2. When you look me in the eyes.

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[Ashley Brooke]

El tiempo en aquel quirófano pasó tan lento que parecía que llevábamos allí un siglo. La operación duró diez horas. El pequeño, que se llamaba Orion Mcgregor, había sufrido dos paros cardíacos debido a toda la sangre que había perdido, pero conseguimos estabilizarle. Owen Hunt, el cirujano pelirrojo que había visto en la sala de trauma, y yo trabajamos codo con codo durante cada minuto de las diez horas que duró la operación. El doctor Karev nos ayudó durante las cinco primeras, pero, una vez pasado el peligro, tuvo que salir a atender a sus pacientes. Le extirpamos el bazo, el apéndice y tuvimos que reparar algunas lesiones internas causadas por la brutal paliza que había recibido Orion.

Tras la operación, lo subieron a planta y yo me dirigí a una de las salas de descanso de las que me había hablado la doctora Bailey. Cerré los ojos un segundo y caí a los brazos de Morfeo durante horas.

Mi busca pitó. Me levanté sobre saltada y algo confundida. Miré el aparato, donde había un mensaje que me indicaba que debía subir a la planta a ver a mi paciente para la revisión. De camino a la habitación me lavé la cara en uno de los baños, me recogí el pelo en un moño y subí. En el vestíbulo del pasillo de la habitación vi a un médico alto y musculado con el pelo ligeramente canoso mirarme. Le miré de reojo y entré a la habitación, donde la madre de mi paciente, con un brazo en cabestrillo y un ojo amoratado, esperaba pacientemente en una silla. Tenía los ojos hinchados y vidriosos. En la habitación estaban Owen y el doctor Karev.

- Buenas tardes, soy Ashley Brooke, la cirujana de su hijo. - Saludé formalmente. Desde mi habitación podía ver a través de la ventana cómo el doctor del vestíbulo seguía mirándome. - ¿Ha despertado? - La madre agachó la mirada y negó levemente.

- No. - Sentenció Karev. - Vamos a esperar un par de horas y, si no despierta, llamaremos al doctor Shepherd que es neurocirujano, para que le eche un vistazo. En principio creemos que todas las heridas de la cara son superficiales y que no tiene por qué haber ningún problema neuronal, pero así nos quedamos tranquilos.

- ¿Y qué pasará con las cicatrices que le quedarán en el rostro? - Murmuró la madre.

- Ya hemos hablado con el doctor Mark Sloan para que se ocupe de ello. Es el mejor cirujano plástico de la ciudad, así que no debe preocuparse por ello. - Explicó Owen. La madre sollozó. 

Afuera seguía aquel médico mirándome directamente. A él se había unido otro médico unos centímetros más bajito y con el pelo oscuro. Los dos me miraban. Aparté la vista y seguimos hablando con la madre.

[Derek Shepherd]

Cuando entré por el pasillo encontré a Mark apoyado sobre la recepción del vestíbulo, mirando fijamente al interior de una habitación. Miré dentro y encontré a una mujer con pelo castaño y un moño vestida de especialista. Su figura era fina, alta y delicada. Miré a Mark.

- ¿Quién es?

- Es la nueva cirujana general, amigo, ¡es la nueva! - Soltó una risa picarona sin quitarle el ojo de encima. Lo miré burlón.

- Vamos, Sloan, ¿ya? ¿tan pronto? Seguro que ni si quiera sabe quién eres, dale tiempo. - Me reí de él y Sloan seguía fijando su mirada en ella. La miré. La verdad es que tenía un perfil dulce y aniñado. Era preciosa. - Sloan, la vas a desgastar y va a pensar que eres un maldito psicópata. Deja de mirarla. - La chica nos miró a lo lejos. Le mantuve la mirada durante dos segundos y después miré la carpeta que tenía delante.

- Tío, la tengo en el bote, no para de mirarme.

- Le das miedo.

- ¿Es la envidia lo que noto en tus palabras? - Soltó una carcajada.

- Estoy casado, ¿recuerdas? ¡felizmente casado!

- Nadie es feliz si está casado. - Volvió a soltar una carcajada, ésta vez más fuerte que la anterior.

- Eres un imbécil. - Traté de no reírme, pero no pude contener una leve risa inaudible. 

Levanté la mirada del papel que estaba rellenando y aquella mujer estaba saliendo de la habitación. Se dirigía hacia nosotros. Miró a Sloan seriamente, después a mí. Me mantuvo la mirada mientras se acercaba. Tenía unos labios rosa pálido carnosos y los ojos marrones color avellana... o tal vez color café tostado. Entonces, se paró en frente de nosotros. Me encanta el café tostado.

[Ashley Brooke]

Miré a esos dos médicos. Owen me había dicho que el del pelo canoso era Mark Sloan y el chico de media melena negra, el doctor Derek Shepherd. Cuando me acerqué, Sloan me miraba sonriendo, diría que de forma traviesa. Cuando miré al doctor Shepherd me encontré de frente con unos ojos color azul cielo que hicieron que mi estómago se estremeciera. Traté de mantener la compostura.

- ¿Es usted el doctor Shepherd? - Le pregunté, ofreciéndole mi mano.

- El mismo, doctora, encantado de conocerla. - Me estrechó la mano sonriendo. Me quedé mirando fijamente su sonrisa, sus dientes perfectamente colocados. Era encantador.

- Igualmente. Y usted, supongo, es el doctor Mark Sloan, ¿me equivoco? - Le estreché la mano a Mark. El doctor Sloan era bastante atractivo, pero era de esos hombres a los que se les ve venir de lejos. 

- Exacto, doctora... - Dudó.

- Ashley. Ashley Brooke. Soy la nueva cirujana general. - Sonreí tímidamente. - Supongo que estaréis al tanto de la situación del paciente de la habitación 354, ¿verdad? - Asintieron. - Fantástico, porque tal vez en un par de horas le tenga que avisar, doctor Shepherd. Ojalá no tenga que ser así. - Agaché la mirada. - Sin embargo, doctor Sloan, es irremediable que usted va a tener que ayudarme. En cuanto le baje el hinchazón, en unos días, deberá intervenirle para tratar de que le quede el menor rastro posible de lo ocurrido al pequeño. 

- Claro, cuente con eso, doctora. - Afirmó Sloan. - Podríamos quedar a tomar un café cuando tengas un momento libre y podemos hablar sobre cómo abarcaremos la situación. Así, además, le enseño un poco el hospital. - Derek cerró los ojos y negó con la cabeza mientras se reía. Lo miré extrañada.

- Eh... sí, claro. Supongo. - Sloan sonrió y Derek suspiró. 

- ¡Fantástico! - Lo miré aún más extrañada. La situación no era para nada fantástica. Me miró. - O sea, quiero decir, esto no es fantástico, me refiero a que es fantástico que...

- Sloan, por favor. - Le interrumpió Shepherd. - ¿Por qué no dejas de emocionarte por tomar café y dejamos en paz a la doctora? Seguro que tendrá muchas cosas que hacer. - Sentenció y me miró a los ojos. Inclinó un lado de su boca y esbozó media sonrisa. 

- Sí, la verdad es que estoy un poco perdida y tengo un montón de cosas que hacer, así que lo mejor sería que me vaya y les avise si les necesito, ¿de acuerdo?

- Cuenta con ello. - Dijo Shepherd en un tono amable. - Si necesitas ayuda, ya sabe donde estamos. Espero que tenga un magnífico día, doctora. - Sonrió y se dio la vuelta.

- No dudes en llamarme si quieres ese café. - Dijo Sloan guiñándome un ojo.

- De acuerdo... - Fruncí el ceño y me quedé parada viéndoles marchar. Miré a mi alrededor, no tenía ni puñetera idea de en qué parte del hospital me encontraba. 

[Derek Shepherd]

Me di la vuelta mientras Sloan me seguía y me llamaba. Yo lo ignoraba. Me encanta el café tostado, pensaba.

Me encanta el puñetero café tostado.


FANFIC ANATOMÍA DE GREY- HEART'S ANATOMY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora