Mi Compañero Favorito (INUYASHA)

Cap 6

Vale, necesitaba calmarme, esto era algo raro en mí.

Mi pecho dolía un poco y tenía un sentimiento que me hacía tener un nudo en la garganta.

Y todo por ese Inuyasha Taisho

Había llegado tranquila a clase, pero en cuanto apareció él delante de mí para saludarme y darme los buenos días con una sonrisa me hizo recordar su realidad, él era un demonio.

  Lo estuve evitando toda la mañana, apoyándome en Sango y Ayame y diciendo que me sentía mareada.

Todo fue bien, hasta la clase de gimnasia... de repente Inuyasha entro en el vestuario de mujeres y me agarro con un brazo poniéndome sobre su hombro y sacándome de allí...

- ¿Qué demonios te pasa conmigo, Kagome?

Yo no le contesté y el me bajó de su hombro sentándome en el suelo de la azotea.

- Inuyasha...

- Dime lo que te pasa, ¿ya no confías en mí?

Sus ojos dorados estaban llenos de preocupación, pero ya no sabía si me decía la verdad o no... ya no sabía si confiar en él.

Lo observé por un momento y vi como sus ojos se dirigían a mi cuello. Solo pensaba en la perla.

Lo miré enfurecida y me levanté plantándole cara.

- Sé tu pequeño secreto.

- ¿Qué secreto, princesa?

- Eres un demonio, no sé si un hanyou o un youkai, pero tienes sangre demoníaca en tu interior.

Él me miró fijamente a los ojos sorprendido y yo no intente dar uno o dos pasos hacia atrás cuando se acerco. Se acercó más y más y decidí no moverme.

- Con que ya lo sabes...- murmuró 

Le miré a los ojos y asentí.

- Bueno, soy un hanyou...- dijo pasando la mano por su cabeza y unas orejas de perro aparecieron - vengo de la tribu del colmillo de acero. ¿Te suena, verdad? Fueron los mismos que mataron a tu abuelo.

Contení las lágrimas y le pegué una bofetada haciendo que su cara se girara

- ¡Eres un malnacido! ¿Por qué me buscas? ¿Por la perla? ¡Nunca te la daré! 

Inuyasha se rió y agarro mi cintura para acercarme a él

- No me insultes si no quieres que te pegue.

- ¿Vas a caer tan bajo como para pegar a una mujer? ¡No te da vergüenza!

Le iba a pegar otra bofetada, pero agarro mis muñecas y me acercó a la pared.

- Nunca pegaría a una mujer, pero, quiero esa perla. La necesito para ser feliz.

- ¿Por qué? ¿Todo era mentira, verdad? Solo eres un ladrón...

- Quiero la perla, mi padre y mis hermanos murieron por conseguirla. -sonrió - Y claro que es mentira, ¿tú crees que alguien se enamoraría de ti en un día? Es imposible.

- Te odio.

Noté su nariz en mi cuello e intenté que soltara mis manos.

- Ahora que sabes mi secreto...¿no importará que haga lo que yo quiera, no? - su lengua recorrió mi cuello.

Me estremecí y note como había soltado mis muñecas y puse mis manos en su pecho para alejarle. Seguro que estaba sonrojada hasta las orejas.

- Eres un...

- Demonio.- sonrió de lado- Esa es la palabra de buscas, princesa.