10. ¿Sabes?

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El viaje de vuelta a la mansión Blood transcurre entre silencios y miradas incómodas. Me distraigo a observar el paisaje, centrandome en los pequeños detalles que se escapan ante mis ojos sin darme cuenta de que el carruaje se detiene.

- Kalee - la voz de Alexander me saca del trance. Parpadeo varias veces antes de encontrarme con unos ojos azul cielo, tranquilos a la vez que tristes - ya hemos llegado - me sonríe forzosamente.

- Vale - le devuelvo la sonrisa incorporandome para salir.

Una vez en mi habitación me deshago como puedo del vestido con la ayuda de una doncella.

- ¿Esta lista para mañana, señorita Blood?

- Mist, es Mist - le corrijo seca mirandole a los ojos.

- Dis... disculpe - la doncella baja la mirada para seguir desabrochando el entramado corsé.

Una vez sola salto sobre la cama para quedarme inmóvil bajo el manto de los sueños.
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Unos suaves toques en mi puerta hacen que de un brinco que me lleva directamente al suelo.

- Joder.. - refumfuño mientras me levanto - pasa - espeto irritada por el fantástico despertar que me ha proporcionado quien quiera que sea la persona al otro lado de la puerta.

- Vaya humos - se rie Alexander entrando en la estancia.

- ¡Alexander! - me escondo rápidamente detrás de la cortina al darme cuenta de que solo llevo un estúpido camisón que roza lo transparente - ¡¿puedes avisar?!

- ¡Pero si has dicho pasa, princesa! - se ríe mientras se aproxima y se sienta en uno de los sillones a los pies de la cama - ¿cómo has dormido?

- ¿Puedes dejar que me vista primero? - le respondo enfadada.

Alexander se levanta y camina decidido hacia mi. Los nervios se poderan de toda mi persona imaginando de lo que sería capaz este chico. Cuando se encuentra a escasos metros de mi, se da la vuelta para quedarse mirando por la ventana.

- Claro, aquí estaré - comenta divertido ante mi cara roja.

Arranco a correr hacia el vestidor y doy un portazo detrás de mi. Seguidamente me doy la vuelta y el mundo se me viene al suelo al observar que en ese maldito armario casi tan grande como mi habitación solo hay vestidos y más vestidos a cada cual más complicado de meterse dentro.

- Mierda - deslizo la espalda hasta el suelo para quedarme con la cabeza entre las rodillas - mierda, mierda...

- ¿Problemas? - esá justo al otro lado de la puerta.

- ¿Eh? N..no, no no, claro que no - me río nerviosa mientras me levanto como un cohete y empiezo a rebuscar.

Al abrir un cajón me encuentro con una pila de pantalones normales y corrientes y al abrir el cajón de encima aparecen un par de sudaderas.

- Oh, por dios - suspiro poniéndome unos tejanos lo más rápido que puedo - gracias al cielo.

A los dos minutos abro la puerta con los pelos recogidos en un gran y enmarañado moño y vistiendo unos tejanos rotos y una sudadera negra un par de tallas mayor que la mia. Alexander, que sigue mirando por la ventana, se da la vuelta y me proporciona un repaso acompañado de una gran sonrisa.

- Vaya vaya, no pierdes belleza de ninguna manera, ¿eh?

- ¿Por qué estas tan animado? - noto como todo empieza a dar vueltas y camino hasta sentarme en uno de los sillones.

- No sé, acabo de alimentar... Kalee, ¿estas bien?

- ¿Eh? - su voz suena en mi cabeza como un simple zumbido que no logro entender.

- ¿Cuanto hace que no comes?

- Yo... - mis ojos ya no aguantan la luz - esta.. esta mañana

- No Kaleeny, cuanto hace que no te alimentas de verdad - no soy muy consciente de la situación, pero noto que se el tema se esta poniendo muy serio.

- No lo sé, ¿cuanto hace que no me alimentas Alexander? - logro escupir lo que me queda de sarcasmo.

- Mierda - veo como su figura sale disparada de la habitación.

POV ALEXANDER

- SILVIAAAAA - corro lo más rápido que puedo buscando por toda la casa a la felis encargada de vigilar a Kaleeny - ¡SILVIA FELIS BLOOD, TE ORDENO QUE TE PRESENTES ANTE MI AHORA MISMO!

- Hijo, ¿qué pasa? - la reina sale de su habitación cuando paso por delante de esta.

Me paro en seco para acercarme a ella con las maneras fuera de mi.

- NO SE HA ALIMENTADO EN DOS MESES - veo como da unos pasos atrás con cierto miedo - ¿HAS SIDO TU?

Entonces la felis aparece caminando lentamente, medio escondida en las penumbras.

- ¿Qué dessssea, mi sssseñor?

En cuestion de dos segundos llego hasta ella y le empujo con todas mis fuerzas haciendo que vuele por las escaleras y aterrize junto a la puerta de entrada. Salto siguiendo su camino y en cuanto la tengo delante levanto su pequeño y mortífero cuerpo agarrándole el cuello. La felis me enseña los dientes asustada y con el pelo encrespado.

- Tu eras la encargada de cuidar de ella - empiezo a soltar una niebla que va a causarle el dolor más insoportable de su vida - Quiero que traigas veinte humanos aquí ahora mismo y luego te vuelvas a la dimensión de donde te saqué. Si no estas aqui en media hora puedes considerarte muerta - la suelto y cae al suelo gimoteando antes de salir corriendo por la puerta.

- ¿Alex? - veo a Kaleny en lo alto de las escaleras, sosteniéndose en la barandilla para no caer - ¿qu... qué le has hecho a la felis?

- Es increible que aún te sigan importando estas bestias - suspiro y subo corriendo hasta ella - vamos, te acompañaré a tu habitación.

- Para que lo sepas - respira forzadamente - no voy a matar a nadie.

- Lo sé K... - sonrío para mis adentros - lo sé.

- ¿Sabes? - se pronuncia de nuevo una vez he conseguido tumbarla en la cama - no deberías ser tan malvado con tus subditos, al fin y al cabo son ellos los que te dan el poder. Sé que no puedes dejar que te dañen Alexander, pero este teatro que estas formando a tu alrededor va a pasarte factura algún día - me levanto de su ldo, no quiero seguir escuchándo lo que sé que es cierto - sé que sientes lo mismo que yo cuando me tocas - se agarra a mi brazo sin ninguna intención de dejarme ir - porfavor - sus ojos empiezan a cerrarse - porfavor, haz que todo esto sea más fácil.

- Soy quien debo ser Kaleeny, no puedo dejar que vuelvan a romperme en mil pedazos y tu lo sabes bien. Jamás quise nada de todo esto, es precisamente la gente con la que soy así la que me ha hecho actuar de esta forma. Ahora no hay vuelta atrás.

- No seas un monstruo - se desmaya.

Behind the mistDonde viven las historias. Descúbrelo ahora