No sabía qué era lo que más sentía: ira, celos o dolor. Lentamente me puse de pie, apretando mi mandíbula mientras intentaba no llorar. Carajo, iba a llorar, pero... ¿por qué? Sólo es mi jodido maestro, el cual se va a jodidamente casar con un jodido tipo. ¿Por qué demonios me debería de importar eso?
—Oh, eso es... es grandioso —tragué saliva—. Eso significa que ya no me necesitarás.
Eso sonó más amargo de lo que esperaba, y Gerard respingó ante mi reacción.
—Sí... supongo.
—Bueno, no puedes serle infiel a tu prometido, ¿no es así? —dije, casi dejando salir una grosería, y dando unos cuantos pasos hacia adelante, pasando por un lado de él y dirigiéndome hacia el segundo piso.
—¿A dónde vas? —preguntó.
—Voy a vestirme. Necesito irme a casa —La primera parte era verdad. Sin embargo, lo último, era una absoluta mentira. No sabía a dónde iría, pero ciertamente, no sería a casa.
Rápidamente me vestí, me aseguré de tener todas mis cosas, y después regresé al piso de abajo.
—Lo veo el lunes, señor —dije bruscamente, viendo cómo la expresión de su cara entristecía antes de salir de la casa.
Decidí enviarle un mensaje a Brendon para preguntarle en dónde estaba, y mientras presionaba el botón de "enviar", sentí las pocas y primeras lágrimas caer. Se sentían calientes contra mi fría piel, lo que me provocó un escalofrío. No sabía por qué lloraba. Sólo era un estúpido maestro. Él no significaba nada para mí, y yo no significaba nada para él. Yo sólo era un jodido niño.
Brendon estaba en casa de Ryan, con Pete, Patrick y Ray. Y pensé que ir hacia allá sería mejor idea que el quedarme solo, así que me encaminé para allá. No había manera de parar mis lágrimas: lágrimas de ira, lágrimas de tristeza. No sabía cuál de las dos, pero probablemente no me importaba.
En realidad, comencé a sentirme usado, y ese era uno de los peores sentimientos que he tenido. Me hacía querer recostarme en mi cama, cerrar la puerta, y nunca salir. Claro que lo que pasaba entre nosotros dos no era exactamente legal, pero a mí, bueno... me gustaba. Era divertido. No era exactamente sólo sexo (aunque eso habría sido algo jodidamente genial), pero seguía siendo divertido.
Sabes que eres un perdedor, cuando mamársela dos veces a tu profesor de arte es lo único que consideras "divertido" en tu vida.
~
—¿Frank? —dijo mi mamá, para después apresurarse a llegar al pasillo—. Anoche no regresaste a casa, ¿estás bien?
—Estoy bien, mamá —respondí.
Mi mamá era una mujer de baja estatura, como yo, aunque me era unos cuantos centímetros más alta. Su cabello era de un rubio teñido y tenía ojos grisáceos. Hoy usaba un delantal por encima de un vestido veraniego, aunque estuviésemos a la mitad de Octubre, y con uno de sus manos sostenía una espátula.
—¿Con quién estabas?
—Con nadie —suspiré pesadamente.
—¿Estás bien?
—Mamá, estoy bien. Sólo que no dormí mucho, ¿puedo subir?
Asintió lentamente, y subí al segundo piso para recostarme en mi cama. Mi cuarto era pequeño pero no tanto como el del tamaño de una caja. Las cuatro paredes eran negras, y una de éstas estaba cubierta de pósters de música; y mi cama estaba contra la pared adyacente. Había un clóset en la esquina de la pared contraria donde se encontraba mi cama. Un escritorio estaba al lado del clóset, unos estantes con CDs, y mi guitarra.
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Tell Me I'm A Bad Man (Traducción-Español)
FanfictionFrank siempre ha sido el chico callado. Se metía en peleas en las que no debía de estar, frecuentemente no hacía su tarea y tenía un hábito de llegar tarde a clase. Sin embargo, seguía siendo el chico callado. Aún así los profesores le tomaron cari...