácil decirle aquello, por lo general Nuvia se había mantenido al margen de los problemas y el dolor que atosigo a Alizbeth, aunque siempre estaba a su lado protegiéndola y amándola, jamas le dijo tales palabras... por lo tanto al escucharla, Alizbeth sintió un gran alivio y cariño.

- gracias hermanita, te juro que me hace tanto bien escuchar eso - le da un beso en la frente y la abraza.

Luego se limpia la única lagrima que se atrevió a salir de su ojo izquierdo, se levanto, forzó una sonrisa y se le quedo viendo a su hermana.

- Seras la quinceañera más bonita... vamos a comer, o mamá nos reprenderá - bromeo un poco.

Entonces ambas bajaron de la mano.