Capítulo 75

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12 de julio, New York, 1959

Eva Green de Jauregui llevó a Ruth a un bar que quedaba cerca del edificio de Lauren. La gente se movía y bebía despreocupada, ignorando la tensión que se cernía sobre las dos mujeres. Eva saludó cortésmente a la mesera y le pidió una mesa. No parecía ser un lugar que pudiese ser frecuentado por una mujer de la clase social de la señora Green de Jauregui, pero no quedaba dudas de que, por la naturalidad con la que se movía entre medio de esos bailarines medio borrachos, que no era ajena a ese tipo de bares de poca monta. La chica las ubicó en un lugar bastante discreto, ya que alrededor de ellas no se veía mucho público. Ruth quería terminar luego ese encuentro, ya que quería estar en el departamento cuando apareciera Lauren, pero intuía que Eva no pretendía para nada eso. Por el contrario, parecía disfrutar de la desesperación que la poseía en ese momento. Su sonrisa era la prueba fehaciente de ello, cargada de cierta malicia y burla. Cómo deseaba borrársela de un puñetazo.

--- ¿Deseas pedir algo, querida? --- preguntó Eva.

--- No, gracias. Necesito saber por qué me trajo a este lugar y qué es lo que quiere hablar conmigo. No tengo mucho tiempo y no confío en usted.

--- ¡Ay, querida, por favor! Me tratas como si fuera una total desalmada. --- comentó Eva llevándose la mano al pecho, como si de verdad la hubiese ofendido. --- ¿Acaso no puedo tener un gesto de cortesía contigo? --- replicó la mujer sin dejar de sonreír. --- Además, por tu cara, dudo que Lauren se aparezca por el departamento tan pronto. --- La expresión en su rostro cambió a una de molestia. --- ¿Qué le hiciste, si se puede saber?

--- Lo que suceda entre Lauren y yo no es de su incumbencia, señora.

--- Claro que lo es. --- masculló. A continuación, se dirigió a la mesera con amabilidad y cierta coquetería: --- Queremos dos whiskys a las rocas, por favor. 

La chica anotó el pedido y se fue, dejando tras de sí un silencio incómodo. Ruth comprendió que Eva no la dejaría ir, así que se acomodó mejor en su silla y observó mejor a las personas que la rodeaban. A veces deseaba ser así de despreocupada y dejarse llevar, pero su familia había contribuido de sobremanera a forjar en ella una personalidad muy fuerte, que se traducía en inseguridad y perfeccionismo. Una descendiente de los Fletcher no podía andar bebiendo por ahí como si fuera una cualquiera, a menos que quisiera recibir un escarmiento apropiado a su falta. Recordó la paranoia que la invadía cuando Rachel la sacaba a escondidas a esos bares gays del submundo londinense. Siempre cuidaba que detrás de ella no hubiese nadie que pudiera reconocerla, así que no disfrutaba mucho. Tuvo que pasar mucho tiempo desde que decidió radicar en Estados Unidos para que decidiera ir a uno de esos bares que había escuchado que existían por ahí. Tampoco fue el alma de la fiesta, pero al menos fue un poquito más libre de lo que había sido en toda su vida. Por eso amaba a Lauren, porque con ella podía ser quién era en realidad sin miedo a ser enjuiciada o mirada críticamente y algo en sus ojos le decía que ella sentía en parte lo mismo. Las dos, a su manera, trataban de sobrevivir a sus demonios y habían encontrado en la otra la forma de superarlos. Claro que ahora había una gran posibilidad de que dejara de hablarle por no ser sincera. La voz de su abuela llamándola imbécil rebotaba dentro de su mente con mucha fuera.

Salió de su ensimismamiento en cuanto vio a la mesera acercarse a la mesa. La chica podría trabajar perfectamente en la juguetería, porque para mantener en perfecto equilibrio esa bandeja con ambos vasos sin derramar una sola gota de líquido mientras borrachos la rodeaban requería una gran habilidad. Les dejó su pedido en la mesa y, luego, bebieron en silencio un largo trago. Jamás pensó que estaría haciendo eso junto a esa mujer. Sentía que en cualquier momento quebraría su vaso y saltaría sobre ella para degollarla. O al menos eso es lo que sus ojos reflejaban mientras la miraba concentradamente. 

Smoke Gets In Your EyesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora