8. Infect me with your love.

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[Ashley Brooke]

Cuando salí del bar, el aire fresco me acarició la cara y me llenó los pulmones. Respiré profundamente mientras cerraba los ojos y suspiré. Metí las manos en los bolsillos de mi pantalón y comencé a andar. Unos segundos después escuché la puerta del bar abrirse a lo lejos.

- ¡Ash, espera! - Escuché, dándome la vuelta.

- ¿Addison? - Dije extrañada. 

- Voy contigo, ¿de acuerdo? - Se acercó sonriendo mientras se ponía una chaquetilla negra. Le sonreí y negué con la cabeza.

- Addi, no hace falta que me acompañes, te lo estás pasando bien. - Puse cara de pena.

- ¿Sin ti? Estás loca. Sin ti no quiero estar ahí dentro. - Me sonrió y le devolví el gesto. - Coche, ni de coña, ¿no?

- ¿Qué te parece un paseo? Me apetece pasear... - Le confesé.

- Me parece fantástico. - Sonrió.

Comenzamos a andar y nos mantuvimos unos minutos en silencio. Miré a Addison de reojo, y la encontré con los brazos cruzados y los hombros encogidos de frío. Vestía un vestido azul marino ceñido por el torso para acabar después en una larga caída hasta las rodillas e iba adornado con un pequeño cinturón rojo a la altura del abdomen. Lo cierto es que era preciosa. 

- ¿Tienes frío? - Le pregunté.

- Un poco. - Contestó. Reí y me miró. - ¿Qué? En el bar estaba calentita y el contraste de temperatura... - Me miró a los ojos y los entornó. La rodeé con los brazos y comencé a intentar hacerla entrar en calor. Me sonrió y se acurrucó entre mis brazos.

- ¿Mejor?

- Mucho mejor. - Se acomodó y caminamos un rato abrazadas hasta que noté que dejó de temblar.

Seguimos caminando. Seattle se tornó melancólico, frío, triste. Sus calles se tintaron de un color pálido que me hizo divagar durante un buen rato. Pensé en el bar y en Derek. Pensé en la música y en sus ojos persiguiéndome allá donde fuese. Pensé en los segundos que estuvimos a escasos centímetros el uno del otro, en la manera en que besó a Meredith después y en la maraña de sentimientos que había dentro de mí. Estaba confundida, ¿qué coño me estaba  pasando? Derek era muy importante para mí, pero era mi amigo. Igual que Meredith. ¿Qué le estaba pasando a Derek? ¿Qué estaba haciendo...? Seguro que sólo estaba borracho... Seguro que fue solo eso.

- ¿Seguro que estás bien? - Me preguntó Addison, haciéndome volver al mundo real. Me asusté y la miré con nerviosismo.

- S-Sí, claro. Sólo estaba pensando en mis cosas. - Le  hice una mueca.

- Es Derek, ¿verdad? - Me preguntó agachando la mirada al suelo. La levantó para mirarme otra vez. - Os he visto hablar en el bar.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo, ¿qué había visto exactamente? La miré asustada.

- No, es solo... iba muy borracho, Addi. - Sentencié, presionando levemente los labios.

- ¿Qué te dijo? - Preguntó levantando una ceja.

- Nada, no me dijo nada. - Suspiré. Quise con todas mis fuerzas que dejase de preguntar.

- No sé qué es lo que os pasa. No sé qué te pasa a ti o qué le pasa a Derek; pero Meredith... - Hizo una pausa y agachó la mirada.

- Addison. - Dije duramente. Me paré en seco. - Olvida lo que sea que hayas visto hoy, ¿vale? No ha sido nada. No hay nada. Derek es mi amigo, sólo eso. Y Meredith también y se quieren, dios mío, Addison, se quieren. - Miré su cara entristecida. Mi tono estaba siendo brusco y me arrepentí. Lo suavicé. - Yo jamás haría algo así, Addi. Jamás...

Siguió caminando sin mediar palabra y la seguí en silencio. El ambiente se volvió incómodo y cerré los ojos para contener las lágrimas que se comenzaron a acumular en mis ojos. Odiaba discutir y odiaba la situación en la que estaba. Odié portarme tan mal con Addison. Conseguí controlarme.

- Te creo... - Comenzó. - Te creo, porque eres mi amiga y te quiero. Confío en ti, pero quiero que sepas que no te conviene entrar en algo así, porque te hará daño. - Cerré los ojos y alcé la vista al cielo. Addison siguió hablando. - Derek es un buen hombre, pero ama a Meredith, lo sé. Y algo le pasa contigo, porque le he visto hacer esto antes; pero tiene una familia y no quiero que seas un capricho y te ilusione para luego romperte en mil pedazos.

- Eso no va a pasar, porque no voy a ilusionarme con él, Addi. Es sólo mi amigo, de verdad. - Insistí, devolviéndola una mirada cansada. De verdad creía que solo era un amigo. De verdad lo pensaba.

- No soportaría ver cómo te hace daño. - Confesó en un tono dulce. Sus ojos no se despegaban del suelo y yo la observé en silencio. La cogí del brazo y le besé la mano.

- Eres fantástica, pero no tienes que preocuparte, ¿vale? - Le dije, levantándole la barbilla con una mano para que me mirase a la cara. Sonrió tímidamente y nos quedamos en silencio.

Observé la calle, observé a Addison y disfruté del silencio. Me hacía sentir cómoda y segura. Siempre había pensado que Addison era de ese tipo de personas que cuidan de los demás porque no se saben cuidar a ellas mismas. Era impulsiva y de esas que dejaban a su corazón al timón de su vida sin pensar en las consecuencias, para arrepentirse después. Lo sabía, porque, cuando me hablaba de cuando se separó de Derek, podía sentir el dolor de un error que nunca se perdonaría. A veces me hubiese encantado decirle que era una persona como todos los demás y que todos cometíamos errores. A veces me hubiese encantado poder salvarla de sí misma.

Al fin llegamos al portal de mi casa. Se puso frente a mí y le sonreí.

- Me gusta que me cuides. - Le dije antes de despedirme y le dediqué una sonrisa dulce y sincera.

- Quiero que seas feliz, Ash. - Me dijo casi susurrando. - Quiero hacerte feliz. 

Comenzó a acercarse poco a poco a mí. Me agarró de la cintura y todo mi cuerpo se tensó. Sentí su aliento y escuché mi corazón acelerarse. El tiempo se paró y sentí sus labios rozar los míos. Nos miramos a los ojos.

Y, entonces, me besó.

FANFIC ANATOMÍA DE GREY- HEART'S ANATOMY.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora