Capitulo 16

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Su padre, el hombre al que amaba cada día mas, era el hombre de su vida, era el hombre con el haría su vida, y solo por eso estaba más feliz.

Llegó al despacho en las mazmorras y sin tocar la puerta entró y vio a su amado Príncipe Mestizo arreglando pociones en sus estantes, la vio llegar, le sonrió y continúo con sus labores.

Ella se acercó lentamente y lo abrazó a su espalda, Severus se sorprendió, pero no la aparto, le gustaba esa clase de detalles así, él era nuevo en ellos y le gustaba que Hermione se comportara así, continuó con sus labores.

Al terminar se giró hacia ella y la observó, la poca iluminación podía ver como rodeaba su aura alrededor de ella, luciendo tan hermosa como cada día, Hermione le sonrió y sin darse cuenta, lo besó.

Severus no comprendía porque esa muestra de amor tan descabellada, pero no la rechazo, la besó con lentitud y apasionadamente, saboreando su sabor a mujer y cuando se separaron no pudo aguantar el preguntar.

-. ¿Que fue eso? -. Preguntó sonriente Severus.

-. Fue mi desespero por no verte todo el día -. Hermione le sonrió enormemente, quería demostrarle todo el amor que creció aún más al conocer a su hija, al ver en lo inteligente que era y en lo hermosa y delicada que se veía, siempre lo supuso pero ahora lo confirmaba, Severus era el hombre de su vida.

Hermione lo volvió a besar pegándolo más a su cuerpo, y ante tal acto Severus gimió gustoso, sabía que Hermione quería algo y él no sería nadie para rechazarla.

Severus la tomó de la cintura y la atrajo hacia él. Hermione sintió las manos de Severus en su cuello, acariciándolo, Severus acariciaba su boca con su lengua con gran ímpetu y pegándola más a él, Hermione sintió la dureza de su miembro contra ella, Severus murmuro.

-. ¿Quieres que te haga el amor? -.

Hermione asintió tímida y Severus, sin miramientos, la empujó suavemente contra un escritorio al lado del estante de pociones y sin importar que todos los objetos cayeran y chocaran contra el suelo, la hizo girar quedando a espaldas de él.

Severus inclinó a Hermione hacia adelante.

Después le subió la falda y arrancó su ropa interior sin meditar mientras Hermione gimió.

Hermione no podía moverse, la tenía bien sujeta de las caderas.

Severus se quitó el pantalón y se bajó el bóxer con una mano, mientras que con la otra la sostenía de la cadera.

Hermione cerró los ojos esperando ansiosa.

-. Separa las piernas -. Susurró Severus en su oído.

Hermione hizo lo que pidió mientras él acariciaba sus caderas y su trasero con una mano mientras que con la otra la tomaba del hombro para mantener el equilibrio.

-. Sí, pequeña, así -.

Y, sin más, con una fuerte embestida la penetró y oyó un ahogado gemido en su cuello.

Eso la avivo.

Luego, sin esperarlo le dio un pequeño golpe en su trasero y eso a Hermione extrañamente le gusto.

Hermione se sujetó más fuerte al escritorio ya que no sentía las piernas.

Severus lo notó y la sujetó de las caderas con ambas manos mientras la penetraba con una intensidad increíble dentro y fuera de ella.

Una y otra vez.

Una y otra vez.

En aquella posición y con zapatos de piso, se sintió pequeña ante él, de pronto, las embestidas pararon de ritmo y su mano abandonó su cadera y bajó hasta su sexo.

Metió los dedos en su hendidura y buscó el clítoris.

Eso la hizo jadear.

-. Me enloqueces Hermione -. Le dijo.

Sus embestidas se hicieron cada segundo más lentas y Hermione se movía nerviosa, incitándolo a que subiera el ritmo.

Severus lo supo.

Lo intuyó y preguntó cerca de su oreja con su voz ronca.

-. ¿Más? -.

-. Sí... sí... Quiero más -.

Una nueva embestida hasta el fondo.

Jadeó por el placer.

-. ¿Qué más quieres? -. Añadió, mientras apretó los dientes.

-. Más -.

Gritó de placer ante su nueva penetración.

-. Sé clara, pequeña. Estás húmeda y caliente. ¿Qué quieres? -.

La mente de Hermione funcionó a una velocidad desbordante.

Sabía lo que quería, así que, sin importarle lo que pensara de ella, suplicó.

-. Quiero que me penetres fuerte. Quiero que... -.

Un grito escapó de la boca de Hermione al sentir cómo sus palabras lo avivaban.

Hermione sintió a Severus jadear.

Lo volvió loco.

Sus embestidas fuertes y profundas comenzaron de nuevo y Hermione se arqueó dispuesta a más y más, hasta que llegó el clímax.

Segundos después, Severus explotó también y soltó un gemido de placer mientras la penetró por última vez.

Agotada y satisfecha, Hermione se agarró con fuerza al escritorio.

Hermione sintió apoyado en su espalda a Severus y eso la reconforto.

Severus se enderezó y reacomodó sus ropas recuperando lentamente el aliento, dejo el suficiente espacio para que Hermione también lo hiciera.

Severus recompuso su postura y observó a Hermione.

-. Y bien Señorita Granger, después de su amena interrupción, ¿Que se le ofrecía? -.

Hermione sonrió y se sentó en el escritorio que anteriormente le ayudó en sus momentos más íntimos.

-. ¿Necesito una razón para venir a verte? -. Le dijo sonriente Hermione.

Severus se acercó sonriente a su castaña.

-. No es a lo que me refiero pero suponía que traías información de la Señorita Scamander -. La abrazó de la cintura mientras que Hermione lo abrazaba del cuello.

-. Así es, no pude saber mucho de ella, pero me dijo algo más importante aún -. Hermione capturó la atención de Severus.

-. Cuéntame -. Demandó Severus ansioso.

-. Me contó lo extraño que andaba Ron estos días, así como su tan impresionante crecimiento dentro de varias materias o como por ejemplo se notaba tan demacrado y lastimado -. Severus se apartó de ella y comenzó a caminar por su despacho asimilando todo eso.

-. Eso es algo muy obvio, muchos hemos visto esos cambios en ese inútil, pero ella, ¿Creerá que todo va unido? -.

CONTINUARA... NOX

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