Una nota misteriosa aparece

434 25 5
                                    

POV ANNABETH

Después de la triste noticia decidimos hacer una ceremonia en todo el campamento en memoria de los sátiros que murieron. Todos los campistas acudieron y dedicaron ofrendas en su honor. Las ninfas junto con algunos sátiros y campistas de la cabaña de Apolo tocaron unas canciones. Quiron dio un pequeño discurso en honor de los sátiros caídos y también habló de que se harían pequeños grupos de campistas para inspeccionar la entrada del campamento cada cierto tiempo y a nuestro dragón, que cuidaba el árbol de Thalia, lo puso más alerta.

Al terminar, todos se fueron a sus respectivas actividades, aunque sin la misma actitud de antes. Hasta Dionisio se veía decaído ante la noticia ya que se encerró en la Casa Grande junto con Quiron. En cambio Grover se fue con Enebro al bosque para tal vez platicar lo sucedido. El día dejo de ser alegre y pasó a ser deprimente.

Nosotros decidimos juntarnos en la cabaña de Nico, a petición de este, para poder hablar sobre lo ocurrido.

Entrar a su cabaña hacía más deprimente el día. Todo era completamente negro, tanto, que hasta los muebles se camuflaban en las paredes, excepto las camas que tenían diseños de calaveras en blanco, por lo que eran más fáciles de encontrar. En el lugar solo se encontraban unas antorchas colgadas en lugares estratégicos para iluminar un poco. Además de que hacía un frío de los mil demonios ahí dentro.

-¡Demonios Nico! ¡Tú cabaña parece congelador! ¿¡Cómo puedes vivir así!? - Leo estaba frotándose los brazos descubiertos para darse calor.

-Yo no creo que este haciendo mucho frío aquí dentro - respondió indiferente.

-Lo dice el chico que todo el tiempo trae puesta una campera - Jason estaba castañeando del frío por lo que se había pegado a Piper, haciéndola enrojecer.

-Bueno, bueno dejemos eso de lado - Percy parecía inmune a el frío tan horrible que había aquí, pero yo sabía que lo estaba aguantando - debemos de hablar de lo que acaba de pasar.

-No creo que podamos hablar mucho sobre ello - Piper se había acurrucado junto con Jason para mantener el calor - solo sabemos que los semidioses están desapareciendo y que a los sátiros... - paro un momento y respiró profundamente - los matan. También sabemos que esto podría ser obra de Licaon.

-¿Para qué demonios quiere Licaon a los semidioses? - Nico se había sentado en una esquina de su cuarto muy apartado de los demás - ¿de qué le podrían servir?

-Tal vez los usa como... Comida - Calipso tenía los ojos en blanco ante su propia declaración - descartemos esa idea mejor.

-No creo que los use como comida, puede alimentarse de cualquier ser vivo que a él le plasca - estaba segura de que no era por eso - los debe de usar para otra cosa pero... ¿Para qué?

Nos quedamos en silencio un rato. Mi vista se situó en el brazo vendado de Percy, específicamente, la parte donde lo había rasguñado el hombre lobo. Si lo hubiera querido de comida, el lobo no hubiera vacilado como dijo Percy que hizo. Hay algo más profundo bajo esto.

-Tengo una idea - todos dirigimos nuestra atención a Percy - deberíamos contactar al Campamento Júpiter y averiguar si están sucediendo cosas extrañas allá.

-Me parece buena idea.

Salimos hasta la cabaña de Percy ya que él tenía una fuente. Al llegar, una brisa con olor a mar me impregnó las fosas nasales. Así era como Percy olía cada vez que lo abrazaba. Su cuarto estaba desordenado, bastante diría yo. Si hoy hubiera sido el día de inspección, lo más probable es que Percy estuviera lavando los platos con fuego.

La fuente estaba donde mismo y seguía funcionando milagrosamente. Tomo un dracma de su mesa y se lo ofreció a la Diosa Irís. Tardo unos segundos en funcionar, hasta que nos encontramos con una Hazel y un Frank discutiendo acaloradamente junto con Reyna. Cuando se percataron de nuestra presencia la primera que hablo fue Reyna.

-¡Percy! ¡Chicos! ¿Qué es lo que pasa? - se veía irritada y también cansada.

Hazel estaba junto con Reyna tratando de alejarse lo más posible de Frank. Apostaba a que tuvieron una pelea.

-H-hola este... Creo que los agarramos en un mal momento - dije algo incómodo.

-No se preocupen por eso - les mando unas miradas asesinas a Hazel y a Frank - ya arreglaremos esto más tarde ¿qué es lo que pasa?

-Pues... - Percy les contó lo que había pasado, sobre el ataque del hombre lobo y de los semidioses desaparecidos. En cada palabra sus caras cambiaron del enojo a la sorpresa y la confusión. Cuando acabó, Hazel fue la que hablo.

-¡Qué horrible! - en su cara se veía que en algún momento iba a estallar en llanto, pero Frank se acercó y la abrazo, creo que el problema que tenían ya estaba arreglado.

-Algo así también está pasando aquí - nuestra atención cayó en Reyna que tenía los ojos en blanco - desde hace unas semanas no hemos recibido nuevos semidioses, además de que no podemos contactar con Lupa.

-¿Lupa? - pregunté confundido. Estaba recibiendo tanta información de golpe, que por un momento olvide por completo aquel nombre.

-Si Percy, estuviste con ella antes de llegar al Campamento Júpiter - ahora yo era la que hablaba - los semidioses romanos primero tiene que llegar con la Loba Lupa y si esta los considera dignos de su atención los entrena y los manda a el Campamento Júpiter. Si no son de su agrado los....

-¡Los mata! - dijo Leo con una enorme sonrisa en su cara.

-Lo haces ver cómo la cosa más bonita de la historia - dijo Frank con cara de desagrado.

-¡No lo dije por eso! Si no porque por primera vez se algo de ese tipo y.... Pues... - estaba con la cara roja de la vergüenza mientras movía sus manos nerviosamente.

-¡Ese no es el punto! - alce la voz ya irritada. En eso me dirigí a Reyna - ¿Crees que... Le haya pasado algo?

-No creo que sea así - ahora Frank volvía a hablar del tema - no es como que tengamos demasiado contacto con ella, pero si le hubiera pasado algo, sus lobos hubieran estado más movidos que nunca.

-En eso tiene razón Frank - Hazel se había sacado del agarre de Frank y se colocó ahora a lado de él - además, si estuviera... - trago saliva ruidosamente - muerta, yo lo hubiera sentido al igual que Nico...

La imagen comenzó a parpadear, lo que significaba que ya no teníamos más tiempo para hablar. La imagen desapareció por completo, dejándonos solos en la cabaña.

En eso, una carta misteriosa paso por la parte de abajo de la puerta. Todos nos quedamos mirándola un momento hasta que Percy se acercó y la tomo. La leyó primero en voz baja y en sus ojos se vio reflejado la sorpresa. Leo, impaciente, se acercó a este.

-¡Vamos amigo! ¿Qué es lo que dice? - tomo la carta de sus manos y la leyó en voz alta - "los espero en el búnker que está dentro del bosque en este instante, no dejen que nadie los vea" - dejó de leer la carta y levantó su vista de esta - definitivamente es una tampra.

-Estoy de acuerdo - convino Percy.

-¿Una trampa? ¿Pero de quién? Apuesto a que es una broma de los Stoll - opino Piper.

-Pero los Stoll no saben cómo llegar a el búnker 9 sin la ayuda de Leo - tercio Jason.

-No sabremos si es una broma o una trampa si no vamos - todos dirigieron sus vista a mi.

-Annabeth tiene razón - ahora los ojos pasaron a Nico - deberían de ir ustedes, mientras Calipso y yo distraemos a Quiron y a cualquiera que se interponga.

-Si, cuenten con nosotros - dijo Calipso.

Todos nos miramos y asentimos en respuesta.

-Saben que somos unos malditos suicidas ¿cierto? - dijo Leo con una sonrisa torcida en su rostro.

-Completamente - respondió Percy con otra sonrisa.

Percy Jackson y el rescate de LupaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora