Capítulo 4

5.4K 393 55
                                    

2 de enero, New York, 1959

Lo que había tras la puerta era de todo menos el espacio donde vivía una enferma como Camila se había imaginado en el trayecto hasta la habitación de esta. Una ventana grande iluminaba el lugar por completo con luz natural. La pieza tenía el mismo empapelado que el vestíbulo y muebles de color blanco le conferían una esencia de relajo y paz. La cama estaba en un costado de la habitación y sentada en una silla frente a un escritorio que estaba pegado a la pared estaba una chica que con suerte era unos pocos años mayor que Camila.

La mirada que se dedicaron produjo que algo dentro de Camila se removiera incomodándola, además de que una extraña sensación de calor recorrió su pecho. Cabello oscuro ondulado con desenfado y largo hasta la mitad de la espalda. Vestía una camisola para dormir de color rosa claro, el cual casi no hacía contraste con la claridad de su piel. Estaba descalza, con los pies acomodados sobre la silla como si hubiese estado meditando o algo parecido. Pero lo que más llamó su atención fueron sus ojos. Camila había visto a lo largo de su vida muchos iris de los tonos más llamativos, pero los de la sobrina de la señora Jauregui eran distintos. Eran los ojos verdes más bellos que había visto por lejos. Tenían un brillo especial, el cual se acentuó cuando recorrió a Camila de pies a cabeza, para luego formar una mueca de real desagrado que tenía en la cara. Camila reparó en que entre sus manos descansaba un ejemplar de "Lolita", el nuevo libro de un tal Vladimir Nabokov. Según las críticas de los periódicos que leía en su hora de descanso, no era un libro que una chica como la sobrina de la señora debería estar leyendo.

- Cariño, ¿recuerdas que te dije que traería una visita? - Acercó a Camila un poco más adelante con ella. La otra joven la seguía viendo con molestia, lo que producía cierto miedo en el frágil cuerpo de la enfermera. Pero, por otra parte, algo le pedía que no dejara de observar esos ojos impresionantes. Deseaba que esos no se apartaran de ella, inclusive cuando la miraran como si fuera la peor cosa caminando sobre la tierra. Sintió la necesidad de quedarse junto a ella y cuidarla. Protegerla con su vida si era necesario.

- Me lo acabas de decir. No soy una idiota. - La voz de la chica tenía unos matices tan especiales que el corazón de Camila estaba como desbocado. Se obligó a calmarse y decirse a sí misma que no era más que la impresión. - Y también recuerdo lo que te había dicho al respecto.

- No empieces. - Siseó la señora Green fulminando a su sobrina quien ni siquiera se inmutó al respecto. Volvió a clavar su vista en su libro, ignorando a las presentes. Camila notó que se mordía el labio cuando se concentraba en su lectura. - No tengo ganas de discutir contigo de nuevo.

- Yo tampoco. Pero no me obligues a hacer algo que no quiero.

La señora Green puso los ojos en blanco y tras erguirse cuan alta era hizo las presentaciones formales.

- Lauren, ella es la enfermera Camila Cabello. Camila, ella es mi sobrina Lauren Jauregui.

"Lauren Jauregui" se dijo a sí misma Camila mientras observaba a la joven. La dueña de esos ojos que la habían cautivado de una manera que ni siquiera Daniel había hecho en su momento se llamaba Lauren. Lo repitió varias veces dándole matices distintos cada vez, pensando en cuál sería la mejor entonación para usar con la chica.

- Un gusto, Lauren.

Tendió su mano con la mayor ceremonia que pudo y esperó a que la chica hiciera lo mismo y por fin sentir el tacto tan suave que imaginaba que tenía su piel. La chica se limitó a verla de forma crítica y continuar con su lectura como si nada. En el interior de Camila algo se rompió y la curiosidad junto con la admiración que habían surgido al conocer a Lauren mutaron en decepción. Una decepción que al parecer se plasmó en su rostro, ya que la señora Green le dio un vistazo rápido y le quitó de las manos el libro a su sobrina. Ella, tras esa acción, se dedicó a observarla con reproche.

Smoke Gets In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora