Sola

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Las flores en la luna lucían hermosas, pero a la vez monótomas por su falta de color

Todo estaba teñído de un hermoso plateado y blanco que cubría casi todo el lugar, no había algo colorido que pudiera destacar y yo también combinaba con lo monocromatico del lugar, tanto mi vestuario como ahora mi pelo, pelo que de un color castaño oscuro se tornó en un blanco y mis ojos violetas se reflejaban en todo el lugar.

Habían ocasiones en las cuales pensaba que fue muy infantil lo que hice, pero luego pensaba en que podría hacer oo que yo quisiera, después de todo no me regía por las moralidades humanas y siempre actué como quería.

Solamente yo.

Ver crecer aquellas flores que en una hora ya mostraban todo su esplendor y gloria y se mantenían vivas hasta que uno las tocaba. Una belleza que moría al ser alcanzada.

Patético.

Aunque también cautivador.

Se veía la tierra desde el lugar con una vista preciosa, no encontraba la manera de describirlo pero me decía que debía mantenerme aquí. Fuerte y segura, sin deprimirme o depender de otros, pese a que me estaba volviendo algo dura en la soledad seguía con mi pequeño corazón molestandome con mis sentimientos por las demás personas, demostrandome todo el tiempo que pasé junto a compañías mortales, si tan solo hubiera seguido los consejos de Artemisa y no los de mi cerebro.

Por todos mis errores terminé en la oscuridad.

Dentro de la oscuridad.

Recuerdos vagos de haber visto tu rostro llorar, algo que me contrajo el corazón y me hizo sentir una pequeña parte de tu dolor en esos minutos, solo una pequeña fracción de lo que sería tú universo completamente lleno de cosas a pesar de que no realizabas la mitad de cosas que yo hacía, en esos momentos nada más me importo que tú y las gotas saladas que caían por tu rostro.

Intento descifrar lo que son tus lagrimas.

Cuando opte una nueva apariencia temía tener cercanía con los demás, era como si algún instinto me dijera que me mantuviera alejada.

Aún tengo miedo de confiar, pero...

Las crueldades que ignoren me ayudaban a no detenerme y seguir a cada paso duro, olvidar hubiera sido lo mejor y continuando siendo aquella niña pequeña, pero no quería perderme a mí misma en ese entonces.

Pase lo que pase yo no me detendre.

En estos momentos la luna drbe estarse alzando sobre lo que sería el campamento, lo que vi aún sigue siendo un recuerdo latente de lo ilusa que sigo siendo, de lo guerte que tengo que volverme.

Como la luna se alza en esta noche azul.

Una ves de cacería junto con el grupo de Artemisa me hirío por primera vez una bestia, no recuerdo que era porque la perdida de líquido y el dolor me nublaba la vista por completo, me sentía tan desorientada que nl entendía que estaba pasando y solo escuchaba los gritos de guerra, en ese momento recordé que sanaría seguramente pero que esta sensación extraña debían soportar los demás, el dolor no era algo bonito para todos, el dolor me impactó a mi.

Y mis heridas se curan quedando en blanco.

Mi memoria fue lo suficientemente fragil para poderla sellar sin ninguna dificultad, de algún modo eso ahora resulta frustrante.

He llegado a olvidar, como era que se dudaba.

—Aún si el mundo de mañana no espera nada, estoy segura de que encontraremos algo en el.
Mi propio destino se encuentra cambiando y mi debil sentimiento, se va transformando.
Recordaré aquel cielo lleno de lagrimas, seguro mañana saldra nuevamente el sol— estaba recostada sobre una cama que se encontraba ahí mientras de mis ojos corrían gotas acuosas.

En ese momento sentía como me iba quedando dormida de a poco y como la incosciencia llegaba a mi de a poco, en un momento dado ya me encontraba en un sueño.

Y estaba yo misma frente a mi, pero con menos altura.

—¿Eres idiota?— fue lo primero que dijo la niña estando frente a mi.

—Dime tú, después de todo somos la misma— la respuesta la lancé mordazmente a mí.

Ella miró a otros lados y luego volvió su vista a mi, era extraño verme de aquella forma.

—No soy tú, me das asco, eres algo tan repugnante, tratando de mostrarte parecida a mi cuando en tu interior estas muerta, tú personalidad esta muerta. Por lo tanto hablo con una niña muerta ¿me oyes bien, niña muerta?

De algún modo me resultaba desagradablemente sincera, y también me enojaba de una forma extraña que me daban ganas de tener un arco y clavar una flecha en una de sus sienes.

—Reafirmo, soy tú, entonces tu igual eres una niña muerta.

Sonreí ligeramente al ver como la niña hacía un puchero.

—Creo que no entenderás lo que tienes que ser hasta que lo veas con tus ojos.

Nos rodeamos por lo que sería el lugar donde suele estar mi madre, pero ella no se encontraba ahí sino en el lugar donde se escuchaba su voz gritando que dejaran en paz a su pequeña niña. Las respuestas que escuchaba o alcanzaba a distinguir voces de las personas que conozco, y entre ellas se encontraba la voz de Nico. Supe en ese minuto que estaban pidiendole el lugar donde me encontraba a mi progenitora y ella se estaba negando y abandonando por primera vez en mucho tiempo a Endimión. De algún modo la voz que más destacaba era la de Nico y que necesitaba hablar urgentemente conmigo.

Lueho fuímos al plano donde se encontraban discutiendo y pude ver su cara de preocuoación y a mamá llorando.

—¿Ves? A los que les importas estan preocupados por ti.

—¿Eso es todo?— fue mi rápida respuesta— Debería sentir arrepentimiento ¿culpa quizás? Si esperas algo de mi dilo claro.

—¿Eres muy terca o estás ciega para no ver que tienes personas a las que les importas?

Me volteé lentamente y sonreí, puede que fuera un sueño, pero esto era demasiado real.

—Es una lastima por ellos, a mi no me interesan y si quieren llegar aquí los flecharé y los que sobrevivan podran decirne hola y rendirne cuentas.

[...]

Lo prometido es deuda (? y un Lannister siempre cumple sus promesas y ser tan rico como un... ya me entiendes :'v

Mi Sirvienta |Nico Di Angelo|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora