Blanco X.

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Canción: Ghost - Unchained Melody - ( Righteous Brothers )

"Oh, my love, my darling, I've hungered for your touch a long, lonely time... I need your love"

El yate le ofrece la brisa del mar gratis, ella cierra los ojos y se deja llevar. Detrás un hombre le rodea su vientre plano y le da un beso en la mejilla.

- Esto es fantástico - recalca ella sonriendo.

- Más lo sera al llegar a la isla - le susurra al oído. Ella voltea a verlo y le inyecta todo el amor que con una mirada puede transmitirse.

Mientras llegan el saco un cigarro y el humo se lo llevo la brisa del mar, ella no ve mal que fume pero le pide que respeto su espacio, y el lo hace sin esfuerzo ya que siempre lo ha hecho con las demás personas que no fuman.

Anclaron en una isla paradisíaca... no estarán solos, sin embargo la villa de ellos es grande y solo irán al mediodía a ordenar la habitación, así que prácticamente es toda de ellos.

Bajaron las maletas, ambos emocionados y un tanto nerviosos. Se dejaron caer en el sillón enorme de la sala, donde enfrente tiene una ventana enorme que da vista al precioso mar. Imauri pago y se hizo cargo de las facturas. 20 minutos después pudo sentarse junto a ella, Alizbeth lo abrazo y ambos suspiraron.

- ¿Puedes creerlo?, ya estamos casados - musito ella con un tono de voz armónico.

- Es como un sueño... y espero no despertarme jamás - murmura Imauri dándole un beso en el cabello. - ¿Que quieres hacer primero?

Aun es temprano para plantear la idea de irse a la recamara. Alizbeth quería disfrutar de su luna de miel y no solo quedarse encerrada en el cuarto. Imauri lo sabe y la apoyo, diciendo que tendrán su casa esperándolos para tal ocasión, la cual fue comprada gracias a la herencia del padre de Imauri.

- Vamos a montar a caballo - anima ella, ambos sonríen al recordar la primera vez que lo hicieron.

Su recién esposo estuvo de acuerdo. Partieron a la recepción del hotel en una cuatrimoto que le facilitan por lo gigantesco del lugar. El acelero muchas veces, y ella disfruto de la adrenalina. Al llegar, organizaron todo... pronto se encontraban cambiándose de ropa, y los peones ajustando la sillas a los caballos.

- Menos mal antes te daban miedo los caballos - se burla cuando ve la facilidad con que domina al animal.

Ella volteo y le guiña el ojo, al cabo de unos minutos ella adelanto el paso.

- ¡Oye!, no me dejes atrás - le pide Imauri cuando nota como Alizbeth mueve su caballo más deprisa, ella se ríe y se burla.

- Perdón Aba, Don lento hablo - Le platica a la yegua que le otorgaron.

Desde ese momento, ambos cabalgaron juntos, paseando por la playa y saboreando el momento. Muchas veces se acercaban para darse un beso. Admiraron el atardecer, como tanto les gustaba compartirlo. Luego devolvieron a los caballos. Regresaron a su villa exhaustos.

- No puedo más. Quiero un baño de burbujas - expresa ella cayendo rendida al sillón reconfortante.

- ¿La preparo? - inquiere el sonriente.

- Si - responde ella levantando la ceja y mordiéndose el labio.

El jacuzzi estuvo listo, con espuma sobresaliente. Ambos entraron con la ropa puesta. Los nervios los trataron de controlar. Imauri se acerco a ella y la beso, tan intensamente que ella lo rodeo con sus manos el cuello y lo incito a continuar. La mano de el se deslizo para retirar los tirantes, ella lo ayudo a bajar la blusa, al mismo tiempo que Imauri se quito la camisa. La respiración se volvió entrecortada y las sensaciones comenzaban a surgir por doquier. Al quedar en ropa interior, de la mano el la condujo al jacuzzi. Se vieron fuertemente.

- Te amo - conjeturo el sonriendo. Ella se acerco, besándolo una vez e invitándolo a proseguir.

El agua del jacuzzi coopero con ellos, su nitidez les permitió la humedad y la suavidad que necesitaron. El punto débil de ambos lo encontraron en el cuello y en el costado derecho de sus caderas. Su amor los dejo llevar y llegar a más... entregándose dulcemente. El no la presiono, sabiendo que es su primera vez.

Sus líquidos se difuminaron con el agua, y se atoraron en el vicio del placer. Sin censura Imauri entro en ella con delicadeza, Alizbeth apretó sus manos en la espalda de su marido, más no lo detuvo. Consiente de querer seguir hasta el final. Consiente de que ya no podrá vivir sin el.

- Imauri... te amo - admite nuevamente, cuando nota subir un calor incontrolable por su cuerpo.

Subieron y subieron, hasta que el sabor del éxtasis los cubrió en cada fibra de su ser haciéndolos vibrar y solo escapando de ella con los gritos y gemidos que se permitieron soltar. La sensación de placer la compartieron y se dejaron llevar.



Al otro día... Alizbeth puso a funcionar su mente, que le decía que es momento de despertar. Su cuerpo le pedía otra cosa, le pide quedarse en la cama unos minutos más a causa del aporreo que sintió al contraer los músculos. Se movió del lugar, notando su desnudez entre las sabanas. A tientas busco a su lado a su recién marido, por más que se estiro no lo encontró en la enorme cama. En cambio encontró una nota.


"Uvita: Anoche fue mágico, déjame hacer de la mañana lo mismo, te amo". 

Ella sonrió. Se sentó en la cama, bostezo y se estiro. Sintió como si haya estado haciendo ejercicio casi dos horas sin parar. Aunque también contó la cabalgada por la playa.


- Buenos días... - entro Imauri con una bandeja de comida - ¿como amaneciste?

- Mejor que nunca... ¿Tu lo preparaste? - pregunta dando el primer bocado, el asintió. - mentiroso.

- De acuerdo, lo mande a pedir... pero la flor se la coloque yo - bromea, ella se ríe de nuevo.

Ambos desayunan alegremente, bromeando y platicando sin sesar.

- ¿Que desea hacer hoy, mi bella esposa? - cuestiona el, levantando la bandeja y dejándola a un lado.

- Quedarme en la cama contigo - contesta sin pena atrayendo lo hacia ella.

- Pensé que querías disfrutar de la isla -

- Al diablo con la isla - Exclama ella mientras lo besa, y el se deja querer.


Blanco y Negro. (Vondy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora