Blanco XII.

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Canción: ESTOY ENAMORADO - DONATO Y ESTEFANO

"Quiero beber los besos de tu boca como si fueran gotas de rocío y allí en el aire dibujar tu nombre junto con el mío"

No deja de mirar el reloj, hace media hora debió salir así que no debe tardar. Prendió el televisor y le cambio tantas veces que le dio vuelta unas tres ocasiones sin nada interesante que le llame la atención, así que lo dejo en cualquier canal y se dedica a ver la hora, mordiéndose el labio y moviendo las piernas en señal de desesperación.

Cuando escucha un auto llegar se queda callada, confirma que es el, reconoce el sonido del carro de su esposo. Se levanto y antes de que el sacara las llaves para abrir, ella se le adelanto.

- ¡¿Como te fue?! - lo asalta con esa pregunta, Imauri se ríe de ella.

- ¿Al menos me dejaras entrar en la casa? - se burla.

Ella lo jalo de la corbata y lo interno en la casa azotando la puerta.

- Muero por saberlo, no me dejes con la intriga - suplica ella viéndolo ansiosa.

- Me fue excelente, a Jesús y los demás colaboradores de la revista les gusto mucho... así que el empleo es mio - comparte con su esposa con un brillo en los ojos.

Como era de esperarse, Alizbeth salto de gusto y lo abrazo alegremente.

- ¡Sabia que lo conseguirías! -

- ¿Y por eso los nervios? - vacila sin dejar de abrazarla.

- No me puedes culpar, sabes que soy medio dramática... - sonríen - estoy tan orgullosa de ti, y tan feliz.

Ambos se observan, consientes de que esa vista hacia su interior los atrapa y no los deja salir... sus corazones palpitando... es increíble que aun sienten cosquillas dentro del estomago cada vez que el o ella llegan a casa.

- Y bueno, Uvita, te toca... ¿como te fue? - le toca el turno de confesarse a ella, una vez que salieron del ensueño.

Ella se alejo un poco y fue por un documento... se lo mostró con una sonrisa amplia.

- Me validaron la tesis... así que muy pronto tendré mi titulo - expresa ella contenta a más no poder.

El levanto las cejas y sonrió.

- ¡Felicidades amor! - exclama abrazándola y levantándola en el aire.

Se besan celebrando el éxito de cada uno. El ha conseguido empleo, y ella finalmente ha terminado su tesis, por la que tanto batallo.

- Esto es fantástico... ambos nos hemos superado... soy tan feliz - comparte ella con un brillo en los ojos.

- Nos lo merecíamos luego de tanto trabajo... ahora, ¡debemos festejar! -

Ella acepta. En la cocina el sigue siendo un desastre, pero hoy no cocinaran en casa pues el la invito a cenar. La velada fue muy romántica. Se pusieron su mejor ropa. La cena deliciosa, y se dieron el lujo de pedir postre. Platicaron de muchas cosas como siempre, ya que... jamas dejas de conocer a la persona. Sonreían y bromeaban de cualquier cosa.

- No lo arruines - pide ella cuando ve que su esposo saca una cajetilla de cigarros.

- Solo uno - asegura encendiéndolo.

Al llegar a casa... ambos traen unas copas de vino encima. Ella se quito las zapatillas desde el coche y el la cargo hasta la casa.

- Como en la luna de miel - recita el riéndose y cerrando la puerta.

- ¿Asi?... pues, sigamos el ejemplo de la luna de miel - propone ella seductoramente.

El se le queda viendo, acerca su rostro al de ella y une sus labios lentamente, sintiendo la respiración... que aumento con el intenso beso... ella abre la boca para otorgarle mejor acceso a su boca, y ambos saborean el sabor del otro. Sin encender la luz y al tanteo el camina buscando el camino hasta su habitación.

- Creo que no llegaremos - dice el entrecortadamente.

- Que más da... hagamoslo aquí - sugiere con voz apasionada.

El sonido del cierre del vestido abriéndose los estremeció... pero no tanto, como cuando una vez despojados de la ropa, se sintieron piel contra piel, en una suavidad y un contacto anhelante.

Sus manos deslizándose por todo el cuerpo, provocando descargar eléctricas que maximizaban el deseo... sus nervios quemaban, ansioso por recibir el placer exquisito. Sin embargo ellos se tomaron su tiempo.

El sudor acudió y eso logro aumentar el calor... los besos y las caricias no disminuyeron. La penetro con fuerza y delicadeza a la vez, poniéndose la piel chinita a ambos... Alizbeth se abrió más para dar un mayor acceso y se aferro a la espalda de su esposo para sentirlo mas cerca... sus cuerpos pegados y rozándose al ritmo. Se vieron a los ojos y no dejaron de verse hasta que el orgasmo los empapo con su máximo esplendor... los gritos al unisono y las miradas concentradas.

- Te amo - susurro el dándole un beso, ella se lo devolvió y lo pego tanto a ella para no dejarlo ir.

No dejarlo ir... es una promesa que se hizo esa noche, pues no puede vivir sin el...


Blanco y Negro. (Vondy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora