Cap 26

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Estar caminando entre Miroku e Inuyasha no es para nada cómodo.

Ambos están caminando demasiado deprisa y, además, no paran de lanzarse miradas afiladas como cuchillos.

No puedo seguirlos el ritmo y ya llevamos media hora caminando. Así que decido parar y apoyarme en un árbol.

- Princesa...¿estás bien?

- Kagome ¿te sientes bien?

Suspiro mientras cierro los ojos, ¿hasta cuándo van a seguir así?

- no aguanto su ritmo, no puedo caminar así.- lo confieso mirándolos.

Ellos apartan la vista recapacitando para sus adentros.

Aprovecho esos minutos de descanso para buscar en mis bolsillos mi móvil y ver si tengo cobertura para llamar a Kikyo y Koga, pero nada; el móvil no tiene cobertura.

- ¿Cuántos días has pasado aquí, Miroku? - pregunta Inuyasha cortando el silencio.

La pregunta me sorprende, desde que se enceló no le había dirigido la palabra, cosa que parece sorprenderle a Miroku también.

- Unos tres... - contesta

- ¿Encontraste agua? ¿Algún riachuelo?

- Sí, está cerca de la cima de la montaña, llegaremos enseguida

- Koga debe de haber llevado a Kikyo a un sitio con agua, allí el ambiente es más puro y si el monstruo los perseguía allí se sentiría más débil...

Sonrío de oreja a oreja mientras camino hacia ellos sacando mi guadaña

- Genial, ¿a qué estamos esperando? 

Miroku sonríe.

- Eras tú la que se había parado

Me río y miro a Inuyasha

- Iré andando

- Ni de coña - me suelta- el ambiente está cargado con energía demoníaca, no es buena para ningún humano.

- Lo sé, pero Miroku no parece tan debilitado y yo soy más fuerte que él

- ¡Oye! - se queja

Yo solo le saco la lengua para volver a mirar a mi compañero

- No me pasará nada, y si me llega a pasar estarás ahí, ¿cierto?

Le veo cambiar de expresión varias veces, pensativo, enfadado, celoso, gruñón, enamorado y por último orgulloso.

- Bien...¿Dónde está el río?

Miroku asiente y empieza a correr mientras lo seguimos. Las plantas del lugar se enredan en nuestras piernas por lo que Inuyasha y yo debemos cortarlas antes de que nos tiren. El suelo se mueve y pronto se escuchan voces.

- ¡Koga! - grita Inuyasha

De pronto toda la maleza y todos los árboles parecen desaparecer en un pequeño prado donde nos encontramos a Koga y Kikyo luchando contra el youkai.

- bienvenidos a mi jardín, pequeños insectos...- suelta el demonio.

No es un akuma, es un demonio plenamente consciente, Kikyo reza para exorcizarlo mientras Koga pelea con él. No puedo quedarme parada mirando.

- ¡Miroku, ve con Kikyo y sigue rezando! ¡Inuyasha, apoya a Koga!

- ¿Y tú?- preguntaron los dos

- Yo voy a matar a ese monstruo 

Inuyasha asiente y corre a cortar una mano del youkai

- ¡Cómo te atreves!

- Khe, no hablo con desconocidas.

Empecé a correr con mi guadaña mientras subía por su espalda y llegaba a su traquea, el monstruo giró la cabeza y su apariencia de mujer me puso los pelos de punta

- No podrás matarme... te mataré junto a la otra sacerdotisa y me quedaré a los hombres...- soltó riéndose.

Agarré más fuerte mi arma y le clavé la guadaña en la tráquea, rápido giré alrededor de su cabeza revanándole el cuello.

Bajé a purificar la cabeza cuando la youkai se movió y se irguió sin cabeza

- ¡Kagome!- me gritó Kikyo- ¡Debes perforar su corazón!

Inuyasha palmeó mi cabeza y Koga posó su mano en mi hombro

- A la de tres...- susurró Koga- uno...

- Dos...- murmuró Inuyasha

- ¡Tres!- exclamé mientras corrimos hacia ella.

Koga clavó sus garras en su pecho mientras Inuyasha y yo clavábamos el filo de nuestras armas, los cantos de Kikyo y Miroku se escucharon con más fuerza, como si los estuvieran gritando a todo pulmón y la nublina que cubría todo el santuario desapareció.

El demonio lobo revolvió mi pelo.

- Me alegro de que estés bien, Kagome, no sé que le habría hecho al idiota de Inuyasha si te ocurría algo...

- Nunca dejaría que le pasase nada, lobo...- contestó Inuyasha haciendo que dejásemos de reír

Kikyo sonrió y me abrazó susurrándome que lo había hecho muy bien

- Chicos- dije- él es Miroku, el monje que debíamos buscar

- Y el ex de Kagome - terminó él

Kikyo y Koga no pudieron evitar mirar la cara de Inuyasha y reírse.

-¡Larguémonos de aquí! - vociferó y empezamos a caminar

En cuanto llegamos al pie de la montaña el grupo de monjes nos recibieron felices y nos agradecieron miles de veces, nosotros pensamos en irnos esa misma noche pero nos invitaron a una fiesta en honor a los héroes que habían salvado su comunidad, tuvimos que aceptar.

El fuego de la fogata era lo que le quitaba oscuridad a esa calurosa noche, mientras la gente bailaba y bebía.

- Inuyasha, ¿bailarías conmigo?- dije tambaleante

Entre la poca energía que me quedaba, mi desmayo y el alcohol mis piernas flaqueaban

- te tendría que acompañar a dormir compañera, en cualquier momento te vas a caer...

Fue decirlo y que mi cabeza se echara hacia atrás mientras mi centro de gravedad se iba a la mierda.

Inuyasha agarró mi espalda y una de mis manos, Miroku sostuvo mi nuca y apoyó su mano en mi costado.

- ¿Estás bien? - preguntaron

¡Otra vez no!

Mi Compañero Favorito (INUYASHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora