POV KALEE
En cuanto empiezo a dirijirme hacia la puerta que me ha indicado, esta se abre de un fuerte golpe. Mis ojos se cruzan directamente con los de una de las brujas. Blancos como la nieve, sin pupilas.
- ¿Querés jugar? - sonrio altivamente comenzando a levitar - juguemos entonces - susurro mientras mis ojos pugnan por volverse también blancos y siento como lo niebla emana de cada poro de mi cuerpo.
Un segundo despues me elevo unos dos metros sobre el suelo y empiezo a lanzar destellos de electricidad hacia ellas. Tres de las brujas acaban retorciéndose en el suelo en ese mismo instante, mientras otras dos hacen aparecer sus escobas para acercarse a mi.
- Podrás con un par de brujas Kaleeny, pero por muy poderosa que seas no estás preparada para lo que te espera fuera de estas cuatro paredes - la bruja de aspecto más viejo ríe estridentemente mientras grita esas palabras y me lanza un polvo azul a la cara.
- Entrégate y haz esto más fácil para todos - susurra la otra acercándose a mi - y no te quejes tanto, al fin i al cabo Alexander está muy bueno - y las dos rien con fuerza mientras vuelan a mi alrededor.
- ¡Jamás! - grito mientras enpiezo a girar sobre mi misma formando un gran huracán de niebla que las desestabiliza y las hace caer al suelo. Desciendo con ellas para salir corriendo al pasillo principal.
Justo al salir del despacho, veo como una estanteria de libros se abalanza hacia mí y yo aumento la velocidad mientras voy dejando un rastro de niebla por donde paso que hará que cualquiera que intente atravesarlo muera adfixiado. Al llegar al final de la estancia recibo un fuerte golpe en el brazo derecho que me hace caer al suelo y dar un par de vueltas. Mierda, creo que está roto.
- ¡Estáis mal de la cabeza! - grito mientras me arrastro hacia una esquina para ayudarme a levantarme con la pared.
- Vamos princesita - susurra un licántropo acercandose a mi - seguro que también os enseñan a dominar la lucha cuerpo a cuerpo en vuestro precioso castillo... - se ríe.
Espera, ¡¿un licantropo?!
- ¡¿Han puesto a los malditos chuchos a buscarme también?! - grito asombrada mientras acabo de ponerme en pie.
- No me llames chucho - sentencia el medio animal alargando las garras.
- Oh, perdona... no pretendia ofenderte - mientras pronuncio estas palabras corro hacia la libreria más cercana, me subo a ella de un salto y se la hecho encima.
Salgo de nuevo al pasillo principal y corro mientras esquivo y derribo a lo que creo són un par de licantropos más y a una pobre furtiva que intenta reducirme con un bate madera. El dolor del brazo y los nuevos desgarros empiezan a pasarme factura. Me doy cuenta de que mi vista empieza a emborronarse y es entonces cuando recuerdo el polvo que esa vieja bruja me ha soplado en la cara.
Justo cuando giro la última esquina, enfrente de la puerta encuentro a una de las brujas que derribé primero. Me espera sonriente, haciendo levitar por encima de ella a la anciana que he dejado atras hace poco más de dos minutos.
- Tu elijes, huir o salvarla.
Dicho esto veo como el cuerpo de la anciana se dirije directamente hacia uno de los grandes muros de piedra que forman la biblioteca. Lanzo un rayo hacia la bruja para romper su hechizo sobre ella y en cuanto la anciana comienza a caer corro lo más rápido que puedo para cogerla. Salto hacia con todas mis fuerzas y logro interponerme entre ella y el suelo para mirarle a la cara y darme cuenta de que ya esta muerta.
- ¡No! - grito con lágrimas en los ojos - ¡Brujas!
En cuanto me doy la vuelta con la intención de acabar con todas ellas noto como algo en mi mente deja de funcionar y caigo al suelo. Lo último que puedo ver es la cara de una de esas despreciables mujeres.
- Debiste matarnos - sonrie, y me desmayo.
***
Empiezo a despertar. Siento mi cuerpo muy pesado y en cuanto intento en vano levantar un brazo, el sonido de unas cadenas chirria en mi cabeza como si fueran truenos.
Abro lentamente los ojos y la intensa luz de la habitación me ciega por unos segundos para luego dejarme descubrir que esas cadenas estan sujetas a mis muñecas.
- ¿Hola? - logro decir en un susurro. Tengo mucha sed - ¿hay alguien ahi? - me cuesta muchísimo respirar y nisiquiera puedo mover las piernas - por favor - miro mi cuerpo descubriendo que esta repleto de sangre y arañazos.
No puedo contener las lágrimas al darme cuenta de la situación. Siento en traqueteo del suelo y el insoportable hedor a lejía y desinfectante tan característico de las celdas de transporte. Entonces la puerta se abre y por ella asoma una chica joven, con el cabello realmente largo y rubio y unos enormes ojos de gato color amarillo. Aquí es cuando estoy completamente segura de ello: estoy en el transbordador interdimensional, volviendo a Terland.
- Buenas noches, señorita Mist - una voz ronroneante y aterciopelada habla entre sus labios sonrientes - debo decir que es todo un honor estar a cargo de su celda esta noche.
La chica se acerca a mi con paso felino y se arrodilla para quedar a la altura de mis ojos. Intento librarme de ese hechizo pero me resulta imposible dejar de mirarla. Es tan hermosa. Eso es lo que hace a las felidas aptas para ser carcelarias, es casi imposible salir de su hechizo. Gatas...
- ¿Y bien? - se levanta lentamente y camina a mi alrededor como si estubiera acorralando a una presa - ¿qué es lo que se te pasó por esa preciosa cabezita cuando decidiste salir corriendo hacia la primera dimension? - habla muy despacio mientras acaricia mi cabello - ¿y seguidamente traer a ese chico humano aqui para que todos nosotros pudieramos verlo? - ahora su mano se desliza por mi mejilla.
- Eres una simple félida, no creo que lograras entender una palabra de lo que te cuente - la chica sigue tocando mi pelo entre ronroneos - espera, ¿qué humano?
- Ooooh - exclama fingiendo pena - la verdad es que no me importa demasiado cómo llegaste aqui... K... - se sienta a horcajadas sobre mis piernas - solo me importa que después de tres años ya eres mia - se abalanza hacia mi y empieza a lamer la sangre de una de mis heridas.
- ¡Por favor, no¡ - suplico mientras su tacto no deja de provocarme unos enormes espasmos - ¿qué humano? no fué su culpa, ¡les obligué a hospedarme! - la cabeza me va a mil por hora intentando descubrir de qué puto humano esta hablando.
- ¡El chico! - grita divertida - el guapetón de ojos verdes con el que acabo de divertirme hace un rato - me guiña un ojo - esto podria haber sido mucho más facil para todos, cariño - habla pegada a mi oreja - ahora solo lo será para mi.
De repente un gran golpe desploma la puerta de metal y la felis salta para correr hacia un rincón como un gato asustado. Al levantar la vista sé que estoy a salvo.
- ¡Madre! - logro levantarme y correr unos tres pasos hacia ella para luego caerme de espaldas por el tirón de las cadenas - madre, yo... - me arrastro hacia esa imponente mujer de tirabuzones pelirrojos.
- Nos vamos a casa, Kalee - su densa y negra bruma desintegra las cadenas como si fueran de goma - vamos, levántate.
- Madre, tenemos que ir a por el humano - observo su semblante serio e impenetrable mientras me incorporo ante ella - por favor madre... yo... nisiquiera entiendo porque esta aqui, pero no podemos dejarlo.
- Él ya no está aqui niña linda - la voz de la guardiana suena des de la otra punta de la sala, llena de miedo por mi madre pero divertida por mi situación - Ojazos pertenece ahora a la Casa Blood.
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Behind the mist
FantasiUna história entre dos mundos, entre dos amores. Un príncipe atormentado y un simple humano que conseguirá mucho más de lo que se espera de él. Os presento a la Princesesa Kaleeny Catherine Mist, primera hija de la honorable família Mist, heredera d...