Estar caminando entre Miroku e Inuyasha no es para nada cómodo.
Ambos están caminando demasiado deprisa y, además, no paran de lanzarse miradas afiladas como cuchillos.
No puedo seguirlos el ritmo y ya llevamos media hora caminando. Así que decido parar y apoyarme en un árbol.
- Princesa...¿estás bien?
- Kagome ¿te sientes bien?
Suspiro mientras cierro los ojos, ¿hasta cuándo van a seguir así?
- no aguanto su ritmo, no puedo caminar así.- lo confieso mirándolos.
Ellos apartan la vista recapacitando para sus adentros.
Aprovecho esos minutos de descanso para buscar en mis bolsillos mi móvil y ver si tengo cobertura para llamar a Kikyo y Koga, pero nada; el móvil no tiene cobertura.
- ¿Cuántos días has pasado aquí, Miroku? - pregunta Inuyasha cortando el silencio.
La pregunta me sorprende, desde que se enceló no le había dirigido la palabra, cosa que parece sorprenderle a Miroku también.
- Unos tres... - contesta
- ¿Encontraste agua? ¿Algún riachuelo?
- Sí, está cerca de la cima de la montaña, llegaremos enseguida
- Koga debe de haber llevado a Kikyo a un sitio con agua, allí el ambiente es más puro y si el monstruo los perseguía allí se sentiría más débil...
Sonrío de oreja a oreja mientras camino hacia ellos sacando mi guadaña
- Genial, ¿a qué estamos esperando?
Miroku sonríe.
- Eras tú la que se había parado
Me río y miro a Inuyasha
- Iré andando
- Ni de coña - me suelta- el ambiente está cargado con energía demoníaca, no es buena para ningún humano.
- Lo sé, pero Miroku no parece tan debilitado y yo soy más fuerte que él
- ¡Oye! - se queja
Yo solo le saco la lengua para volver a mirar a mi compañero
- No me pasará nada, y si me llega a pasar estarás ahí, ¿cierto?
Le veo cambiar de expresión varias veces, pensativo, enfadado, celoso, gruñón, enamorado y por último orgulloso.
- Bien...¿Dónde está el río?
Miroku asiente y empieza a correr mientras lo seguimos. Las plantas del lugar se enredan en nuestras piernas por lo que Inuyasha y yo debemos cortarlas antes de que nos tiren. El suelo se mueve y pronto se escuchan voces.
- ¡Koga! - grita Inuyasha
De pronto toda la maleza y todos los árboles parecen desaparecer en un pequeño prado donde nos encontramos a Koga y Kikyo luchando contra el youkai.
- bienvenidos a mi jardín, pequeños insectos...- suelta el demonio.
No es un akuma, es un demonio plenamente consciente, Kikyo reza para exorcizarlo mientras Koga pelea con él. No puedo quedarme parada mirando.
- ¡Miroku, ve con Kikyo y sigue rezando! ¡Inuyasha, apoya a Koga!
- ¿Y tú?- preguntaron los dos
- Yo voy a matar a ese monstruo
Inuyasha asiente y corre a cortar una mano del youkai
- ¡Cómo te atreves!
- Khe, no hablo con desconocidas.
Empecé a correr con mi guadaña mientras subía por su espalda y llegaba a su traquea, el monstruo giró la cabeza y su apariencia de mujer me puso los pelos de punta
- No podrás matarme... te mataré junto a la otra sacerdotisa y me quedaré a los hombres...- soltó riéndose.
Agarré más fuerte mi arma y le clavé la guadaña en la tráquea, rápido giré alrededor de su cabeza revanándole el cuello.
Bajé a purificar la cabeza cuando la youkai se movió y se irguió sin cabeza
- ¡Kagome!- me gritó Kikyo- ¡Debes perforar su corazón!
Inuyasha palmeó mi cabeza y Koga posó su mano en mi hombro
- A la de tres...- susurró Koga- uno...
- Dos...- murmuró Inuyasha
- ¡Tres!- exclamé mientras corrimos hacia ella.
Koga clavó sus garras en su pecho mientras Inuyasha y yo clavábamos el filo de nuestras armas, los cantos de Kikyo y Miroku se escucharon con más fuerza, como si los estuvieran gritando a todo pulmón y la nublina que cubría todo el santuario desapareció.
El demonio lobo revolvió mi pelo.
- Me alegro de que estés bien, Kagome, no sé que le habría hecho al idiota de Inuyasha si te ocurría algo...
- Nunca dejaría que le pasase nada, lobo...- contestó Inuyasha haciendo que dejásemos de reír
Kikyo sonrió y me abrazó susurrándome que lo había hecho muy bien
- Chicos- dije- él es Miroku, el monje que debíamos buscar
- Y el ex de Kagome - terminó él
Kikyo y Koga no pudieron evitar mirar la cara de Inuyasha y reírse.
-¡Larguémonos de aquí! - vociferó y empezamos a caminar
En cuanto llegamos al pie de la montaña el grupo de monjes nos recibieron felices y nos agradecieron miles de veces, nosotros pensamos en irnos esa misma noche pero nos invitaron a una fiesta en honor a los héroes que habían salvado su comunidad, tuvimos que aceptar.
El fuego de la fogata era lo que le quitaba oscuridad a esa calurosa noche, mientras la gente bailaba y bebía.
- Inuyasha, ¿bailarías conmigo?- dije tambaleante
Entre la poca energía que me quedaba, mi desmayo y el alcohol mis piernas flaqueaban
- te tendría que acompañar a dormir compañera, en cualquier momento te vas a caer...
Fue decirlo y que mi cabeza se echara hacia atrás mientras mi centro de gravedad se iba a la mierda.
Inuyasha agarró mi espalda y una de mis manos, Miroku sostuvo mi nuca y apoyó su mano en mi costado.
- ¿Estás bien? - preguntaron
¡Otra vez no!
ESTÁS LEYENDO
Mi Compañero Favorito (INUYASHA)
FanfictionKagome, Sango y Ayame van al mismo instituto, el instituto Shikon. Todo habra cambiado cuando un chico de ojos dorado y cabello plateado aparezca