¿Qué planeas?

2.3K 216 15
                                    

Nos preparábamos para una excursión en el olímpo, al parecer los dioses querían que sus hijos menores los respetaran y tomaran su verdadera posición en el campamento (no quiero mencionar nombres, pero ese era Ares). Escogieron a los siete de la profecía y algunos extras (sin comentarios con respecto a eso), para ayudar a que no se perdieran en el olímpo o rompieran algo importante. En muchas más pocas palabras; eramos niñeras.

A Percy se le daban algo fatal los niños, los cuales lo molestaban demasiado aunque fuera un hijo de los tres grandes (al único que respetaban ahí era a Nico y por alguna razón le decían Maestro), aunque Jason no se salvaba de aquello. A nosotras en cambió nos trataban como a unas señoritas y nos preguntaban y hacían caso. Leo resultó ser un niño más en aquella excursión y por eso nos costó mucho más llegar al Olímpo.

Las chicas iban mucho más ocupadas de los niños y me dijeron que no me ocupara (de alguna forma un niño se puso a llorar porque dijo que al voltear se asustó al verme), así que caminaba junto a Nico mientras recorríamos las estructuras.

Lo peor es que aquella también era mi primera vez ahí, pero no lo encontraba emocionante, de hecho, hasta me parecía diferente ese lugar de algún modo, como si en mi memoria ya existiese una imagen predeterminada del lugar, aunque de seguro se debe a las películas.

—No estas muy emocionada— dijo Nico al fijarse en mi desinterés por el lugar.

—No mucho, creo que ya tenía pensando el olímpo de una forma y... al parecer eso afectó un poco lo que esperaba ver.

Nico asintió como si eso fuera verdad.

—Te entiendo, es como cuando fui por primera vez al inframundo, estaba muy asustado mas todo era diferente a como esperaba y siento que me ayudó a calmar un poco.

—Annabeth dijo que eras un bebé llorón— al decir aquello la tez pálida de Nico pasó a ser rojiza.

—¡No era un bebé llorón!— gritó llamando la atención de todos.

Al notar aquello se enfadó mucho más y se marcho del lugar dejándome atrás, trate de que mis labios formularan una disculpa por haber echo que Nico se enojará e hiciera un berrinche, pero ningún sonido salió de mi garganta, por lo que continuaron con los niños.

No tarde en notar que cuando me quede un poco más atrás del grupo y me perdí, sin duda era una persona con buena ubicación. O al menos decir que estaba perdida con respecto al grupo, ya que no me sentía en un lugar raro en absoluto, a diferencia de muchas veces en las cuales me perdía en las calles de la ciudad y me costaba reubicarme en el espacio; sentía que conocía el lugar como la palma de mi mano.

En un lugar habían unas ninfas corriendo de un lado a otro, las cuales me saludaron, con algo de extrañeza devolví el saludo y fui a un jardín cercano, podía suponer de quien era aquello. En algunos otros lugares habían armas las cuales eran recogidas por unos tipos de fantasmas blancos. Otros diferentes lugares más, me sentía intranquila de todas formas, no me perdí en absoluto y el lugar se me hacía extrañamente diferente.

Y estaba Nico enojado conmigo por otra parte.

Me dirigí a la entrada para esperar a que volvieran.

Cuando me senté abracé mis piernas y miré hacia la nada, no quería que se enfadara conmigo y menos ahora, después de todo es importante para mi en cualquier sentido.

Aunque nunca se sienta lo mismo con respecto a mi persona, siempre que pudiera estar cerca de él estaría bien.

Un peso se apoyó en mi espalda y cuando me volteé estaba Nico ahí, con su cabeza agachada. Mi pulso paso de estar normal a estado "estoy junto a él".

—No te muevas, quiero que hablemos así— dijo Nico con un tono relativamente normal y yo volví a mi posición.

—Supongo que tienes razón para estar enojado— suspiré algo enojada por lo que diría—, lo siento por eso.

—La verdad..., fue mi culpa, me enojé por algo tonto.

El silencio tomó lugar entre nosotros y me pregunté que podría estar pensando ahora, además de mi notoria imprudencia con cualquier tipo de tacto ante muchas situaciones era algo completamente... complicado para lidiar con las personas a mi alrededor.

—El silencio significa que estas enojada— irrumpió Nico mis pensamientos—, o es que planeas algo.

Sonreí de forma traviesa, había algo que quería hacer durante un tiempo.

—Quizá.

—Eso asusta proviniendo de tí— moví mi mano ligeramente cuando lo escuché decir eso y en un momento la suya cubrió la mía.

—Y a mí me sigue asustando que tu realices contacto físico— respondí sin mover mi mano, entre ambas se creaba un espacio cálido y reconfortante.

—¡Chicos aquí...! ¿Están?— Percy apareció de la nada algo confundido.

Ambos nos incorporamos rápidamente, yo sentía mi cara pálida de un color rojizo, no sé que habrá estado haciendo Nico mas yo movía mi pie con algo de timidez.

—Esto..., yo...— por alguna razón sentía como que eso tenía otro significado.

—¿Qué necesitas, Percy?— la voz de Nico se escuchaba tranquila. Cuando lo volteé a ver él estaba rojo.

Si, entiendo que reaccioné de ese modo, se pueden malinterpretar las cosas.

Me gustaría que esa mal interpretación fuera realidad.

—Los estábamos buscando, pero... creo que están algo ocupados— sacudió su cabello de forma nerviosa.

Incómodo.

—No, sólo conversábamos y... ¡Era una travesura!— dije recordando mi plan original.

Percy me quedo mirando raro y se acercó mucho más (al igual que Nico) y formamos un pequeño circulo.

—Pues pensaba que como estamos con los niños menores hijos de los dioses, estos podrían hacer una travesura a su progenitor ¿brillante, verdad?— pregunté satisfecha de mis propio plan.

—Eso es mucho más tonto que cualquiera de mis ideas— dijo Percy sonriendo.

Eso me dolió, que Percy malas bromas Jackson te diga que una broma es mala es porque la broma no solo es mala, sino que es terrible.

—A poco no quería— inflé mis mejillas inconscientemente y Nico la pincho con un dedo una haciendo que botara el aire.

—Ya lo haremos en otra ocasión— mencionó este con seriedad y a modo de promesa.

Cuando volvimos con el grupo los niños estaban eufóricos, al parecer les gustaba mucho estar en este lugar, yo comencé a emocionarme como ellos y a jugar a pesar de que los asustara, al parecer con un poco más de tiempo a estos se les olvidó el temor que me tenían y logramos seguir jugando mucho más tranquilos.

En un momento me detuve frente a un muro en el cual habían pintado unas cosechas de trigo.

—¿No que este muro debería tener pintada la imagen de la aventura de Tánatos y Selene?— pregunté de forma distraída y en ese momento Annabeth se giró algo confundida.

—¿De qué hablas?— preguntaron Percy y Nico, casi suelto una risa al ver cuando se miraron confundidos porque dijeron lo mismo en el mismo tiempo.

—¿Cómo lo sabes?— preguntó Annabeth bajo mas se escuchó en toda la instancia—. Quiero decir, sí. Antes de la reconstrucción del olimpo había una pintura de aquello específicamente en este muro, sin embargo luego fue reemplazado por respeto a ambos— finalizó con su ceño fruncido.

Desde ese momento comencé a sentir de que no era yo exactamente, más bien, si mis pensamientos no se hubieran centrado en Nico como refugio probablemente hubiera gritado.

Me sentía como dos personas diferentes en un mismo cuerpo.

Mi Sirvienta |Nico Di Angelo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora